El ¨¦xito clandestino de un recital de Vainica Doble
El recital ofrecido por Vainica Doble en el teatro Mart¨ªn, de Madrid, en la noche del d¨ªa 24, constituy¨® algo as¨ª como un ¨¦xito clandestino. Un ¨¦xito porque, como en su reaparici¨®n hace algunas semanas en el San Juan Evangelista, Carmen Santonja y Gloria van Aerssen se enfrentan a un p¨²blico tan ins¨®lito como incondicional: dandis de Malasa?a, jovencitas atigradas, supervivientes de la generaci¨®n de los sesenta y del diluvio de los setenta. Este sorprendente conglomerado se re¨²ne para corear Caramelo de lim¨®n o la Habanera del primer amor, canciones que en m¨¢s de un caso los espectadores han debido redescubrir¨¢ trav¨¦s de la radio o la tradici¨®n oral, ya que los dos primeros discos de Vainica Doble son absolutamente inencontrables.Pero un ¨¦xito clandestino, porque las Vainicas no cuentan con el aparato del show biz, m¨¢s afanado en promover figurillas de ocasi¨®n. As¨ª, el recital, adem¨¢s de empezar a las doce y media de la noche, recibi¨® una publicidad m¨¢s bien discreta. Sin embargo, todo permite. pensar que un lanzamiento adecuado podr¨ªa convertir a Vainica Doble en uno de los principales ¨¦xitos de los ochenta. Y es que ha pasado algo sorprendente con las canciones de Santonja-Van Aerssen.
La enga?osa sencillez y suavidad de los temas de Vainica Doble, de apariencia infantil gracias a su combinaci¨®n de lenguaje familiar y poes¨ªa surreal, comenz¨® su peligrosa labor de infiltraci¨®n en los hogares hace ya casi una d¨¦cada, apoyada por la televisi¨®n (las Vainicas eran las autoras de las sinton¨ªas de los programas de Jaime de Armi?¨¢n). Los padres no se dieron cuenta nunca, probablemente, de que, las canciones de Vainica Doble eran corrosivamente feministas, ecologistas o antiautoritarias.
El caso, sin embargo, es que lo eran. Por eso, el p¨²blico heterog¨¦neo que escucha a esas dos ni?as tan malas (en el Mart¨ªn aparecieron vestidas de blanco y llenas de pl¨¢cido candor, como corresponde que lo hagan las malas ni?as) no busca recuperar un pasado idealizado, sino explicitar su complicidad con ellas. No se puede decir que las canciones de Vainica Doble se mantengan actuales: es m¨¢s que eso, s¨®lo ahora empiezan a ser actuales. Cuando nacieron eran m¨¢s bien premonitorias.
Vainica Doble aparecieron acompa?adas por cuatro buenos profesionales, con Luis Mendo haciendo de chico de la pel¨ªcula. Hubo fallos de preparaci¨®n y alg¨²n altavoz crepitante, incluso rotura de cuerda a cargo del Mendo, pero a nadie le import¨®. Cantaron canciones de siempre; entre ellas, La bruja, un tema demasiado maravilloso, y por ello casi desconocido (se public¨® en un disco sencillo m¨¢s inencontrable a¨²n que su restante producci¨®n); cantaron canciones de su pr¨®ximo disco (ya grabado con Guimbarda), como Escrito con sal y brea, una demostraci¨®n de la fuerza y la riqueza como compositoras de las Vainicas.
El ex¨®tico p¨²blico del recital sali¨® tan feliz que se puede imaginar lo que suceder¨ªa si el nuevo disco contara con una buena promoci¨®n y si las Vainicas se decidieran a actuar con regularidad. Pero quiz¨¢ eso sea pedir demasiado.
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