El psiquiatra Joan Obiols muri¨® ayer cuando visitaba a Dal¨ª
Anteanoche y de forma repentina falleci¨® el catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa y ex rector de la Universidad de Barcelona Joan Obiols, de 61 a?os de edad. El ¨®bito tuvo efecto en Port-Lligat, adonde se hab¨ªa trasladado expresamente, como hac¨ªa todos los jueves, seg¨²n revelaba ayer este diario, para atender a Salvador Dal¨ª, aquejado de delicados problemas ps¨ªquicos. Cuando estaba atendiendo a Dal¨ª le sobrevino un infarto de miocardio. Poco despu¨¦s, fallec¨ªa.
Partidario de una psiquiatr¨ªa biol¨®gica, de base f¨ªsica y cient¨ªfica, cr¨ªtico por e.llo de las corr¨ªentes ps¨ªcoanal¨ªt¨ªcas, Obiols insisti¨® constantemente en la falta de entidad cient¨ªfica y m¨¦dica de la dualidad mente-esp¨ªr¨ªtu; para ¨¦l, nociones como la percepci¨®n y la memoria constituyen funciones del organismo equiparables a la digesti¨®n o a la respiraci¨®n, siendo por ello la unidad indestructible de lo ps¨ªquico y lo som¨¢tico presupuesto b¨¢sico de su actividad cl¨ªnica y docente.En 1972 fue elegido decano de la facultad de Medicina de Barcelona, y en 1977, tras la dimisi¨®n de Jim¨¦nez de Parga, fue el primer rector -en funciones- elegido democr¨¢ticamente, cargo que desempe?¨® durante menos de un a?o. Fue presidente de la Federaci¨®n Mundial de Psiquiatr¨ªa Biol¨®gica, y acad¨¦mico de la Real de Medicina de Barcelona.
En el terreno universitario fue un aut¨¦ntico liberal en el sentido m¨¢s directo y personal de la palabra. Logr¨® lo casi imposible: que en su c¨¢tedr¨¢ coexistieran conductistas y psicoanalistas, as¨ª como otras subfamilias ideol¨®gicas o terap¨¦uticas. El mismo, en la docencia, fue un ecl¨¦ctico capaz de respetar cien corrientes sin asumir ninguna. Este quiz¨¢ fue uno de los aspectos m¨¢s fruct¨ªferos de su labor.
En el orden terap¨¦utico us¨® de forma bastante estandarizada el tratamiento convencional con barbit¨²ricos y narcol¨¦pticos. Su consultorio era masivamente frecuentado. Su sistema de pasar visita permit¨ªa atender a gran n¨²mero de pacientes, pero con terapias escasamente individualizadas. Contrariamente a lo propio de los catedr¨¢ticos de Medicina, su clientela era popular, por cuanto que el precio de sus consultas tambi¨¦n lo era.
Con su trabajo hab¨ªa logrado una muy considerable fortuna. Era propietario de aut¨¦nticas mansiones -en el Montseny, en Torre Valentina- y pose¨ªa una excelente colecci¨®n de obras de arte. Parte de la misma desapareci¨® como consecuencia de un incendio en una de sus casas. Pese a su situaci¨®n social, su trato era de una cordialidad extrema, populista, asequible, directo.
Otra de sus grandes pasiones era la buena mesa. De forma justificada pasaba por ser uno de los paladares m¨¢s delicados de Catalu?a. Tambi¨¦n en este orden era ajeno a todo esnobismo.
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