Los suspensos de junio

Es lamentable que al final del curso escolar muchos padres castiguen a sus hijos cuando les quedan pendientes algunas asignaturas. Algunos chicos, temiendo el castigo, abandonan sus domicilios hasta que son ?capturados? por la polic¨ªa. El pasado a?o se dio el caso de un ni?o de trece a?os que se suicid¨® por tener tres asignaturas pendientes para septiembre.Ning¨²n padre tiene derecho a torturar a su hijo ni por este ni por ning¨²n motivo. Lo que debe saber es que, casi la mitad de los d¨ªas, su hijo falt¨® a clase, no por su culpa, si no por huelgas de los profesores, de los propios alumnos o de los medios de transporte; es muy raro que durante todo un a?o no perdiera alguna clase por enfermedad -suya o de sus familiares- o alg¨²n otro acto o fiesta entre su propia familia. El ambiente de ¨¦sta tambi¨¦n cuenta, pues no siempre es como deb¨ªa ser y esto influye, pero mucho, en la mentalidad del ni?o.

El padre debe ser el amigo, el compa?ero, y no el enemigo de su propio hijo. Yo dir¨ªa que le corresponde, al 50% con el colegio, la educaci¨®n y ense?anza del ni?o. No crea que con enviar a ¨¦ste al colegio ya est¨¢ desligado de toda obligaci¨®n.

No considero, salvo rar¨ªsimas excepciones, culpable a ning¨²n ni?o de sus fracasos, y desde aqu¨ª exhorto a todos los padres a que reconsideren y ayuden a sus hijos en la adversidad. /