Vila-Matas: "Mi novela es ante todo una historia de amor y muerte"
Acaba de publicar "Al sur de los p¨¢rpados", su tercera narraci¨®n
Al sur de los p¨¢rpados, la tercera novela de Enrique Vila-Matas, reci¨¦n publicada por la editorial Fundamentos, es antes que nada una historia disparatada y divertida, en la que suceden constantemente cosas y personajes al ritmo vertiginoso de las novelas surrealistas, de los textos de Picabia, por poner un ejemplo. Seg¨²n dice su autor en esta entrevista, ?es, ante todo, una historia de amor y muerte, en una atm¨®sfera tr¨¢gica y apasionada, m¨¢s all¨¢ del bien y del mal?.?Me fascina?, dice Enrique Vila-Matas, ?una estructura argumental seg¨²n la cual el protagonista que va a llegar, que debe venir o que se quiere ir, provoca el fin de la aventura. Yo creo que ese es el esqueleto de mi novela. Ya s¨¦ que se trata de un modelo tan simple como c¨¦lebre, y que tiene la caracter¨ªstica casi constante de implicar un desplazamiento geogr¨¢fico real. Stan Stain, el narrador de mi novela, viaja sin cesar, y en cuanto el viaje se realiza, la destrucci¨®n se apodera de ¨¦l y termina la novela?. ?La nostalgia de un lugar?, a?ade, ?s¨®lo enriquece mientras se conserva como nostalgia, pero su recuperaci¨®n significa la muerte?.
Y, efectivamente, los componentes b¨¢sicos de la pasi¨®n surrealista, el azar y el amor como azar, la muerte y su estilizaci¨®n gracias al v¨¦rtigo acumulativo del relato, el personaje puesto en busca de aventura azarosa, del azar objetivo de Bret¨®n, y el sexo casi esperp¨¦ntico, violento y loco, est¨¢n presentes en esta novela. ?Me gusta pensar?, dice Vila-Matas, ?que mi novela es tambi¨¦n el relato de un itinerario mental, o el c¨¦lebre y absurdo circuito de los moteles, o el viaje del narrador por el pa¨ªs del autor, o la aventura de una destrucci¨®n. Yo creo que en todas las novelas alguien busca desesperadamente algo, y se encuentra lejos o cerca de este bien seg¨²n la construcci¨®n del juego. En mi novela, la historia contada tiene como tema, o al menos eso creo, la busca misma, la b¨²squeda del estilo?.
Cuando se le pregunta por la tradici¨®n en que se inscribe -¨¦sta es a mi modo de ver, una historia que podr¨ªa ser le¨ªda como un libro de las vanguardias europeas de primeros de siglo, con su carga culturalista y autorreflexiva, los constantes gui?os al lector y esa ¨¢spera carga de humor o, lo que es lo mismo, de distancia ir¨®nica hacia el propio relato, dice: ?No he pertenecido nunca a ning¨²n club, ni a ninguna pe?a, ni clan, ni sociedad an¨®nima?. Y, luego , pens¨¢ndolo, a?ade: ?Quiero estar en la tradici¨®n de Cervantes, de Stern, de Swift, Rabelais, Joyce, Nabokov, Borges, Kafka, los tratados de ajedrez de Capabianca?. (?Capablanca? ?No. Capablanca?). ?Hitchcock, Duchamp y Helenio Herrera?.
Enrique Vila-Matas comenz¨® haciendo cine y hay algo en la novela de cinematogr¨¢fico o, al menos, de esa pasi¨®n que el cine despert¨® en los que vieron su invenci¨®n, y que se plasmaba m¨¢s tarde en su literatura en forma de ubicuidad, de multiplicaci¨®n de los espacios, de desgarro de la trama temporal. ?No creo que haya en mi novela?, dice, ?referencias al cine, del que me siento absolutamente despegado y al que odio cordialmente. Adem¨¢s, me propongo justo lo contrario que un gui¨®n: yo s¨¦ que mi novela anterior, La asesina ilustrada, es imposible de llevar al cine, y espero que Al sur de los p¨¢rpados sea, al menos, igualmente imposible. Busco lo literario?. Y m¨¢s tarde dir¨ªa: ?La literatura no me interesa. Soy literatura?. Este tipo de parodias distorsionadas llenan el libro que comentamos.
Por fin, hay un tema central en Al sur de los p¨¢rpados: el tema de la mujer, que no aparece como simplemente maga, sino como destructora, creadora, mantis religiosa. Y, especialmente, la madre-amante, la destrucci¨®n del Edipo, castigada inexorablemente con el final del viaje...
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