Los maestros
Cuando yo era mozo, regresaba siempre adolescente al mismo t¨®pico generacional, con toda mi generaci¨®n de posguerra:-No tenemos maestros. Somos una generaci¨®n sin maestros.
Ten¨ªamos -muchos profesores, catedr¨¢ticos, rectores magn¨ªficos -ah, don Cayetano de Mergelina y Luna-, adjuntos, n¨²meros uno de su promoci¨®n, n¨²meros del Opus, de la guerra y del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas. Tener todo eso es lo contrario de tener maestros. Un maestro no se encuentra y a toda esa gente la hab¨ªamos encontrado en la calle de en medio, que fue por donde tir¨® Franco. Ahora tengo que decir, cuando ya me coge tarde para educando o doctrino y pronto para adoctrinador, que la idea de Luis Gonz¨¢lez-Seara, mi admirado amigo, de incorporar a la universidad toda la aureolada basca de maestros reales y factuales de la cultura espa?ola, es, sin duda, la idea m¨¢s democr¨¢tica y revolucionaria -en hombre tan escasamente revolucionario- de todo lo que llevamos de democracia. Naturalmente, ha ca¨ªdo borde.
Me sorprende la sorpresa de los peri¨®dicos y la opini¨®n ante la fumatta nera de los consejos de rectores, que excluye una y otra vez, salvo excepciones, a los verdaderos maestros del tiempo que pasa, neg¨¢ndoles c¨¢tedra en la universidad, cuando la tienen en la universalidad. Neg¨¢ndoles c¨¢tedra en adviento, cuando la tienen en el viento. La universidad espa?ola es mayormente y sin generalizar, un bunker del tardofranquismo que vuelve como ausencia, ya que no como presencia. Ingenuos como somos,, nos hemos pasado la vida democr¨¢tica breve diciendo:
-Ah, claro, el que ah¨ª est¨¢ el franquismo residual.
Cre¨ªamos que era en un sitio solo, Administraci¨®n, gendarmer¨ªa o gran capital. Luego lo hemos ido cambiando de un sitio a otro:
-En tal ministerio est¨¢ el ¨²ltimo basti¨®n del franquismo.
Y, finalmente, los m¨¢s auspiciadores han tenido.que recibir la verdad: el tardofranquismo no es Mart¨ªn Villa, la Universidad de Palma, el Ministerio de la Vivienda, la plaza de Oriente, las chicas de Serrano, Pedrosa Latas o el 20/N. Ni tampoco anda la fantasma tardofranquista, como diablo cojuelo o V¨¦lez de Guevara de derechas, saltando de teja en teja por el todo Madrid. M¨¢s bien tardofranquismo es todo, y ni siquiera tardo, sino franquismo enjuto, que cada d¨ªa levanta barbacanas y apresta ballester¨ªa desde una de las torres mil del Madrid gentil, que dijo Tom¨¢s Borr¨¢s, hoy contra Castilla del Pino o Vidal Beneyto, corporat¨ªvamente, ma?ana contra Manuel V¨¢zquez-Montalb¨¢n, corporeizadamente. Lo dem¨¢s es Camu?as y cha-cha-ch¨¢.
Los maestros que no tuvimos, y cuya letan¨ªa de nombres repet¨ªamos vaga en el caf¨¦ de provincias, alargando la largu¨ªsima tarde del domingo sin propina ni provecho, ah¨ª est¨¢n, aqu¨ª, con veinte o cuarenta a?os de retraso, seg¨²n los casos, y el corporativismo universitario los rechaza por raz¨®n del antiguo r¨¦gimen y por otra raz¨®n que t¨¢mbi¨¦n es regimental: son rojos o lo parecen y, adem¨¢s, no han hecho oposiciones. Dos argucias que son la misma, porque la docencia- como ganap¨¢n y no como pasi¨®n es un invento franquista: la cultura como poder y no como comunicaci¨®n. La c¨¢tedra como almena y no como plaza abierta, ateniense o madrile?a.
Tu?¨®n de Lara ha hecho oposiciones durante cuarenta a?os, examin¨¢ndose de todo y ante todos, con el mundo por tribunal y por montera. Castilla del Pino ha hecho oposiciones formales y no le dieron c¨¢tedra en Madrid porque L¨®pez-Ibor le ve¨ªa poco rezador del rosario de Peyton. Vidal Beneyto ha hecho las oposiciones de la Oposici¨®n, oponi¨¦ndose a la ominosa desde la Platajunta. Y no les canso m¨¢s, que julio me tiene muy cansado. Todos los d¨ªas parece 18.
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