Alegr¨ªa y normalidad popular

A pesar de que algunos agoreros, presagiaban incidentes en la jornada inaugural de las fiestas, lo cierto es que la normalidad ha sido la t¨®nica general en los dos primeros d¨ªas. Hubo normalidad en el chupinazo, en una plaza del ayuntamiento en la que se apretujaban y achicharraban miles de personas desde dos horas antes; tan s¨®lo algunos gritos en petici¨®n de libertad de los ¨²ltimos detenidos acusados de pertenecer a ETA pudieron escucharse al comienzo del riau-riau. Unos cincuenta j¨®venes se sentaron en el suelo, justo encima de una placa que asegura que en aquel lugar bautiz¨® san Saturnino a los primeros creyentes navarros, mientras gritaban: ??Libertad detenidos!?, ??San Ferm¨ªn, aqu¨ª no estamos todos!?, u otros esl¨®ganes alusivos al tema. Los que gritaban, socios en su mayor¨ªa de la pe?a La Armon¨ªa Chantreana, a la que pertenecen algunos de los detenidos, quer¨ªan mostrar su disconformidad con unas detenciones que consideraban arbitrarias. El resto, miles de pamplonicas, sin entrar a considerar la cuesti¨®n, se quedaron af¨®nicos de, gritar ?san Ferm¨ªn, san Ferm¨ªn!, para dar a entender que Pamplona, al menos esta semana, est¨¢ en fiestas.El primer encierro, a pesar del gent¨ªo, fue normal, dentro de los l¨ªmites de la emoci¨®n del espect¨¢culo. Los toros del conde de la Corte tardaron en salir de los corrales del Gas, y en la cuesta de Santo Domingo, el sitio m¨¢s dificil del encierro, un morlaco golpe¨® con las astas a un mozo que andaba apurado de espacio, y que fue a parar al suelo de forma aparatosa. El resultado fue casi ben¨¦volo para lo que pudo haber sido posible fractura de clav¨ªcula y conmoci¨®n cerebral. Este a?o tendr¨¢ que o¨ªr los sanfermines por la radio.