G¨®mez Gil: "Los intelectuales espa?oles en EE UU padecemos el desamparo de los desarraigados"
El escritor acaba de presentar su libro "Poliz¨®n en mi barco
Alfredo G¨®mez Gil, poeta, vive en Estados Unidos, y es uno de los intelectuales espa?oles que despu¨¦s de residir a?os lejos de su tierra, se enfrenta a un hecho que el propio G¨®mez Gil describe: ?Estamos en una situaci¨®n dif¨ªcil, porque ni somos americanos para los americanos ni del todo espa?oles para los espa?oles. La verdad es que tenemos el sentimiento de desamparo de los desarraigados?. Alfredo G¨®mez Gil, que ense?a literatura en Norteam¨¦rica, ha venido a Madrid para presentar un libro de poes¨ªa, Poliz¨®n en mi barco, cuyo t¨ªtulo alude indirectamente a aquella situaci¨®n del ?intelectual trasterrado?, en frase de otro protagonista de este exilio, el profesor Juan Marichal.
Alfredo G¨®mez Gil, poeta y profesor espa?ol en la Universidad estadounidense de Hartford (Connecticut), donde dirige una c¨¢tedra de Literatura Comparada, pasa por Madrid, cam¨ªno de China, para presentar en Espa?a y en otros pa¨ªses dos libros, fruto de trabajo en colaboraci¨®n con pintores y m¨²sicos. El primero, Nanas para dormirlos... y despertarlos, son poemas-canciones-dibujos infantiles. El ¨²ltimo, Poliz¨®n en mi barco, es una memoria po¨¦tica de viales.?Nanas para dormirlos ... y despertarlos?, dice a EL PAIS, ?es el producto de cinco o seis a?os de trabajo y fue terminado para el A?o Intemacional del Ni?o. Colaboramos en ¨¦l E. Schblotter, el pintor alem¨¢n que lo ilustr¨®, y Richard Chiarappa, el m¨²sico norteamericano que hizo las canciones, a las que yo contribu¨ª con los poemas.
Acerca del exilio, de una manera u otra, habla Alfredo G¨®mez Gil: ?Me considero miembro de lo que Francisco Carenas llama la generaci¨®n nuevomundista, en su doblemente publicada antolog¨ªa, Poetas espa?oles en USA. Yo tambi¨¦n creo que existe una generaci¨®n po¨¦tica, en el sentido m¨¢s amplio posible, que ve modificada su expresi¨®n por el hecho de vivir, unos por unas razones y otros por otras, en Norteam¨¦rica... El da nombres, como Angel Crespo, Jaime Ferr¨¢n, Manuel Dur¨¢n y otros muchos, que, aunque pertenecen ya a otras generaciones po¨¦ticas, han visto modificada su poes¨ªa por el paisaje y la vida de Estados Unidos, como Germ¨¢n Bleiberg o el propio Jorge Guill¨¦n?.
De las dificultades de estos emigrantes en Estados Unidos, y de las razones distintas que les han movido a abandonar Espa?a, ha escrito ya Alfredo G¨®mez Gil dos libros. Sobre este tema dice: ?Estamos en una situaci¨®n dif¨ªcil, porque ni somos americano para los americanos ni del todo espa?oles para los espa?oles... La verdad es que tenemos el sentimiento de desamparo de los desarraigados. Todos esperamos volver a Espa?a a acabar,nuestros d¨ªas, pero ahora tememos que nos pase a nosotros, que llevamos, como yo,quince a?os cotizando para la Seguridad Social americana, lo que est¨¢ pasando con algunos inversionistas ingleses jubilados: que la Administraci¨®n de sus pa¨ªses se est¨¢ negando a enviar las pensiones a los lugares extranjeros en que ellos hab¨ªan comprado su casita... Mucho m¨¢s si uno no es americano, aunque haya pagado todos los impuestos?.
?Por otra parte?, sigue, ?en Espa?a no hay posibilidades de vuelta, salvo si se racionaliza un poco la universidad, y a eso podr¨ªamos ayudar tambi¨¦n. Mi sue?o?, dice, ?ser¨ªa la creaci¨®n de unas c¨¢tedras de Literatura Comparada, que no existen en Espa?a a¨²n?.
?Estoy convencido de que la creaci¨®n de c¨¢tedras de esta materia, la necesidad de que la literatura comparada se ense?e en Espa?a, es irreversible. Y vamos a salir ganando, y no s¨®lo profesionalmente algunos, que quiz¨¢ entonces tengamos un sitio en la sociedad de nuestro pa¨ªs. Es que la visi¨®n de nuestra cultura necesita este enriquecimiento, necesita relativizar la vista de s¨ª misma, para que gane en criterios ecl¨¦cticos, m¨¢s democr¨¢ticos y m¨¢s verdaderos?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.