"Las dosis de radiactividad consideradas inocuas har¨¢n aumentar el c¨¢ncer"
El doctor Brugarolas hizo p¨²blica por primera vez su preocupaci¨®n ante el continuo, incremento cle las dosis bajas de radiactividad en una ponencia presentada ante un c¨ªrculo de expertos en la reuni¨®n nacional de la Asociaci¨®n Espa?ola contra el C¨¢ncer, celebrada el pasado mes de mayo en el Ateneo de Le¨®n. Seg¨²n Brugarolas, la irradiaci¨®n se presenta, junto con el tabaco, la, dieta alimenticia y la industrializaci¨®n de productos qu¨ªmicos carcin¨®genos, como un importante fact¨®r en la incidencia del c¨¢ncer en el futuro inmediato de la humanidad.Pregunta. De los diversos factores productores de c¨¢ncer, ?cu¨¢l de ellos le parece el m¨¢s grave?
Respuesta. El tabaco es un factor individual de riesgo vinculado al 30% de las muertes por c¨¢ncer. La dieta es un factor relativamente individual, que no es exactamente controlable. El gran cambio de nuestra dieta alimenticia, que ha sido pasar del cocido a la dieta concentrada de grasas y baja en residuos (carne, mantequilla, embutidos, nata, etc¨¦tera) y pocos vegetales, justificar¨ªa, junto con el tabaco, el 60% de las muertes por c¨¢ncer. La gran diferencia de las dosis bajas de irradiaci¨®n con respecto a estos otros factores es que no son controlables por el individuo. Se supone que la poblaci¨®n puede recibir entre 0,17 a 0,5 REM por persona y a?o, pero lo cierto es que no hay datos sobre dosis bajas de irradiaci¨®n que puedan asegurar su aceptaci¨®n por el cuerpo humano.
El peligro es que se est¨¢n dando, como premisas de que las dosis de baja irradiaci¨®n no son t¨®xicas, datos basados en experimentos de irradiaciones agudas en animales o de gente que ha sobrevivido a determinados accidentes graves; pero no existen datos sobre los efectos de la exposici¨®n del organismo a dosis de baja irradiaci¨®n durante per¨ªodos de treinta o cuarenta a?os.
P. ?Qu¨¦ fuentes emiten esas dosis de baja irradiaci¨®n?
R. Las fuentes que emiten radiactividad te¨®ricamente admisible por los seres humanos son variadas. Desde la industria nuclear hasta las pantallas de televisi¨®n, pasando por las radiograf¨ªas y otros tratamientos m¨¦dicos con irradiaciones, son focos de radiactividad en la vida cotidiana.
P. ?C¨®mo act¨²an las dosis de baja irradiaci¨®n en el organismo humano?
R. Provocan un da?o repetido
La irradiaci¨®n da?a las c¨¦lulas, pero en ¨¦stas siempre se produce un proceso de reparaci¨®n del da?o. La dosis repetida puede llegar a estropear estos mecanismos e impedir que las c¨¦lulas se reparen. Este problema de exposici¨®n continua a dosis bajas de irradiaci¨®n se complica con otros factores capaces de provocar c¨¢ncer, que tambi¨¦n inciden constantemente sobre el organismo, como son el tabaco y la dieta.
P. La droga que usted est¨¢ aplicando para curar el c¨¢ncer, el Norgamem, se basa precisamente en regenerar las c¨¦lulas que han enfermado. ?No puede plantearse con la radiactividad un proceso que impida esta regeneraci¨®n?
R. Desde un punto de vista conceptual podemos prever que va a haber un aumento muy importante de c¨¢ncer, ya que sabemos que hay gran cantidad de c¨¦lulas que est¨¢n en situaci¨®n precancerosa. Lo que no sabemos es si el Norgamem va a ser activo con este tipo de c¨¦lulas. La c¨¦lula cancer¨ªgena est¨¢ desinhibida de los controles fisiol¨®gicos normales que el organismo tiene para que trabaje organizadamente con las dem¨¢s. La funci¨®n del Norgamem es modificar estas estructuras para volver a hacerlas sensibles a los mecanismos de control. No estoy seguro si las bajas irradiaciones pueden interferir este proceso. Los datos que poseemos sobre bajas dosis de irradiaci¨®n son tremendamente especulativos, solamente el porvenir podr¨¢ demostrarlos.
P. ?Cu¨¢l es su postura ante el aumentado de radiactividad originado por las centrales nucleares?
R. Pienso que los Gobiernos est¨¢n comprometidos con algo que es irrenunciable, que es el progreso. Esto es imparable y les obliga a la aplicaci¨®n inmediata de tecnolog¨ªas nuevas cuyo alcance es desconocido. No hay datos sobre las consecuencias y no se miran esas consecuencias, dando paso a la improvisaci¨®n y a la esperanza de resolver los problemas cuando lleguen. La energ¨ªa nuclear tiene un problema de emisi¨®n de dosis bajas de irradiaci¨®n, aun cuando funciona con normalidad, y adem¨¢s est¨¢ sujeta a riesgos muy altos, porque una vez que se activa la fisi¨®n nuclear el proceso es im parable. El riesgo de acc¨ªdente en una central nuclear es una posibilidad muy grave y no se puede decir que est¨¦ prevista cualquier anoma l¨ªa, porque el acc¨ªdente es algo que te viene y que se llama accidente porque era imprevisible.
P. ?Y el problema energ¨¦tico?
R. Creo que hay que agotar los medios alternativos a la energ¨ªa nuclear. El coste puede ser elevado, pero nada es elevado comparado con el da?o a la humanidad. Deber¨ªa darse prioridad al desarrollo de la energ¨ªa solar y otras fuentes limpias, al margen de que los recursos de carb¨®n, gas y petr¨®leo son lo suficientemente abundantes para superar este per¨ªodo de crisis hasta que se pongan a punto tecnolog¨ªas limpias, como la de fusi¨®n. Creo adem¨¢s que a¨²n hay abundantes yacimientos de energ¨ªas f¨®siles sin descubrir.
En concreto, recientemente me comunicaci¨®n que en el oc¨¦ano Atl¨¢ntico, a quince kil¨®metros de El Ferrol, existe la posibilidad de que haya una bolsa de petr¨®leo de grandes proporciones, que no se est¨¢ investigando por razones que me son desconocidas. En definitiva, creo que no se puede comprometer el futuro de la humanidad por algo tan posiblemente coyuntural como la energ¨ªa nuclear de fisi¨®n. No se trata de frenar para volver a un pasado rom¨¢ntico, sino de frenar para reconsiderar la situaci¨®n y ver hasta d¨®nde podemos llegar. Si dentro de treinta a?os la incidencia de c¨¢ncer se ha cuadruplicado, no podremos decir que eso no era esperable.
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