Almudena Sevilla, economista: ¡°Los estereotipos de g¨¦nero y las normas sociales reducen la productividad¡±
La economista espa?ola ha recibido el t¨ªtulo de Comandante de la Orden del Imperio Brit¨¢nico por sus investigaciones sobre el impacto que tiene la desigualdad entre hombres y mujeres en el PIB
La desigualdad de g¨¦nero no es solo una cuesti¨®n de justicia, sino tambi¨¦n de eficiencia econ¨®mica. Cuando las mujeres no pueden acceder plenamente al mercado laboral ni progresar en sus carreras, se desperdicia talento, uno de los recursos m¨¢s limitados en cualquier sistema. El resultado es un pa¨ªs menos productivo. Esta es la premisa de la que parte la investigaci¨®n de la espa?ola Almudena Sevilla (1973, Valladolid), economista y catedr¨¢tica en la London School of Economics (LSE). Hace unas semanas ha sido condecorada con el t¨ªtulo de Comandante de la Orden del Imperio Brit¨¢nico (CBE) por sus contribuciones a la ciencia, analizando el impacto de las normas sociales, los estereotipos y las barreras estructurales en el progreso econ¨®mico.
¡°Cuando me lo comunicaron fue una mezcla de sorpresa y satisfacci¨®n. La Corona Brit¨¢nica reconoc¨ªa mi trabajo de la misma manera que antes hicieron con otros cient¨ªficos como Stephen Hawking¡±, explica Sevilla en una conversaci¨®n realizada por videoconferencia desde Londres, donde reside desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas. El mismo tiempo que lleva indagando sobre c¨®mo aprovechar mejor el talento, especialmente el de las mujeres, garantizando el libre acceso a cualquier puesto de trabajo.
De peque?a, no se imaginaba trabajando con n¨²meros. Quer¨ªa ser actriz. 51 a?os despu¨¦s, se ha quedado en un pasatiempo que a veces le ha servido para encarar situaciones de discriminaci¨®n en su vida profesional, un entorno que sigue dominado por hombres, al igual que la mayor¨ªa de las ciencias. ¡°Al principio de mi carrera, en ponencias o seminarios, ten¨ªa que proyectar una imagen de confianza frente a comentarios despectivos que no aportaban nada constructivo, sino que simplemente trataban de reafirmar jerarqu¨ªas¡±, recuerda. Esta din¨¢mica, que Sevilla conoce bien, aparece retratada en su investigaci¨®n: ¡°Mi trabajo muestra c¨®mo las normas sociales y los prejuicios influyen en el comportamiento, limitando las decisiones de las mujeres en el mercado laboral. Actuar no deber¨ªa ser una necesidad en un espacio profesional, pero muchas veces lo es¡±.
Su investigaci¨®n ha demostrado c¨®mo los prejuicios perpet¨²an la desigualdad en ¨¢mbitos clave como la educaci¨®n y la b¨²squeda de empleo. Un ejemplo es el retroceso en la elecci¨®n de las asignaturas denominadas STEM (las siglas en ingl¨¦s de ciencia, tecnolog¨ªa, ingenier¨ªa y matem¨¢ticas) por parte de las ni?as. ¡°Desde hace unos a?os ha empeorado la participaci¨®n de las chicas en las carreras de ciencias exactas, y este cambio no se debe a la falta de capacidad, sino a estereotipos y normas sociales que han ganado fuerza y que las desincentivan desde peque?as. Esto no solo limita sus oportunidades, sino que tambi¨¦n desperdicia potencial en sectores fundamentales para el futuro econ¨®mico del pa¨ªs¡±, insiste Sevilla.
Su trabajo tambi¨¦n analiza c¨®mo las pol¨ªticas de conciliaci¨®n, como permisos parentales igualitarios, teletrabajo y horarios flexibles, pueden impactar en la capacidad productiva de un pa¨ªs. ¡°En Espa?a, por ejemplo, la baja por paternidad y maternidad han logrado avances importantes. Dar a los hombres la posibilidad de participar m¨¢s en el cuidado de sus hijos no solo redistribuye las responsabilidades en casa, sino que tambi¨¦n reduce las barreras para que las mujeres avancen en sus carreras¡±, asegura. Pero esto es solo una parte del problema. En su opini¨®n, la verdadera lucha, acad¨¦mica y pol¨ªtica, est¨¢ en cambiar los roles de g¨¦nero que restringen la libertad en la toma de decisiones, lo que termina por ser ineficiente para la econom¨ªa. Y para ello hay que entender que ¡°los estereotipos de g¨¦nero y las normas sociales reducen la productividad¡±.
Un aspecto reciente de su trabajo cifra el impacto del acoso sexual en el trabajo. ¡°Sabemos que las mujeres tienden a abandonar sectores donde el acoso es m¨¢s prevalente, lo que genera una p¨¦rdida de talento significativa. En nuestras encuestas encontramos que el 15% de las mujeres han tenido una experiencia de este tipo, y un 30% han sido testigos. Esto no es solo un problema de justicia social, sino un lastre econ¨®mico¡±. Sus estudios sugieren que las soluciones tradicionales, como los entrenamientos en empresas, pueden ser insuficientes o incluso contraproducentes. Lo que han observado es que a menudo generan un rechazo entre los trabajadores que llega a empeorar la situaci¨®n. Por eso, considera que la soluci¨®n pasa por legislar. El ejemplo m¨¢s reciente es Reino Unido, que ha decidido responsabilizar a las empresas de prevenir las agresiones y garantizar procesos efectivos para enfrentarlo.
En el caso de Espa?a, considera que el pa¨ªs se encuentra a medio camino. Por un lado, en t¨¦rminos de conciliaci¨®n y legislaci¨®n sobre violencia de g¨¦nero, asegura que es un ejemplo para los estados desarrollados. Pero todav¨ªa persisten barreras culturales que limitan la contribuci¨®n de las mujeres a la econom¨ªa. Un ejemplo claro es el escaso n¨²mero de ellas que ostentan puestos de liderazgo.
En el contexto global, el panorama ha empeorado. ¡°Las pol¨ªticas de diversidad e igualdad est¨¢n siendo atacadas como nunca antes. Empresas como Facebook han recortado programas de paridad por miedo a litigios. Esto demuestra que el progreso no est¨¢ garantizado y que debemos seguir luchando. Es una cuesti¨®n econ¨®mica. Si no eliminamos las barreras estructurales, seguiremos perdiendo talento.¡±
En una de esas bromas que suele jugar el destino, Sevilla es madre de tres ni?as a las que trata de motivar a perseguir una carrera en las ciencias, al mismo tiempo que las prepara para enfrentar las desigualdades que persisten. ¡°Es un equilibrio complicado: quiero que sigan sus sue?os, pero tambi¨¦n que sean conscientes de los obst¨¢culos que encontrar¨¢n¡±. Los problemas de equidad no desaparecer¨¢n en el corto plazo, pero espera que sus investigaciones ayuden a entender que se trata tambi¨¦n de un problema de eficiencia y productividad, porque ninguna econom¨ªa que busque crecer puede permitirse desperdiciar potencial.
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