El dif¨ªcil control del superministro de RTVE

El director general de RTVE, Fernando Arias-Salgado, actu¨® ayer como un aut¨¦ntico superministro de la televisi¨®n que acepta la colaboraci¨®n del Parlamento, pero a quien la comisi¨®n de control parlamentario no tiene nada que controlar. Por mucho que Alfonso Guerra se esforzara en aperarle su jerarqu¨ªa llam¨¢ndole funcionario, la aureola de poder que exhibi¨® y la propia liturgia de la sesi¨®n recordaron m¨¢s el aire de fiesta mayor que en el viejo r¨¦gimen se produc¨ªa cuando un miembro del Gobierno decid¨ªa asistir a una sesi¨®n de las cortes org¨¢nicas que el significado pol¨ªtico preciso que tienen, en una democracia parlamentaria, que un alto cargo de la Administraci¨®n comparezca ante el Legislativo a requerimiento de la C¨¢mara.No s¨®lo fue la aparatosa presencia de medios televisivos, materiales y humanos, en pos de su director general, Fernando Arias-Salgado, a diferencia de los directores generales y aun subsecretarios requeridos por diversas comisiones del Congreso -que suelen permanecer al final de la sala o fuera de ella hasta que se les llama-, estuvo desde el primer momento sentado a la derecha del presidente, Antonio de Senillosa, quien, por cierto, se esforz¨® en aplicar flexiblemente el reglamento tanto a ?tirios como a troyanos?. Despu¨¦s, el director general, sin previo control, larg¨® un discurso de buenos deseos, de unos veinte folios. Finalmente, obsequi¨® a los miembros de la, comisi¨®n con un lote de folletos y propaganda de la casa, que evocaban aqu¨¦llas voluminosas carpetas llenas de papeles con que acompa?aban los ministros de Franco la presentac¨ª¨®n de una ley o de un plan de desarrollo.

Hubo tambi¨¦n al fin preguntas -que contin¨²an hoy- a cargo de los diputados encargados de controlar. El controlado, que hab¨ªa despachado las cr¨ªticas a RTVE con los calificativos de ?injuria?, ?calumnia? y ?difamaci¨®n?, naveg¨® con dificultades para eludir el calificativo t¨¦cnico de ficticio que la izquierda dio al supuesto super¨¢vit de 4.000 millones de pesetas de RTVE. Primero convirti¨® a RTVE en empresa privada y la compar¨® con Prisa, la sociedad editora de EL PAIS, en cuya memoria las subvenciones tambi¨¦n Figuran como ingresos; despu¨¦s, cuando le preguntaron por las amortizaciones realizadas en 1979, ya se olvid¨® de Prisa y record¨®, en cambio, que RTVE no es una empresa, sino un ?organismo aut¨®nomo de car¨¢cter comercial?, cuyos bienes son propiedad del Estado.

No hab¨ªa por donde cogerle. Las cr¨ªticas a la gesti¨®n econ¨®mica, administrativa y pol¨ªtica de RTVE las traslad¨® al personal del medio, abri¨® el paraguas de la desilusi¨®n profesional y se cubri¨® as¨ª del chaparr¨®n parlamentario. La verdadera desiluci¨®n profesional se produjo m¨¢s tarde en los c¨®mpa?eros de la radio dependientes administrativamente del director general, aquienes sus superiores les hicieron repetir la informaci¨®n sobre la sesi¨®n, a rin de que omitiesen determinados p¨¢rrafos de Alfonso Guerra. Y m¨¢s: Julio de Benito, periodista de RNE, que se viene ocupando de los temas parlamentarios relacionados con Radiotelevisi¨®n, fue vetado, en esta ocasi¨®n, por sus superiores para cubrir la informaci¨®n de ayer.