?Nuevas relaciones Europa-EE UU?
La visita del presidente Carter a Madrid es, sin duda, un acontecimiento importante. Dejando de lado sus aspectos protocolarios y propagand¨ªsticos desear¨ªamos objetivizar en lo posible estos comentarios. Nos parece que la principal cuesti¨®n que hace falta plantearse a este respecto es la siguiente: ?Qu¨¦ hay de nuevo en este viaje, comparado con otras excursiones por Europa de diferentes presidentes norteamericanos?1. El peri¨®dico italiano, de inspiraci¨®n socialista, Repubblica, escrib¨ªa a este respecto hace unos d¨ªas, al llegar Cartera Roma: ? Por primera vez, desde que existe la OTAN, Italia puede jugar un papel importante en la diplomacia americana. Por primera vez, Estados Unidos puede tener m¨¢s necesidad de nosotros que nosotros de ellos?.
El tema de fondo es que estamos viviendo una etapa de mutaci¨®n profunda en el sistema de las relaciones internacionales estructurado, al terminar la segunda guerra mundial, en torno a los dos polos, Washington y Mosc¨². Pr¨¢cticamente todos los observadores internacionales reconocen que la bipolaridad est¨¢ en crisis. Ello est¨¢ ligado a la crisis econ¨®mica; a los cambios en la correlaci¨®n de fuerzas entre EE UU y sus aliados tradicionales. Y quiz¨¢ a factores m¨¢s coyunturales, como las vacilaciones y errores de la pol¨ªtica norteamericana; la excesiva instrumentalizaci¨®n de los temas exteriores en, la campa?a electoral del se?or Carter.
En los ¨²ltimos meses, en torno al tema de Ir¨¢n, de Oriente Pr¨®ximo, de las respuestas a la invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n, etc¨¦tera, se est¨¢ perfilando una tendencia cada vez m¨¢s clara a una pol¨ªtica europea aut¨®noma, no supeditada a los objetivos definidos por EE UU.
El actual viaje del presidente Carter por diversos pa¨ªses europeos ?le est¨¢ permitiendo comprender mejor esta nueva realidad de una Europa que quiere -sin cancelar los tratados existentes- marchar con sus propios pies en pol¨ªtica internacional?
Si esto fuese as¨ª, se podr¨ªan esperar resultados favorables de este viaje. Pero los datos de que hasta ahora disponemos, concretamente sobre su visita a Italia, indican m¨¢s bien lo contrario. Con declaraciones previas de Brzesinski, con groseras injerencias en los asuntos internos italianos, Carter ha intentado jugar la carta de la ?fiel Italia?, ?baluarte de la OTAN?, como factor de presi¨®n sobre otros Estados de la Alianza, que manifiestan -en particular Alemania Federal- la voluntad de proseguir una pol¨ªtica propia. A eso se refiere el texto de Repubblica que hemos citado m¨¢s arriba.
2. Parece como si la obsesi¨®n actual de la Administraci¨®n norteamericana fuese lograr una especie de alineamiento total, en los temas de pol¨ªtica exterior, de los pa¨ªses europeos; una estrategia global, elaborada y dirigida, obviamente, por EE UU. De ah¨ª una crispaci¨®n, un nerviosismo, plasmados por ejemplo en la carta de Carter a Schmidt en relaci¨®n con el inminente viaje de ¨¦ste a la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Pero ese alineamiento ?es hoy posible? En realidad, el enfrentamiento, cada vez m¨¢s enconado, entre las dos superpotencias, empuja la situaci¨®n internacional hacia cotas de peligro cada vez m¨¢s altas. Si se dispara el rearme nuclear de los euromisiles, ?c¨®mo estaremos en Europa dentro de dos o tres a?os?
Por otro lado, EE UU ha demostrado su total incapacidad para abordar de una forma nueva, constructiva, la relaci¨®n entre el mundo industrializado y el Tercer Mundo. No s¨®lo su plan de Camp David ha fracasado para Oriente Pr¨®ximo. Entre numerosos pueblos que han conquistado su independencia y libertad en esta ¨¦poca de la historia, la ca¨ªda de la influencia, del prestigio de EE UU, es evidente.
Se ha llegado a un momento de la vida internacional en que, tanto para buscar nuevas v¨ªas de paz y distensi¨®n, como para enfrentar el tema Norte-Sur con horizontes nuevos, es imprescindible que entren en el juego internacional factores no integrados en la din¨¢mica f¨¦rrea de las dos superpotencias; susceptibles de flexibilizar l¨ªneas que parecen filas; de explotar nuevos caminos. Europa tiene para ello posibilidades evidentes.
3. En esta nueva etapa de las relaciones Europa-EE UU, ?qu¨¦ significaci¨®n puede tener la visita de Carter a Madrid?
Desgraciadamente, despu¨¦s de las declaraciones del se?or Oreja el otro d¨ªa anunciando la intenci¨®n del Gobierno UCD de llevar a cabo, el a?o que viene, el ingreso de Espa?a en la OTAN, ni siquiera cabe aparentar la duda, a efectos aportar al viaje europeo del candidato Carter.
Las cartas espec¨ªficamente espa?olas, es decir, de un pa¨ªs que es, sin duda, europeo, pero que a la vez es mediterr¨¢neo, que est¨¢ entra?ablemente ligado a Am¨¦rica Latina y al mundo ¨¢rabe, que tiene una vocaci¨®n hist¨®rica y cultural privilegiada para el v¨ªnculo Europa-Tercer Mundo, esas cartas est¨¢n actualmente por los suelos.
El se?or Oreja ha declarado: ?Este tema (el acercamiento a la OTAN) y la renovaci¨®n de los acuerdos ser¨¢n tratados..., con motivo de la visita del presidente Carter a Madrid?. As¨ª, se ha tejido para la recepci¨®n de Carter un tapiz de ?Espa?a candidato a la OTAN?, que est¨¢ ya esperando en el aeropuerto de Barajas. Quiz¨¢ ese tapiz podr¨¢ ser usado por Jimmy Carter en su campa?a electoral. Seg¨²n las noticias que han llegado a Espa?a, medios no siempre limpios han sido utilizados para derrotar a Kennedy en las primaries del Partido Dem¨®crata.
En cualquier caso, nos parece importante decir que Carter y sus acompa?antes cometer¨ªan un grave error si diesen por ya resuelto el tema Espa?a-OTAN. S¨®lo est¨¢ empezando el debate sobre esa cuesti¨®n. Cualquier injerencia extra?a -sea norteamericana, sea sovi¨¦tica- sentar¨ªa muy mal a la opini¨®n espa?ola. Nuestra posici¨®n la vamos a fijar nosotros. A partir del inter¨¦s de Espa?a, de Europa, y de la paz.
Espa?a tiene una larga tradici¨®n de no participaci¨®n en tratados militares multilaterales. No ha participado en las dos guerras mundiales. Romper esa tradici¨®n ser¨ªa algo muy serio.
EE UU cometer¨ªa un grave error si encerrase las posibilidades de cooperaci¨®n con Espa?a en los moldes -hoy ya sobrepasados, arcaicos- de nuestra integraci¨®n en la OTAN. Sobre todo cuando lo m¨¢s probable es que el pueblo espa?ol -en un refer¨¦ndum- dir¨¢ no al ingreso en la OTAN. Lo que no significar¨¢ no, en muy diversos terrenos, a relaciones de cooperaci¨®n con Estados Unidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Viajes oficiales
- Jimmy Carter
- Opini¨®n
- Visitas oficiales
- Tercer mundo
- Diplomacia
- Viajes
- OTAN
- Contactos oficiales
- Estados Unidos
- Pol¨ªtica exterior
- Europa occidental
- Oriente pr¨®ximo
- Geopol¨ªtica
- Relaciones internacionales
- Organizaciones internacionales
- Asia
- Europa
- Ofertas tur¨ªsticas
- Espa?a
- Relaciones exteriores
- Turismo
- Pol¨ªtica