El estadio Lenin no se llenar¨¢ en la apertura de los Juegos
Los Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨², que se inauguran hoy, costar¨¢n 53.000 millones de pesetas. Seg¨²n los c¨¢lculos de las agencias de viajes expendedoras de los billetes, solamente estar¨¢n presentes en el estadio Lenin 60.000 de las 103.000 personas que puede albergar. Los Juegos de Mosc¨² han superado todos los r¨¦cords de inversi¨®n monetaria.
Montreal, que gast¨® 12.000 millones de pesetas, lo que supuso una sena hipoteca para la ciudad, ha sido superada con creces. Mosc¨² cuenta en su plan quinquenal de construcciones con un, total de 1,8 billones de pesetas. nes de pesetas. Mosc¨² ha hecho un gran esfuerzo para presentar unos Juegos deslumbrantes. Ha construido nueve instalaciones y ha reformado otras trece. Seg¨²n la. opini¨®n generalizada, la villa ol¨ªmpica es la m¨¢s funcional de cuantas ha habido. hasta la fecha. La residencia de los atletas, que consta de dieciocho torres de diecis¨¦is plantas cada una, ha. sido pensada para futuras viviendas de los moscovitas. La inversi¨®n, por tanto, hay que considerarla menor o al menos muy pr¨¢ctica en una buena parte.
El gran problema del gigantismo de los Juegos, aunque se considera constantemente, siempre pasa a un segundo plano, porque no hay ninguna ciudad organizadora que resista la tentaci¨®n de superar a la anterior. Roma, hace veinte a?os invirti¨® en sus Juegos 1.700 millones de pe setas y a partir de Tokio las cifras aumentaron en cantidades astron¨®micas. Solamente los ale manes, en Munich, no llegaron a la cifra de 40.000 millones presupuestados.
La organizaci¨®n sovi¨¦tica ha sido montada humanamente sobre una estructura gigantesca. Seg¨²n los c¨¢lculos de ¨²ltima hora, hasta 115.000 personas han intervenido e intervienen en la preparaci¨®n, montaje y desarrollo de los Juegos.
Hace un tiempo se especul¨® con la posibilidad de que a causa del boicoteo hubiera dificultades de abastecimiento para los atletas, pero esos temores han resultado infundados. La empresa alemana que se comprometi¨® a alimentar a los atletas, pese a la postura adoptada por el Gobierno de Helmut Schmidt, ha cumplido su contrato y por el momento los deportistas se sienten realmente satisfechos.
La comida habitual es la siguiente: desayuno, huevos fritos con o sin bacon, zumos de fruta (naranja, manzana), leche, caf¨¦, t¨¦ y pastas. Adem¨¢s hay fruta fresca, a base de mel¨®n, albaricoques, melocotones, manzanas y ciruelas, aparte frutos secos, tales como pasas y orejones.
El almuerzo y la cena son a base de entremeses variados con sardinas en escabeche, salm¨®n, esturi¨®n, carne fr¨ªa y ensalada con tomate, lechuga, pepino y aceitunas. El plato fuerte, a elegir, entre carne y pescado. El pescado, fundamentalmente, es el esturi¨®n con salsa y patatas, y la carne, a elegir, a la plancha o guisada, y pollo. Todos los platos de carne est¨¢n aderezados con macarrones, arroz, guisantes y otras verduras.
Los deportistas espa?oles, por lo que se ha podido apreciar hasta el momento, est¨¢n satisfechos del trato recibido. Los primeros d¨ªas fueron un poco m¨¢s engorrosos por los tr¨¢mites de entrada y la localizaci¨®n de los autobuses que les conducen a los lugares de entrenamiento, pero estos peque?os problemas ya han sido superados.
La villa ol¨ªmpica cuenta con una vigilancia especial¨ªsima. C¨¦lulas fotoel¨¦ctricas en lugares estrat¨¦gicos pueden dar la alarma ante alg¨²n intruso. La delegaci¨®n espa?ola solamente puede recibir la visita de seis periodistas cada d¨ªa, y para ello es absolutamente necesario solicitar el ingreso con veinticuatro horas de antelaci¨®n. En esa petici¨®n de pases debe figurar exactamente la filiaci¨®n que figura en la tarjeta de acreditaci¨®n, porque cualquier variaci¨®n es motivo suficiente para imposibilitar el acceso. Hace unos d¨ªas, Raimundo Saporta solicit¨® la entrada en la villa y cuando se present¨® en la puerta vio el paso cortado, simplemente porque en la petici¨®n figuralba su nombre a secas y en la acreditaci¨®n figuraba Saporta, don Raimundo. El don que alguien oficiosamente le coloc¨® fue interpretado por un apellido. Para que los funcionarios le dieran paso fue necesario que Anselmo L¨®pez hiciera una nueva petici¨®n con la inclusi¨®n del don. En la petici¨®n del visitante debe figurar tambi¨¦n la fecha de nacimiento.
La ceremonia inaugural, que se prev¨¦ deslumbrante, con la novedad de que los atletas portadores de la antorcha no subir¨¢n, como tradicionalmente se hac¨ªa, hasta el pebetero del estadio, para prender la llama (existe un procedimiento electr¨®nico que permitir¨¢ el encendido desde los bajos del grader¨ªo), podr¨ªa verse empa?ada no s¨®lo por la ausencia de miles de espectadores, sino tambi¨¦n por el tiempo. Aunque en esta semana ha habido dos jornadas soleadas, el r¨¦gimen de lluvias previsto sobre Mosc¨² persiste.
Probablemente, por vez primera una ceremonia inaugural no tendr¨¢ un lleno absoluto. Los norteamericanos, que en la fecha adecuada adquirieron 200.000 localidades, tienen en sus manos nada menos que 120.000. Para las agencias espa?olas de viajes el boicoteo ha sido tambi¨¦n un duro golpe. Solamente han vendido el 30% del cupo conseguido para excursiones y localidades.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.