"Galia VII", ejercicio hispano-franc¨¦s de experimentaci¨®n t¨¢ctica y confraternizaci¨®n
Desde el pasado d¨ªa 16 y hasta el domingo pr¨®ximo, fuerzas militares hispano-francesas realizan el ejercicio Galia VII, en la provincia de Salamanca. Paralelamente al cuadro de actuaciones militares se viene desarrollando un programa de actos en la capital y algunos pueblos salmantinos, con el fin de mantener un contacto positivo con la poblaci¨®n civil.
En el juego de la guerra, el tiempo climatol¨®gico juega un papel clave. Si Felipe Il hubiera recibido con la suficiente antelaci¨®n datos referentes a las tormentas, seguramente no habr¨ªa dicho aquello de ?yo no mand¨¦ a mis barcos a luchar contra los elementos?. Si el pasado martes no hubiera hecho un d¨ªa espl¨¦ndido, los lugare?os salmantinos de Alba y Anaya de Tormes y aleda?os quiz¨¢ no hubiesen acudido, como en romer¨ªa festiva, a presenciar los lanzamientos de paracaidistas que, en esta semana, maniobran conjuntamente con fuerzas militares francesas por tierras de Castilla. Y si no fuera por esas cosas imprevistas del tiempo, pites las maniobras en s¨ª ser¨ªan m¨¢s una parada de cronom¨¦tricos desarrollos que unos ejercicios t¨¢cticos sujetos a imponderables. As¨ª, por ejemplo, a las once de la ma?ana del mismo martes estaba prevista una oleada de paracas cerca del cementerio de Anaya, pero unas malditas nubes bajas, que de pronto llegan sin haberlas invitado nadie, fuerzan a los estrategas, a los t¨¢cticos, a los operativos, a los soldados currinches y al paisanaje asomado con curiosidad a los campos y al cielo a una alternativa B y a una nueva espera. O bien, si no hubiera sido por el tiempo, por este un poco prematuro fuerte calor casi veraniego ya, que tal vez sea el causante de que en la frontera con Francia se hayan caldeado los ¨¢nimos, en las maniobras militares hispano- francesas nadie habr¨ªa tenido en cuenta los besos de ayer y los ara?azos de hoy del amoroso trato del pa¨ªs vecino.Un fantasma travieso flotaba por entre las encinas salmantinas. Podr¨ªa sospecharse que es, sin duda, la presencia de ese ente flotante, sobre el cual venimos hablando y oyendo hablar en corrillos, lo que hace no sorprenderse al teniente coronel Emilio Alonso Manglano, jefe del Estado Mayor de la Brigada de Paracaidistas, al escuchar la primera pregunta: ??C¨®mo han tratado entre ustedes los ¨²ltimos incidentes de los camiones y la pausa de Giscard sobre nuestra entrada en el Mercado Com¨²n Europeo? ?C¨®mo ha ca¨ªdo todo este asunto entre ambos bandos en estas maniobras??. Pese a todo, el teniente coronel quita importancia al tema: ?Aqu¨ª no hemos hablado de nada de eso ?.
Nada m¨¢s trasciende a los periodistas Invitados que pueda dar un poco de tufo a OTAN o a neutralismo. S¨®lo asepsia de milicia profesional. ?Entre los objetivos del ejercicio Galia VII?, contestar¨ªa Alonso Manglano, ?est¨¢ la experimentaci¨®n de nuevas t¨¢cticas, la confraternizaci¨®n y compenetraci¨®n con las fuerzas militares francesas y el establecer un contacto estrecho con la poblaci¨®n civil?.
Y las maniobras contin¨²an. Espa?oles y franceses forman el conjunto de unidades que han de conseguir alcanzar el importante nudo de comunicaciones que es Salamanca, hacia donde marchan, en direcci¨®n SO-NE, con una divisi¨®n de infanter¨ªa motorizada que tiene el flanco este al descubierto. El bando enemigo (formado s¨®lo por espa?oles) puede acometer infiltraciones por ese lado. Para defender el avance de la divisi¨®n de infanter¨ªa, la Brigada de Paracaidistas ser¨¢ lanzada a ocupar los pasos del r¨ªo Tormes y cerrar las penetraciones del Este. Al final, los objetivos habr¨¢n de cumplirse: pr¨¢cticas diversas de misiones espec¨ªficas de las unidades paracaidistas, distintas formas de apoyo a¨¦reo y empleo de helic¨®pteros. Desde el pasado d¨ªa 16, 3.000 hombres viven en pie de ejercicio (no de combate, como puntualizar¨ªa el teniente coronel Alonso Manglano) hasta el pr¨®ximo s¨¢bado. ?Los ejercicios militares requieren tambi¨¦n una especial moral?, dir¨ªa el teniente coronel. Para a?adir: ?Nuestros paracaidistas, en concreto, y despu¨¦s de las experiencias conjuntas con los franceses, puede asegurarse que est¨¢n a la misma altura que ¨¦stos en preparaci¨®n?.
El ejercicio Galia VII (v¨¦ase EL PAIS de ayer), dirigido conjuntamente por el jefe de la Brigada de Paracaidistas de Alcal¨¢ de Henares, general Angel Mendiz¨¢bal Sesna, y el general de brigada Guichard, ha incidido principalmente sobre seis grandes ¨¢reas salmantinas: Salamanca, Alba de Tormes, B¨¦jar, Ciudad Rodrigo, La Alberca y Ledesma. Aviones T-9 espa?oles y C- 160 franceses lanzan diminutas figurillas, paracaidistas de juguete, que, segundo a segundo, se toman de carne y hueso a medida que la suave ca¨ªda los acerca a los surcos del suelo. El bello espect¨¢culo de m¨¢s de trescientos soldados colgados del aire en un racimo gigante es contemplado por todos los vecinos de Alba de Tormes; el programa de actuaciones militares -especialmente los lanzamientos de paracaidistas- estaba en todos los bares de todos los pueblos, y nadie ha dejado pasar la ocasi¨®n. Por todos los caminos, grupos de gentes del pueblo, a la espera del paso de los camiones y los jeeps de soldados, aguardando con su eterna paciencia la novedad del salto en el aire o el curioso descenso de ca?ones y jeeps sostenidos por paraca¨ªdas que llegaban a tierra como depositados en un colch¨®n de plumas, visto de lejos.
Despu¨¦s de que uno de los ca?ones cayera en un sembrado, un campesino se aproxima al capit¨¢n Sacrist¨¢n y le dice: ?Mi capit¨¢n, soy el propietario de aquel pedazo, ?qu¨¦ tengo que hacer para ver lo de los da?os??. ?Est¨¢n por aqu¨ª los funcionarios de Agricultura para peritar lo que sea necesario?, dice al hombre el capit¨¢n, ?pero, si no llega usted a verlos, hable con la Guardia Civil, que ya sabe todo lo que hay que hacer?, y el agricultor se va tranquilo. En estos d¨ªas, los militares han dado chocolatadas por los pueblos, han hecho exposiciones de fotograf¨ªas militares, han pasado pel¨ªculas de paracaidistas y la banda de m¨²sica de los paracaidistas ha hecho alguna actuaci¨®n. La relaci¨®n con los civiles es cordial. Todo parece indicar que Galia VII ser¨¢ satisfactoria en todos sus frentes. Ni siquiera lesiones graves. S¨®lo alguna contusi¨®n y un soldado herido por picadura de v¨ªbora, pero fuera de peligro: en principio fue atendido en un moderno equipo quir¨²rgico de campa?a estrenado en estas maniobras, y luego fue evacuado al Hospital Militar G¨®mez Ulla, en Madrid. En las mesas del comedor hay varias peanas que sostienen dos banderitas: la espa?ola y la francesa. No hay camiones volcados en los campos salmantinos.
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