El congreso de los socialistas catalanes
LA NO asistencia de Felipe Gonz¨¢lez a la clausura del congreso de los socialistas catalanes es indicio del significado ¨²ltimo de esta tensa asamblea. El resultado de ella se presta a ser interpretado como un rev¨¦s a la estrategia de los socialistas como alternativa del poder en el conjunto del Estado, y tambi¨¦n como el reforzamiento de esa inconfundible ?mala conciencia? que caracteriza al grupo de intelectuales y profesionales que, tras la escisi¨®n del fallecido Pallach, pactaron con el PSOE la unificaci¨®n socialista en Catalu?a. La derrota de los dirigentes de la antigua federaci¨®n catalana del PSOE y de los l¨ªderes de UGT, marginados de los puestos de responsabilidad en los centros decisorios de la organizaci¨®n, constituyen la otra cara de la moneda del copo de cargos y puestos de sus rivales.No deja de ser una paradoja que los responsables de la estrategia que llev¨® al PSC-PSOE al Waterloo de las elecciones al Parlamento catal¨¢n, en marzo de este a?o, salgan reforzados de esta prueba. N¨²meros cantan. Los votos que la opci¨®n socialista obtuvo en Catalu?a en marzo de 1979 se derrumbaron estrepitosamente cuando el PSC-PSOE present¨® a Joan Revent¨®s como candidato a la presidencia de la Generalidad. Revent¨®s es, sin duda, un hombre que mantuvo una digna actitud de oposici¨®n al franquismo, un dem¨®crata y un pol¨ªtico de cierto atractivo, pero parece que el puesto de l¨ªder socialista en Catalu?a le viene grande.
No se trata tan s¨®lo de la permanencia en la secretar¨ªa general del PSC-PSOE del candidato derrotado en los comicios de marzo de 1980, que adem¨¢s se muestra incapaz de sintetizar las diversas corrientes dentro de su partido, o de contribuir de manera activa y creadora a limar asperezas y a lograr acuerdos. La fracci¨®n ganadora del congreso socialista ha extra¨ªdo de la pasada hecatombe electoral, producida, como decimos, en gran parte por la personalizaci¨®n de la campa?a en torno al se?or Revent¨®s, la inveros¨ªmil lecci¨®n de la huida hacia adelante, que amenaza con laminar a la plataforma socialista entre Convergencia y Esquerra en los aspectos nacionalistas y el del PSUC en los posicionamientos de clase. Las decenas de miles de votos que: se le escaparon al PSC-PSOE, en beneficio de los partidos dirigidos por Pujol y Barrera, dificilmente podr¨¢n. regresar a las urnas socialistas con la estrategia de afirmar su catalanismo mediante la exclusi¨®n de los espa?olistas del PSOE y de UGT y de acentuar a la vez su izquierdismo mediante un impreciso proyecto de unidad con los comunistas. Las elecciones de marzo demostraron claramente que la hemorragia de sufragios socialistas no se produjo en beneficio del PSUC, sino en provecho de opciones catalanistas convincentes, del Partido Socialista Andaluz y del abstencionismo.
Pero lo m¨¢s inveros¨ªmil de la fracci¨®n triunfadora en el congreso de los socialistas catalanes, todav¨ªa m¨¢s que su obcecaci¨®n en sostener la simulaci¨®n de Ravent¨®s como l¨ªder carism¨¢tico o que su purga de los viejos militantes del PSOE y de UGT, es su prop¨®sito de mantener su aislamiento y no entrar en la mayor¨ªa parlamentaria y el Gobierno de la Generalidad ni asumir tampoco hasta sus ¨²ltimas consecuencias el riesgo del frentepopulismo. Si las ¨²nicas -y remotas- posibilidades del PSOE de derribar a UCD del Gobierno antes de las elecciones estribaban en una alianza en las Cortes Generales con la Minor¨ªa Catalana y otros grupos nacionalistas, la estrategia de los vencedores en el congreso socialista, al excluir la colaboraci¨®n dentro de Catalu?a con Convergencia Democr¨¢tica, arruina esa perspectiva por entero y le ofrece al partido del Gobierno unas bazas que UCD, sin duda, tratar¨¢, con toda justicia, de aprovechar.
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