El "espacio judicial europeo" posible arma de los Estados para la represi¨®n ciudadana
El peligro, de que el llamado, ?espacio judicial europeo?, asentado principalmente hasta el momento en el convenio de Estrasburgo, para la represi¨®n del terrorismo, pero que puede ampliarse en el futuro, con otros instrumentos jur¨ªdicos, se convierta de hecho en un arma m¨¢s de los Estados y de sus polic¨ªas para la represi¨®n ciudadana, fue denunciado con fuerza durante el 29? Curso Internacional de Criminolog¨ªa, celebrado en Pamplona a lo largo de la semana pasada.
En una mesa redonda sobre el sugestivo tema: ?Los crimin¨®logos ante el espacio judicial europeo?, ponentes y participantes en el coloquio llamaron la atenci¨®n sobre la vulnerabilidad en la que podr¨ªa quedar la libertad del individuo y del ciudadano si se llega a la consolidaci¨®n del ?espacio judicial europeo?, en beneficio de los directos intereses estatales.Durante una semana, reunidos en los salones de aspecto y ambiente monacal del Museo de Navarra, una treintena de crimin¨®logos de Europa occidental, Estados Unidos y Canad¨¢, abordaron el estudio del tema genera!: ?El papel de la criminolog¨ªa en las nuevas democracias?. Desde los primeros momentos fue patente una soterrada pugna entre los crimin¨®logos ya instalados en el cerrado coto de esta disciplina, bien en c¨¢tedras, bien en institutos de criminolog¨ªa, defensores, en su mayor¨ªa, de que esta ciencia no traspase el ¨¢mbito cl¨ªnico, y los crimin¨®logos m¨¢s j¨®venes, partidarios m¨¢s bien de una criminolog¨ªa cr¨ªtica, que tenga en cuenta tambi¨¦n el ¨¢mbito social en el que se produce el delito. Dentro del curso, esta pugna se materializ¨® en una tendencia de los primeros a la teorizaci¨®n y a la abstracci¨®n en sus intervenciones, desde una perspectiva as¨¦pticamente cient¨ªfica, y en un intento de los segundos de que el curso abordase tambi¨¦n temas concretos y, sobre todo, cercanos a la preocupaci¨®n actual de las poblaciones. Resultado transaccional de esta disparidad de criterios fue la estructura que se dio al curso, dividido en conferencias y seminarios, tradicionales en este tipo de actos, y mesas redondas, aspecto novedoso este, mediante las cuales se pretendi¨® llegar hasta el p¨²blico con temas m¨¢s cercanos a la preocupaci¨®n popular. En este ¨²ltimo aspecto mostr¨® especial inter¨¦s la Fundaci¨®n Bartolom¨¦ de Carranza, organizadora del curso junto con la Sociedad Internacional de Criminolog¨ªa, bajo el patrocinio y con la financiaci¨®n de la Diputaci¨®n Foral de Navarra. Nacida jur¨ªdicamente en diciembre de 1978, la Fundaci¨®n Bartolom¨¦ de Carranza est¨¢ formada por un grupo de profesionales navarros, procedentes de pr¨¢cticas y saberes diferentes, directamente implicados unos en el tratamiento de la inadaptaci¨®n social y delincuencia, deseosos otros de aportar a este sector marginal su punta de vista t¨¦cnico.
La preocupaci¨®n por el aumento de los mecanismos legales-represivos de los Estados democr¨¢ticos, sean nuevos, como Espa?a, Portugal y Grecia, o viejos, como Gran Breta?a y los pa¨ªses escandinavos, surgi¨® no s¨®lo cuando se analiz¨® la funci¨®n del ?espacio judicial europeo?, sino tambi¨¦n el contenido de la legislaci¨®n antiterrorista de la Rep¨²blica Federal de Alemania o los aspectos criminol¨®gicos de la seguridad ciudadana en el actual Estado espa?ol. En lo que se refiere al ?espacio judicial europeo?, el profesor Ottenhof, director del Centro de Ciencias Criminales de Pau (Francia), manifest¨® que ?habr¨¢ que ver c¨®mo se utiliza? y, refiri¨¦ndose m¨¢s en concreto al convenio especial de Estrasburgo sobre represi¨®n del terrorismo, expreso su esperanza de que ?no se use para las peores cosas. La expresi¨®n?, manifest¨®, ?de "espacio judicial europeo", es aparentemente tranquilizadora, pero ?qu¨¦ es lo que se encuentra detr¨¢s de cada una de estas palabras? Por ejemplo, la palabra justicia nos lleva a pensar en la protecci¨®n de las libertades individuales, pero ya se sabe que la justicia no se alimenta ella sola, est¨¢ alimentada por la polic¨ªa. Uno puede preguntarse, entonces, si detr¨¢s del "espacio judicial europeo" no est¨¢ de hecho el espacio policial europeo?. Respondiendo m¨¢s adelante a una pregunta planteada en el coloquio, Ottenhof ironiz¨® sobre la tendencia actual de los Estados a negar la existencia del delito pol¨ªtico, aplic¨¢ndole tipificaciones del car¨¢cter com¨²n. ?Como si cambiando la etiqueta?, dijo, ?se fueran a cambiar las realidades. La pol¨ªtica del avestruz no es la buena soluci¨®n. Como crimin¨®logo no puedo aceptar la soluci¨®n del convenio de Estrasburgo. El "espacio judicial europeo" est¨¢ creado por los Estados para resolver sus problemas internos. Su objetivo es unificar la represi¨®n de algunos delitos?.
En la misma mesa redonda el abogado navarro Patxi Zabaleta, que actu¨® en sustituci¨®n del senador de Herri Batasuna, Miguel de Castells, se opuso frontalmente a la creaci¨®n del ?Espacio judicial europeo?, por entender que una colaboraci¨®n en este campo equivaldr¨ªa exclusivamente a defender unos bienes estatales en perjuicio de la libertad del individuo. ??Cabe un sistema judicial com¨²n frente a sistemas legales diferentes y, sobre todo, cabe pensar en una estructura judicial diferente de la estructura estatal, se pregunt¨® el conferenciante. ?La actual colaboraci¨®n existente?, dijo, ?no se centra en el tratamiento de la persona delincuente, sino en la defensa de bienes e intereses estatales?.
Papel del Tribunal de Estrasburgo
Desde una posici¨®n m¨¢s matizada, el crimin¨®logo alem¨¢n Josef Haussling, director del Centro Internacional de Documentaci¨®n y de Estudio de la Universidad de Wupertal (Rep¨²blica Federal de Alemania), se refiri¨® al papel que podr¨ªa jugar el Tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo dentro del espacio judicial europeo, asumiendo en sus resoluciones y sentencias la defensa de las libertades frente a los posibles abusos estatales y policiales en materia de seguridad. El crimin¨®logo alem¨¢n se mostr¨® m¨¢s optimista ante la existencia del ?espacio judicial europeo?, atribuy¨¦ndole un futuro, m¨¢s que pol¨ªtico, cient¨ªfico y criminol¨®gico. A este respecto manifest¨® que la realidad social transciende las fronteras y que los mismos problemas se repiten bajo distintos reg¨ªmenes pol¨ªticos.
Estudiar el origen del terrorismo
El mismo Haussling se refiri¨®, en su intervenci¨®n sobre ?la criminolog¨ªa en Alemania?, al esfuerzo que est¨¢n haciendo los crimin¨®logos alemanes, no demasiado apreciados por pol¨ªticos y legisladores, para investigar las causas y la estructura del terrorismo que ha sorprendido en los ¨²ltimos a?os a la sociedad alemana. Tras manifestar que, sin conocer las causas de los fen¨®menos delictivos, la norma que da el legislador es s¨®lo represi¨®n, el crimin¨®logo alem¨¢n se refiri¨® a la legislaci¨®n antiterrorista de su pa¨ªs. ?Nos ha dejado sin aliento?, manifest¨®. En cuanto al procedimiento penal los crimin¨®logos estamos en desacuerdo con esta legislaci¨®n. Se han aprovechado del terrorismo para cambiar el procedimiento liberal?. El crimin¨®logo alem¨¢n cit¨® los tres p¨¢rrafos referentes al terrorismo introducidos en ¨¦l C¨®digo Penal alem¨¢n y los calific¨® como ?una verg¨¹enza?. El nuevo art¨ªculo 88 a) del C¨®digo Penal castiga la apolog¨ªa de los delitos contra la Constituci¨®n, y en virtud del cual -dijo Haussling- ?un profesor que habla en su c¨¢tedra de terrorismo puede verse requerido para que explique en qu¨¦ sentido se ha referido al terrorismo, lo cual es propio de un Estado autoritario?. El art¨ªculo 129 a) se arriesga a la dif¨ªcil tarea de definir al terrorista, y tipifica como delito la comunicaci¨®n de documentos sobre terrorismo. ?Si uno comunica demasiado f¨¢cilmente documentos que tengan algo que ver con el estudio del terrorismo, aunque sea de manera cient¨ªfica, puede tener problemas?, reiter¨® el crimin¨®logo alem¨¢n.
Respecto a las garant¨ªas jur¨ªdicas
El papel represor que est¨¢n asumiendo en los ¨²ltimos a?os los Estados democr¨¢ticos -aumento de la gravedad de las sentencias, nuevas leyes de polic¨ªa otorgando a este cuerpo mayores poderes, creaci¨®n de cuerpos especiales de polic¨ªa, reformas del C¨®digo Penal m¨¢s represivas, incremento de establecimientos penitenciarios especiales y de las medidas de aislamiento celular- fue analizado en su ra¨ªz por Teresa Miralles, profesora agregada de Derecho Penal de la Universidad de Barcelona, al abordar el estudio de los aspectos criminol¨®gicos de la seguridad ciudadana en el Estado espa?ol. La crimin¨®loga catalana estima que ?el control del Estado se presenta como guardador de la seguridad ciudadana y, al ser una imposici¨®n del Estado sobre el individuo, se traduce en actitud represiva porque implica ¨²nicamente una cuesti¨®n de orden. Ante ello surge la situaci¨®n de legitimidad. De ah¨ª que la inseguridad ciudadana aclamada por las fuerzas de orden (instancias de control formal, como jueces y polic¨ªas) y amplificada por las instancias de control informal (medios de comunicaci¨®n y familia) sobre el p¨²blico creando el p¨¢nico moral, legitimar¨¢ este control del Estado. As¨ª, ante la propia crisis de autoridad del Estado actual, la inseguridad ciudadana aclamada por el p¨²blico, vendr¨¢ a dar al Estado una patente moral, donde todos los aumentos de control (en las distintas instancias) ser¨¢n los bienvenidos?.Adem¨¢s de la profesora Miralles, intervinieron, dentro del grupo de crimin¨®logos espa?oles, L¨®pez-Rey, Beristain, Bueno Arus y Boix Reig. Este ¨²ltimo, en una comunicaci¨®n sobre el desarrollo de la criminolog¨ªa en Espa?a, manifest¨® que ?la democracia, como fen¨®meno de pluralidad pol¨ªtica inserto en un Estado de Derecho, exige una mayor instrumentalizaci¨®n cuantitativa y cualitativa de la Criminolog¨ªa y comporta una id¨®nea utilizaci¨®n de la misma, es decir, con absoluto respeto a las garant¨ªas jur¨ªdicas, garant¨ªas que se recogen de forma precisa en la Constituci¨®n de 1978?.
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