Marisol, fr¨ªa y distante en el recital de su deb¨²

El deb¨² de Marisol en la presentaci¨®n de sus galas madrile?as fue precedido de una expectaci¨®n que no fue corroborada por la actuaci¨®n de la cantante, que interpret¨® sus melod¨ªas m¨¢s conocidas, pero que no lleg¨® a despertar el calor que se hubiera presumido en un p¨²blico, en principio, adicto. Al car¨¢cter helado de la noche contribuy¨® en gran manera la refrigeraci¨®n de la sala en la que actu¨® la popular artista malague?a.

Con una imagen muy distinta a la de la portada de su ¨²ltimo disco, Galer¨ªa de perpetuas, se present¨® Pepa Flores, Marisol, el mi¨¦rcoles por la noche, en una sala de fiestas madrile?a. Una actuaci¨®n que en realidad constitu¨ªa su deb¨² como cantante, ya que, aparte de una intervenci¨®n en el Festival de la OTI y su aparici¨®n en una fiesta en Altea, Marisol no se hab¨ªa decidido hasta ahora a refrendar sus ¨¦xitos discogr¨¢ficos con una actuaci¨®n en directo.Con el fr¨ªo de la madrugada apareci¨® Marisol en escena acompa?ada de sus m¨²sicos y del d¨²o V¨ªctor y Diego. Vestida de blanco, con un traje masculino un poco a lo Mari Trini y el pelo vuelto a los reflejos suaves del color rubio, Pepa Flores inici¨® un recital de catorce canciones que resum¨ªan un poco apresuradamente toda su ¨²ltima trayectoria musical.

Las luces del escenario, que contribu¨ªan a aclarar el maquillaje palid¨ªsimo de la cantante y su corte de pelo, respetando el flequillo infantil, le daban una apariencia de fragilidad cuando pis¨® la escena a los primeros acordes de la m¨²sica. La ac¨²stica no muy buena de La Riviera, la sala donde act¨²a en Madrid, imped¨ªa disfrutar de unas canciones que dan la impresi¨®n de estar siempre faltas de arreglos. S¨®lo la voz espl¨¦ndida de Pepa Flores, envuelta en una tensi¨®n a veces rabiosa, quedaba intacta en el aire, cargado naturalmente de llamaradas de luz de los flashes de la legi¨®n de fot¨®grafos que llenaban el local. Antes que nada, la aparici¨®n de Pepa Flores era un acontecimiento period¨ªstico, y el p¨²blico, aparte de las inevitables caras conocidas de folkl¨®ricas, locutores de televisi¨®n o ventr¨ªlocuas, estaba integrado fundamentalmente por grupos de matrimonios vestidos para la ocasi¨®n, que se apretujaban en las mesas de hierro, con una apariencia un poco frustrada ante los temas elegidos por Marisol.

Espera, Te pido que me ayudes a pasar la noche, Ser¨¦ lo que t¨² prefieras, tu sombra o acaso tu alfombra..., recitaba la bella Marisol en un ambiente que se acercaba inexorablemente a una temperatura bajo cero.

Una actitud tensa

Al final de la primera parte, Pepa Flores abandon¨® el escenario sin saludar al p¨²blico, en una actitud tensa que no abandon¨® a lo largo de toda su actuaci¨®n. Ni siquiera una sola vez la idolatrada Marisol, a quien los fot¨®grafos de Prensa lanzaban, de cuando en cuando, un t¨ªmido piropo, tom¨® contacto verbal con la sala, que empez¨® a caldearse justamente cuando sonaban dos canciones de V¨ªctor y Diego: Hay un parque aqu¨ª, en mi barrio, y luego la famosa Cristal, que sirvieron de l¨ªnea divisoria en la actuaci¨®n de la cantante.A las dos de la madrugada todos envidi¨¢bamos secretamente a los int¨¦rpretes, protegidos por los rayos c¨¢lidos de la iluminaci¨®n, que hicieron que Pepa Flores se despojara de su chaqueta blanca y apareciera en escena con su blusa arremangada sobre unos antebrazos desprovistos de cualquier clase de adorno. M¨¢s tranquila y segura de s¨ª misma cant¨® la canci¨®n de Juan Carlos Senante dedicada a Rafael Alberti, tres o cuatro baladas rom¨¢nticas, e hizo algunos pinitos de cante flamenco y malague?as.

Cantar fue la ¨²ltima de las canciones del repertorio, y s¨®lo entonces, cuando el p¨²blico coreaba calurosamente ?otra, otra?, Pepa Flores regres¨® al escenario y pronuncio sus ¨²nicas palabras no cantadas de toda la noche: ?Esto no estaba previsto?, dijo, ?o sea, que yo no s¨¦ c¨®mo saldr¨¢?, antes de iniciar los compases de Comprada, la cuarta de las canciones del disco Galer¨ªa de perpetuas, que interpret¨® junto con La bodega del barco, Nana y Labores de bastidor. No falt¨®, naturalmente, su ¨¦xito H¨¢blame del mar, marinero y una versi¨®n de la canci¨®n de Joan Manuel Serrat Tu nombre me sabe a yerba, interpretada por Marisol con mucha fuerza.