EL PAIS y la libertad de expresi¨®n
El diario EL PAIS ha realizado en las ¨²ltimas semanas una desaforada campa?a en favor de la libertad de expresi¨®n, que ha coronado recogiendo en lugar preferente unas declaraciones del ?intelectual? cubano Lisandro Otero, con este titular: ?En Cuba existe una total libertad de expresi¨®n?. Seg¨²n las declaraciones de las que se hace eco EL PAIS, ?en Cuba existe una total libertad de expresi¨®n, tanto en el campo de la creatividad art¨ªstica como en el de la investigaci¨®n cient¨ªfica o en la pr¨¢ctica de cultos religiosos. La ¨²nica libertad que no se reconoce es la de hacer la contrarrevoluci¨®n ?.A muchos sonar¨¢ a sarcasmo difundir a los cuatro vientos internacionales que en Espa?a no existe libertad de prensa y hacerse eco luego de que ¨¦sta reina gloriosa mente en Cuba. No hace falta decir que EL PAIS ha actuado con cautela, sin mojarse directamente. Publica en lugar preferente y recuadradas unas manifestaciones de un ?intelectual? cubano. Lisandro Otero, con la apolog¨ªa de la libertad de expresi¨®n en Cuba. D¨ªas despu¨¦s, para demostrar su objetividad, recoge una carta escondida de un ' lector que discrepa. Y ah¨ª queda eso.
Ah¨ª queda, efectivamente, la descarada manipulaci¨®n de la verdad. Porque la misma Argentina, cuyo r¨¦gimen ha sido criticado duramente en las columnas de A be, es un para¨ªso en cuanto a la libertad de prensa si se le compara con Cuba. En aquella isla, cuna de un excelente periodismo independiente en otros tiempos, la libertad de expresi¨®n se reduce al cero absoluto. Todos los diarios, revistas, emisoras de radio y de televisi¨®n son propiedad del Estado, y todos sus directivos y puestos de responsabilidad, sin excepci¨®n, los desempe?an militantes del partido comunista. En Cuba no existe un adarme de informaci¨®n porque todo es propaganda pol¨ªtica. En otros ¨®rdenes de la libertad de expresi¨®n no se hace ni se proyecta m¨¢s cine que aquel que conviene al castrismo. No se representa otro teatro que el que favorece al modelo de sociedad comunista. No hay otra libertad de c¨¢tedra, desde la escuela primaria a la universidad, que la desempe?ada por profesores del partido comunista. La libertad religiosa se concede sobre la base de que aquellas personas que van a la iglesia pierden sus empleos. La libertad de asociaci¨®n y manifestaci¨®n ha quedado reducida a los castristas. Existen, en fin, pocos casos en la historia contempor¨¢nea en que la libertad de expresi¨®n haya sido tan totalmente atropellada como en Cuba. Los que se atrevieron a discrepar abarrotaron las c¨¢rceles o navegan por el Caribe huyendo de Cuba en busca de otras tierras mejores.
La apolog¨ªa de la libertad de expresi¨®n cubana publicada por EL PAIS coincide con la aprobaci¨®n de un llamado estatuto de la redacci¨®n de este peri¨®dico, que coincide punto por punto com¨²n con las tesis del sindicato Comisiones Obreras.Se crea un comit¨¦ de redacci¨®n que por dos tercios de su asamblea tiene de hecho, aunque se le a?ada la vaselina de que no es vinculante, la capacidad de vetar al director nombrado por la empresa y de replicar en el propio peri¨®dico a la l¨ªnea editorial se?alada por ¨¦ste. Ese estatuto, que muchos estiman anticonstitucional, liquida en el fondo el ejercicio de la propiedad privada en los peri¨®dicos y establece para gobernarlos un sistema de soviets.
, 18 de junio
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