El Papa inici¨® ayer su visita a Brasil, el pa¨ªs con mayor n¨²mero de cat¨®licos

Juan Pablo II bes¨® la tierra de Brasil, en el aeropuerto militar de Brasilia, a las cinco de la tarde de ayer, hora espa?ola. Despu¨¦s de once horas de vuelo en un DC 10 de la compa?¨ªa Alitalia, que lleg¨® escoltado por cuatro cazas de la fuerza a¨¦rea brasile?a Mirage, el papa Wojtyla, bajo un cielo nublado, no encontr¨® la cl¨¢sica muchedumbre de otras veces. En el aeropuerto militar le esperaban s¨®lo el presidente de la Rep¨²blica, Joao Baptista Figuereido, Fuerzas militares, el Gobierno y en la parte m¨¢s lejana, obispos y cardenales. ?Son ya trece veces las que he besado la tierra de un pa¨ªs en mis viajes?, dijo el Papa, ?pero esta vez siento la emoci¨®n de la primera vez?.
Despu¨¦s de haber rendido homenaje a las fuerzas militares de las tres armas y del saludo del presidente a Juan Pablo II, explic¨® el porqu¨¦ de su viaje a Brasil: ?Es la naci¨®n?, dijo, ?que cuenta con m¨¢s cat¨®licos de todo el mundo, es una Iglesia que crece y se consolida hasta el punto de constituir una alegr¨ªa y una esperanza para todo el orbe cat¨®lico?, e hizo preces a Dios para que ayude a Brasil a ?construir una convivencia social ejemplar, superando desequilibrios y desigualdades, en la justicia y en la concordia, con lucidez y coraje, sin choques y sin rupturas?. ?Ser¨¢ ¨¦sta?, dijo el Papa, ?una gran ayuda a la paz internacional?.Ante la escena de tristeza que ofrec¨ªa el aeropuerto militar a la llegada del Papa al pa¨ªs de m¨¢s cat¨®licos del mundo, algunos observadores brasile?os nos explicaron que los obispos hab¨ªan hecho todo lo posible para que Juan Pablo II empezase su viaje en Fortaleza, para inaugurar el Congreso Eucar¨ªstico Nacional, y como demostraci¨®n que su viaje era s¨®lo ?pastoral?. Pero el Gobierno, recordando que el papa Wojtyla iba a Brasil como ?jefe de Estado?, impuso que como los dem¨¢s jefes de Estado llegara a la capital y fuera recibido con todos los honores civiles y militares, y con las veintiuna salvas de rigor.
Ante la tensi¨®n que existe en las relaciones entre Iglesia y Estado, a¨²n en este momento, el Papa, en sus primeros discursos, ha querido tranquilizar al r¨¦gimen, que tanto teme la acci¨®n sociopol¨ªtica de los obispos. Hablando ayer a los obispos y, al clero de la capital les dijo: ?En el respeto a las leg¨ªtimas instituciones que deben servir la causa del hombre, la Iglesia debe ofrecer la colaboraci¨®n espec¨ªfica de su propia misi¨®n en una prospectiva del bien com¨²n?. Y en la misa al aire libre, en la plaza de los Tres Poderes, ante 200.000 personas, quiso subrayar que ?la misi¨®n de la Iglesia no se puede reducir a las cuestiones sociopol¨ªticas, sino que consiste en el anunciar lo que Cristo ha revelado de si mismo y del destino del hombre?. Inspirado por la gran cruz de madera, situada en el centro de la plaza, empez¨® su viaje a este continente, donde naci¨® la expresi¨®n Iglesia de los pobres, y donde seg¨²n los obispos, a¨²n el 80% de la poblaci¨®n sufre la pobreza. Presentando a los fieles el tema de la ?cruz?, afirm¨® que esta imagen del pat¨ªbulo contin¨²a siendo el s¨ªmbolo del respeto por toda dignidad humana.
Tambi¨¦n esta vez. el Papa, antes de llegar a Brasil, vino a conversar con los 59 informadores que lo acompa?an durante este viaje en su avi¨®n. Pero una nota escrita ped¨ªa que al Papa se le hiciera una sola pregunta y s¨®lo sobre el viaje. A la pregunta de EL PAIS sobre lo que sent¨ªa volviendo a Am¨¦rica Latina despu¨¦s de que el arzobispo de San Salvador hab¨ªa sido asesinado en el altar, por defender a los pobres, respondi¨® textualmente: ?Tambi¨¦n yo fui Sucesor, en Cracovia, de un obispo, que fue asesinado hace nueve siglos: San Estanislao. Tambi¨¦n entonces se discuti¨® mucho sobre su muerte y se analiz¨® el caso. Aqu¨ª con monse?or Romero hubo un asesinato: era un obispo con empe?o evang¨¦lico. Pero ahora hay que esperar todav¨ªa?. Otro colega le pregunt¨® si consideraba m¨¢s peligroso el capitalismo materialista o el comunismo ateo. Y respondi¨® que los dos, pero a?adi¨®: ?lo que har¨ªa falta ser¨ªa una revisi¨®n objetiva y sin prejuicios de los ¨²ltimos doscientos a?os de nuestra civilizaci¨®n?.
?Viene a apoyar o a frenar a los obispos brasile?os acusados por el r¨¦gimen de empe?arse demasiado en el ¨¢mbito sociopol¨ªtico?, le pregunt¨® un periodista italiano: ??Qu¨¦ episcopado no podr¨ªa hoy ser acusado de lo mismo? Acusar es f¨¢cil, como es f¨¢cil instrumentalizar la acci¨®n de un obispo. Pero lo que hace falta es conocer bien la realidad?, respondi¨®. ?Viene a ense?ar o a aprender?, fue otra de las preguntas: ?Yo ense?o siempre,?, respondi¨® Wojtyla, ?porque mi misi¨®n es ¨¦sta: ense?ar a todo el mundo?. El sustituto de la secretar¨ªa de Estado, el arzobispo Eduardo Mart¨ªnez Somalo, comentaba sonriendo: ?Tiene unos reflejos enormes. Caza las preguntas al vuelo?.
Durante las once horas de vuelo en el avi¨®n papal, la compa?¨ªa italiana ofreci¨®, adem¨¢s de una comida suculenta con entremeses de langosta, salm¨®n y caviar, champagne franc¨¦s a discreci¨®n y vinos italianos de gran solera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.