Una carrera entre par¨¦ntesis
Tras largos a?os de encarnar la imagen mod¨¦lica de la ni?a de seda y lacito de las pel¨ªculas de la posguerra, Josefa Flores Gonz¨¢lez comprendi¨® que, efectivamente, con la figura de Marisol hab¨ªa llegado un ¨¢ngel a su vida. Pero un ¨¢ngel exterminador. Porque de las primeras pel¨ªculas ingenuas y dulzonas, Un rayo de luz, Ha llegado un ¨¢ngel, Cabriola, etc¨¦tera, que agotaban el fil¨®n de la gracia hispana, hecho ni?a que baila, canta y enternece, Pepa Flores se encontrar¨ªa desprovista de una alternativa y una idea clara de qui¨¦n era como actriz y como persona. Casada con el hijo de su apoderado y productor, Carlos Goyanes, en 1967, el matrimonio dur¨® poco, y Marisol se lanz¨® a algunos intentos cinematogr¨¢ficos adultos, que resultaron absolutamente fallidos.El encuentro con el bailar¨ªn Antonio Gades marcar¨ªa un giro fundamental en su vida. Pepa Flores se recluye en la casa que posee Gades en Altea al poco de nacer la primera de sus dos hijas, para dedicarse casi exclusivamente a sus tareas de esposa y madre. En esta especie de retiro espiritual y art¨ªstico ha pasado Pepa Flores alrededor de seis a?os, durante los cuales lo m¨¢s destacable de su actividad como actriz fue su intervenci¨®n en la pel¨ªcula de Mario Camus Los d¨ªas del pasado, juzgada elogiosamente por la cr¨ªtica. A pesar de que durante su etapa en Altea Pepa Flores manifest¨® en las contadas ocasiones en que se decidi¨® a recibir a un periodista su absoluto rechazo de la imagen de Marisol que la hab¨ªa rodeado siempre, mostr¨¢ndose particularmente reacia a actuar en Televisi¨®n, al cumplir los 32 a?os Pepa Flores ha cambiado de parecer, lanz¨¢ndose nuevamente, aunque esta vez con mayor cuidado, al trabajo art¨ªstico. Su presentaci¨®n como cantante en Madrid es s¨®lo el inicio de una gira de diecisiete galas, con las que la actriz pretende recuperar un p¨²blico y un espacio profesional hasta ahora pr¨¢cticamente abandonado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.