La orden de expulsi¨®n de los gitanos de Hernani desencadena una pol¨¦mica sobre el racismo en el Pa¨ªs Vasco
Para Herri Batasuna (siete concejales en el Ayuntamiento de Hernani, m¨¢s el alcalde), la pol¨¦mica desencadenada en torno a la expulsi¨®n de los gitanos no es m¨¢s que una batalla pol¨ªtica, tras la que se encuentra el Partido Socialista de Euskadi (PSOE). Para los dirigentes socialistas, en cambio, lo que se ha entablado es una lucha por la defensa de los derechos humanos y de las libertades garantizadas por la Constituci¨®n espa?ola y el Estatuto de Autonom¨ªa del Pa¨ªs Vasco.Entre cuarenta y cincuenta gitanos residen en Hernani desde hace tres a?os. Despu¨¦s de deambular por los alrededores se instalaron en una antigua nave industrial, completamente destartalada, en la que entra el viento y el agua por todas partes. All¨ª habitan tres familias, una veintena de ni?os. A cien metros, en una villa abandonada, otro grupo m¨¢s peque?o. Viven del cart¨®n que recogen, ?porque ahora los tiempos son malos y la gente ya no tira a la basura ni chatarra?. De cuando en cuando alguno de los j¨®venes consigue un trabajo, que siempre dura poco.
Juanjo Ur¨ªa, el alcalde de Herri Batasuna, asegura que ?desde que hemos llegado al Ayuntamiento estamos trabajando para ayudar a los gitanos a integrarse en el pueblo, con visitas y gestiones constantes ante instancias superiores. Lo que ocurre es que no hemos recibido m¨¢s que promesas, y al final hemos tenido que aceptar la decisi¨®n popular contra la presencia de los gitanos?. Ur¨ªa, de veintinueve a?os, empleado en una f¨¢brica de papel, est¨¢ convencido de que el PSE-PSOE trata de utilizar el problema con fines partidistas. ?Han lanzado una campa?a para hacer ver que en Hernani, donde dominamos las fuerzas abertzales, se expulsa a los gitanos. Quieren insinuar que despu¨¦s tendr¨¢n que irse los inmigrantes. Sin embargo, no hemos hecho m¨¢s que atenernos a nuestros principios democr¨¢ticos y respetar la voluntad del pueblo?.
?Lo que ha ocurrido en Hernani recuerda los procesos de la Inquisici¨®n?, replica Jos¨¦ Antonio Maturana:, diputado socialista en el Parlamento vasco, ?y tiene un cierto tufillo racista que es preciso atajar de inmediato, con la Constituci¨®n y el Estatuto en la mano?. Maturana piensa entrevistarse inmediatamente con el consejero de Interior, Luis Mar¨ªa Retolaza, para exigir la anulaci¨®n del acuerdo, y presentar una moci¨®n en tal sentido ante la c¨¢mara vasca.
?Nosotros vamos a revisar seriamente lo ocurrido, volviendo sobre nuestro voto in¨ªcial, que fue favorable a la expulsi¨®n?, reconoce, por su parte, I?aki Gurrutxaga, miembro de la ejecutiva provincial de Euskadiko Ezkerra. Gurrutxaga explica que de los dos concejales de la coalici¨®n, s¨®lo uno pudo asistir al pleno y que ¨¦ste no se encontraba al tanto de la situaci¨®n, dej¨¢ndose influir quiz¨¢ por la actitud virulenta del p¨²blico, que ped¨ªa a gritos la expulsi¨®n de los gitanos. ?Pero hay que reaccionar frente a este tipo de movimientos y mentalizar a la gente, evitando ir detr¨¢s de asambleas o asociaciones, aunque sean populares, cuando como ocurre en este caso est¨¢n en juego principios democr¨¢ticos y humanitarios?.
Silencio del PNV
El cuarto partido pol¨ªtico implicado, el PNV (seis concejales), mantiene un discreto silencio. Un representante de su consejo provincial se limit¨® a considerar el tema como un asunto local y declar¨® que la actuaci¨®n de sus concejales ser¨¢ explicada en una conferencia de prensa que organizar¨¢ el ayuntamiento.Juanjo Ur¨ªa, el alcalde, afirma que han estado trabajando para integrar a los gitanos, ?pero las quejas y denuncias de los vecinos eran constantes, y tend¨ªan a incrementarse robos, agresiones, una reyerta en la que lleg¨® a correr la sangre... El temor de la gente ha provocado este resultado final?.
Ana Urtxuegu¨ªa, concejala del PSE-PSOE, considera, sin embargo, que los tres partidos favorables a la expulsi¨®n no se tomaron en serio la integraci¨®n de los gitanos. ?Desde hace tiempo se pidieron al gobierno civil casas prefabricadas para instalarles y la respuesta fue positiva, pero condicionada a que el ayuntamiento facilitara un terreno, cosa que no se ha hecho. Una propuesta para que la diputaci¨®n ceda 2.000 metros cuadrados de su propiedad en Sorgintxulo est¨¢ paralizada por el PNV?. Por iniciativa de un concejal socialista, Jos¨¦ Morcillo, se est¨¢ gestionando la formaci¨®n de una cooperativa para la fabricaci¨®n de objetos de mimbre, en la que podr¨ªan trabajar ocho gitanos y doce payos. La producci¨®n se comercializar¨ªa, en un 80%, a trav¨¦s del Ministerio de Cultura, y el resto de forma aut¨®noma. La financiaci¨®n podr¨ªa asegurarse gracias al medio mill¨®n de pesetas de cr¨¦dito oficial a cada socio. ??Por qu¨¦ se expulsa a los gitanos cuando est¨¢n a punto de conseguir su derecho al trabajo, a la vivienda y a la escuela??, se pregunta la concejala.
Jos¨¦, como los dem¨¢s gitanos adultos, est¨¢ dispuesto a integrarse en la ?comparativa?, como ¨¦l dice, porque ?no soy un vago y he estado trabajando en una conservera de Bermeo varios a?os y en la construcci¨®n en Ir¨²n. Lo que pasa es que siempre se acababa, y yo era el primero en tener que marchar?.
Para los socialistas, la cooperativa sigue siendo un proyecto viable. ?No vamos a aceptar la expulsi¨®n de los gitanos, porque el acuerdo del Ayuntamiento de Hernani debe anularse?, afirma Maturana, ?ya que es contrario al Estatuto de Guemica y a la Constituci¨®n. En el primero se establece que los derechos de los ciudadanos vascos son los reconocidos en la Constituci¨®n, y en su art¨ªculo 19 ¨¦sta declara que los espa?oles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por territorio nacional.
La propia Herri Batasuna, en un extenso comunicado de cuatro folios, incluye entre las denuncias presentadas ante el ayuntamiento por los vecinos la siguiente ins¨®lita acusaci¨®n: ?Intromisi¨®n en la poblaci¨®n de Hernani?.
??Pero a d¨®nde quieren llegar? ?A acusar a Herri Batasuna de racista? Eso es un puro disparate?, protesta el alcalde Ur¨ªa, ?porque todo el mundo sabe que en nuestra coalici¨®n hay gallegos y extreme?os militando, y muchos inmigrantes nos votan?. Los dirigentes locales de HB insisten una y otra vez en que siempre han defendido a las minorias marginadas y recuerdan que su postura inicial consist¨ªa en expulsar a los gitanos transe¨²ntes, que se concentraron en Hernani en n¨²mero pr¨®ximo a los dos centenares, prosiguiendo el esfuerzo de integraci¨®n con los casi cincuenta habituales. ?Pero las asambleas de barrio son decisorias en los temas que les afectan?, afirman, ?y, contra nuestra propia opinion, votamos a favor de la expulsi¨®n que ellas exclamaron?. Herri Batasuna estar¨ªa dispuesta a reconsiderar el tema, seg¨²n Ur¨ªa, en caso de que as¨ª lo propusieran las mismas asambleas.
La explicaci¨®n del grupo mayoritario en el Ayuntamiento de Hernani, en todo caso, nada tiene que ver con las motivaciones de los concejales del PNV, para quienes las asambleas no son m¨¢s que un camelo.
?El pleno del Ayuntamiento de Hernani no es m¨¢s democr¨¢tico porque haga caso a las denuncias injustificadas y sin pruebas de unos pocos vecinos?, se?ala en una nota Fernando V¨¢zquez, presidente de la Asociaci¨®n de Gitanos de Guip¨²zcoa, ?ya que en todo caso se deja llevar por el que m¨¢s grita y no por el que tiene raz¨®n?. Un hijo de Urbano, el jefe del clan sentado ante la hoguera, contesta, mientras tanto, entre la algarab¨ªa de los perros y los ni?os: ?Yo he venido aqu¨ª de cualquier parte y aqu¨ª me quedo, hasta que quiera irme a cualquier parte?.
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