Las relaciones bilaterales, marcadas por el deseo de EE UU de que Espa?a entre en la OTAN
?El presidente va a escuchar?, comentan, simplemente, en medios del Departamento de Estado en Washington, cuando se pregunta por los temas que puede plantear el presidente de EE UU, Jimmy Carter, durante su estancia ma?ana y pasado en Madrid. Escuchar, en realidad. una respuesta que se anticip¨® a la visita de Carter, con las declaraciones del ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, recordando el deseo del Gobierno que UCD de vincular Espa?a a la OTAN. Tema ¨²nico y casi exclusivo que interesa prioritariamente a los norteamericanos, adem¨¢s de la consolidaci¨®n del r¨¦gimen democr¨¢tico en Espa?a.
?Carter devuelve la visita a Su Majestad Juan Carlos y al presidente Su¨¢rez, para continuar las conversaciones bilaterales en temas de inter¨¦s com¨²n? comenta por su parte el embajador de Espa?a en Estados Unidos, Jos¨¦ Llad¨®.La estancia del presidente de EE UU en Madrid, con almuerzo con los Reyes, cena con el presidente Adolfo Su¨¢rez y, a la ma?ana siguiente, desayuno con el l¨ªder socialista Felipe Gonz¨¢lez, tiene, aparentemente, un car¨¢cter casi protocolario de visita de cortes¨ªa. Lo cual no impedir¨¢ que los medios; pol¨ªticos espa?oles lo interpreten como el l¨®gico apoyo de los norteamericanos a la joven democracia espa?ola, ?uno de los fen¨®menos m¨¢s sorprendentes de la historia moderna?.
Seg¨²n un consejero de Carter, ?por el lado de Washington tampoco le viene nada mal al presidente Jimmy Carter, que habla es pa?ol, salir en la televisi¨®n y los diarios de su pa¨ªs con la tradicional foto de familia con los Reyes de Espa?a. En Estados Unidos viven unos diez millones de hispanohablantes, Y sus votos, como los dem¨¢s, cuentan para Carter en su cerrada lucha con el republicano Ronald Reagan en las elecciones presidenciales del pr¨®ximo 4 de noviembre?.
Una visita presidencial ofrece tambi¨¦n la posibilidad, entre brindis y brindis, de analizar la situaci¨®n de las relaciones bilaterales. La renegociaci¨®n del Tratado de Amistad y Cooperaci¨®n Hispano Norteamericano (en el que se funda la presencia de bases-militares de EE UU en Espa?a), el firme deseo de Washington de que Espa?a ingrese en la OTAN y problemas menores de orden comercial, cooperaci¨®n industrial, energ¨¦tica o cultura!, figurar¨¢n en la agenda de temas a tratar entre Carter y los primeros responsables pol¨ªticos espa?oles.
?Las relaciones son mucho mejores ahora que en la ¨¦poca de Franco. Durante estos a?os hemos ampliado corsiderablemente la cooperaci¨®n en todos los terrenos, aunque, como es natural, siempre existen pecue?os escollos?, comentan en medios del Departamento de Estado.
La revisi¨®n del Tratado Espa?a-EE UU, cuyo verdadero programa no debutar¨¢ hasta primeros de 1981, pasadas las elecciones presidenciales estadounidenses, en un cap¨ªtulo que podr¨ªa quedar completamente vinculado al prop¨®sito de Espa?a de entrar en la OTAN. En Washington no quieren participar en una pol¨¦mica que limitan a su marco espa?ol. ?EE UU desea que Espa?a entre en la OTAN, pero toca decidir al pueblo espa?ol?, es la versi¨®n oficial en todos los medios pol¨ªticos norteamericanos.
Respecto al tratado bilateral, que caducar¨¢ el 1 de septiembre de 1981, en el Departamento de Estado reconocen que ?habr¨¢ que adaptarlo a la realidad actual y es tamos dispuestos a cambiar mu chos puntos?. El nuevo tratado de ber¨¢ reflejar la actual realidad de pluralidad pol¨ªtica espa?ola y olvidar la posici¨®n de fuerza con que negoci¨® Estados Unidos, aprovech¨¢ndose de la debilidad en otros foros internacionales de un r¨¦gimen dictatorial. El nuevo tratado ?no debe ser necesariamente una alternativa a la entrada en la OTAN o viceversa?, siempre seg¨²n versi¨®n norteamericana.
Desmitificar el tema OTAN
Las diferencias franco-espa?olas en el cap¨ªtulo de negociaciones para el ingreso de Espa?a en las Comunidades Europeas han puesto a la luz del d¨ªa la relaci¨®n directa de la estrategia gubernamental espa?ola de una soluci¨®n conjunta y paralela para la entrada en los dos organismos supranacionales. La CEE en lo econ¨®mico Y la OTAN en le defensivo. Estados Unidos no opina que fuera positivo para Espa?a una presi¨®n norteamericana ante algunos de sus importantes, y todav¨ªa bastante leales, aliados europeos para convencer a Francia.C¨ªrculos militares opinan que debe desmitificarse ?el tema OTAN en Espa?a, con una valoraci¨®n objetiva de las ventajas o los inconvenientes que pueda representar para el sistema defensivo espa?ol la entrada en la OTAN o la permanencia al margen de ella. En todo caso las conversaciones para la renegociaci¨®n del Tratado de Amistad y Cooperaci¨®n con EE UU continuar¨¢n el pr¨®ximo oto?o, para ir perfilando los cap¨ªtulos de la negociaci¨®n.
El Tratado de Amistad y Cooperaci¨®n, en sus cuatro a?os de existencia, facilit¨® la modernizaci¨®n del Ej¨¦rcito espa?ol en algunos aspectos. Actualmente uno de los cap¨ªtulos m¨¢s importantes, todav¨ªa pendientes de la decisi¨®n final que determinen las comisiones t¨¦cnicas, es la futura compra de cuatro escuadrones de aviones norteamericanos de combate de los modelos F-16 o F-18.
?Son tambi¨¦n frecuentes las consultas con Espa?a, en aspectos relativos a la situaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo, norte de Africa o Centroam¨¦rica?, dicen en la sede de la diplomacia norteamericana en Washington, consultas que, en el caso del Oriente Pr¨®ximo, se confirman como previsoras. El presidente Carter posiblemente recuerde que fue el presidente del Gobierno espa?ol, Adolfo Su¨¢rez, quien en su viaje a Washington, a mediados del pasado mes de enero, expres¨® la necesidad de ?asociar? a los palestinos al proceso de paz egipcio-lsrael¨ª. Ahora, seis meses despu¨¦s, se lo han recordado los nueve pa¨ªses del Mercado Com¨²n, en su ¨²ltima cumbre de jefes de Estado celebrada en Venecia.
Sahara y Centroam¨¦rica
El conflicto del Sahara occidental es seguido con especial atenci¨®n en EE UU. A pesar del anuncio oficial de vender armas a Marruecos, las entregas de material no han sido todav¨ªa efectuadas. Andrew Young, enviado especial del presidente Carter, mantuvo recientemente contactos con el Frente Polisario, y EE UU no es contrario al inicio de conversaciones entre las tres principales partes interesadas, a pesar de las reservas del rey Hassan II de Marruecos.En Centroam¨¦rica, estadounidenses y espa?oles han colaborado en la transici¨®n del r¨¦gimen dictatorial de Somoza a la democratizaci¨®n de Nicaragua. La ayuda financiera a El Salvador se coordina conjuntamente entre EE UU y varios pa¨ªses europeos, Espa?a entre ellos, y el problema de los refugiados cubanos en Estados Unidos puede ser otro de los asuntos en que Espa?a y EE UU cooperen de alguna forma. S¨®lo en el boicoteo ol¨ªmpico a Mosc¨², EE UU ?lamenta? la actitud espa?ola, coherente con. la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos.
Estados Unidos apoya totalmente la celebraci¨®n como est¨¢ previsto, de la Conferencia de Seguridad y Cooperaci¨®n Europea (CSICE) en Madrid para el pr¨®ximo oto?o?, declaran en Washington, sin entrar en detalles ni valores de las pol¨¦micas que pueden surgir, en un momento de tensi¨®n Este-Oeste, entre los representantes de los dos ejes en que se mueve la CSCE: Washington y Moscu.
?Las relaciones comerciales son buenas?, afirmaci¨®n que no impide el que EE UU grave a las importaciones espa?olas con impuestos compensatorios, justificados, desde su punto de vista, por las subvenciones a la exponlaci¨®n que representa el actual sistema Fiscal espa?ol.
Comercio hispano-norteamericano
En cifras, el comercio hispano-norteamericano represent¨®, en 1979, la compra de productos made in USA por valor de 2.487 millones de d¨®lares y la venta de productos espa?oles a Estados Unidos por la cantidad de 1.304 millones de d¨®lares. En porcentaje para el cornercio espa?ol, el mercado de EE UU represent¨® el 12,46% de las importaciones totales y el 6,96% de las exportaciones, cuando con los pa¨ªses del Mercado Com¨²n Europeo se alcanza casi el 50% de porcentaje comercial en ambos sentidos. EE UU nos vendi¨®, como partidas m¨¢s importantes, habas de soja, ma¨ªz, aviones, chatarra, carb¨®n de coque y reactores nucleares, cap¨ªtulo este ¨²ltimo que equipa casi exclusivamente las centrales nucleares espa?olas ya en funcionamiento (dos de las tres existentes), las que est¨¢n en v¨ªas de construcci¨®n (las siete tendr¨¢n reactores EE UU) y las aprobadas (tres de las cuatro taribi¨¦n con reactores norteamericanos).En inversiones, el sector del autom¨®vil se lleva la palma, despu¨¦s de las instalaciones de Ford y General Motors en Espa?a.
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