Comenzaron a caer los "records"
La URSS se adjudic¨® las dos primeras medallas de oro de unos Juegos que parecen destinados a la mayor gloria de su r¨¦gimen. Espa?a inici¨® su andadura clasificando al equipo de cuatro sin timonel para la final de remo. Una victoria sobre la Uni¨®n Sovi¨¦tica en hockey y un empate en f¨²tbol frente a la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana fueron un balance feliz de un primer d¨ªa en cierto modo comprometido. Tres nuevos r¨¦cords mundiales, uno en tiro para la URSS y dos en nataci¨®n femenino para la inevitable RDA, fueron el aldabonazo que abri¨® la carrera de las nuevas marcas, que tambi¨¦n en Mosc¨² promete especial relieve, pese a las ausencias de grandes figuras.
El despertar del primer d¨ªa ol¨ªmpico se hizo con los disparos de pistola libre. Un sovi¨¦tico, Aleksander Melentev, los coloc¨® en 581 puntos y se adjudic¨® la primera medalla de oro. No pasaron muchos minutos para que se produjera el segundo triunfo del pa¨ªs organizador. En el dif¨ªcil circuito ciclista, que fue contestado durante la Spartakiada por la Uni¨®n Ciclista Internacional, por la peligrosidad de algunas partes del recorrido, se impuso en la prueba de cien kil¨®metros contra reloj por equipos la URSS. A los vencedores les escoltaron en el podio alemanes de la RDA y checos. El ciclismo ol¨ªmpico parece definitivamente en manos de los pa¨ªses d el este de Europa. Las cl¨¢sicas naciones ciclistas han desaparecido del concierto amateur. Y las razones son m¨²ltiples, pero lo que resulta incontes table es el hecho de que los ganadores alcanzaran el triunfo con un tiempo que super¨® en un minuto las dos horas, lo que viene a significar que para ser campe¨®n en la pr¨®xima edici¨®n habr¨¢ que correr a m¨¢s de cincuenta kil¨®metros por hora. Lord Killanin entreg¨® las medallas, y junto a ¨¦l estuvo el presidente de la federaci¨®n espa?ola, Luis Puig, quien est¨¢ en alza en el concierto internacional, pero que ha sido incapaz de crear un conjunto ciclista para estos Juegos. Tambi¨¦n en esto vamos a menos.B¨¢rbara Krause, que en nataci¨®n es toda una veterana, en las series eliminatorias de los cien metros libres pulveriz¨® el r¨¦cord mundial y lo dej¨® en 54.98, que casi es una buena marca masculina. Las nadadoras germanas, sobre las que dentro de unos d¨ªas comenzar¨¢ a especularse sobre la cantidad de hormonas que reciben durante su formaci¨®n, subieron al podio en los 4 x 100 estilos con un nuevo r¨¦cord mundial. Entre las vencedoras tambi¨¦n hab¨ªa un nombre acreditado en otros Juegos, el de Andrea Pollak. Las germanas nadan, al igual que lo hicieron en Montreal, sin complejos de ning¨²n tipo, y quiz¨¢ no habr¨¢ modo de establecer con ellas comparaciones con las ausentes. A las germanas les quedar¨¢, eso s¨ª, el dolor de no haber humillado a las norteamericanas, como hicieron en Montreal.
La racha exultante se rompi¨® en la final de los doscientos metros mariposa. Gan¨® el sovi¨¦tico Sergei Fesenko, seguido del brit¨¢nico Hubble y el germano democr¨¢tico Pyttel, que ya va hacia abajo. No hubo r¨¦cord mundial. Aqu¨ª s¨ª se echaron de menos los boicoteadores.
La jornada inicial para el deporte espa?ol fue ciertamente esperanzadora. Los futbolistas, que en los Juegos Ol¨ªmpicos desde Amberes siempre han estado m¨¢s o menos marginados, parece que en esta ocasi¨®n est¨¢n dispuestos a reverdecer viejos laureles. La primera salida a escena de Pepe Santamar¨ªa result¨® satisfactoria. El equipo, pese a lo escaso de preparaci¨®n que anda, funcion¨®.
La carrera de los r¨¦cords ha comenzado. Mosc¨² tambi¨¦n nos promete grandes explosiones deportivas.
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