"Panam¨¢" Francis y The Basie Alumni: retrato de dos orquestas de "jazz"
El IV Festival de Jazz de Vitoria ha permitido algo que cada vez ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil: llevar al escenario a un grupo de instrumentistas que ha configurado unas p¨¢ginas de la histor¨ªa del jazz. Cuando el pabell¨®n polideportivo de Mendizorroza era abandonado, el lunes, por las 3.000 personas que acababan de escuchar a Panama Francis and his Savoy Sultans, el responsable del conjunto, David A. Panama Francis, nos declaraba: ?A la velocidad que ahora vamos, no es que deje de haberjazz, pero no ser¨¢ este que nosotros hacemos. Hay mucha confusi¨®n; hoy en d¨ªa cualquier cosa en la que hay bater¨ªa lo llaman jazz?. Estas frases fueron la respuesta a la pregunta de si el estilo consagrado por un Louis Amstrong, Duke Ellington o Count Basie, del cual los conjuntos llamados a Vitoria son un vivo ejemplo, se guir¨ªa despu¨¦s de la desaparici¨®n de ¨¦stos.El p¨²blico, formado en l¨ªneas generales por j¨®venes, y progres ya maduros, se calienta al cuarto de hora de comenzar los Savoy Sultans, todos los cuales vivieron aquellas ¨¦pocas del jazz bailable que se tocaba en el Savoy Ballroom de Harlem, en Nueva York. ?En la actualidad no se piensa que el jazz fue creado para que la gente bailara?, dice Panama, ?por eso nos llevamos una gran alegr¨ªa cuando estamos tocando en alg¨²n sitio y la gente responde. Eso para nosotros es maravilloso?.
Vestidos con un discreto traje azul, entre marino y celeste, y unas llamativas corbatas rojas con lunares blancos, los veteranos m¨²sicos, todos ellos aut¨¦nticos solistas, reflejan el mismo contrapunto que se da entre ellos mismos y el p¨²blico. Red Richards, el pianista, mastica chicle constantemente. El guitarrista, John Sm¨ªth, uno de los m¨¢s afamados en el mundo del jazz, le dice algo a Panama, al que tiene a la izquierda, cuando parece que no va a terminar la zarabanda que aplica a su bater¨ªa. Pasando a la secci¨®n de viento, los puntales son el trompetita lrwing Stokes, al que se considera influenciado por Sweets Edison, y al saxo tenor George Kelly. A lrwlng se le forman dos mofletes cil¨ªndricos en los p¨®mulos, como ventosas de una bocina, en cuanto ataca la trompeta. Su cr¨¢neo rapado y cara seria le dan imagen del menos simp¨¢tico del conjunto, que derrocha amabilidad. Kelly, sin embargo, tiene aire venerable con su cabello blanco, contrastando con el negro de su piel y el dorado de la montura de sus gafas. El saxo alto, Howard Swan Jhonson, alarmantemente delgado, pasa menos inadvertido por su f¨ªsico que por su historia en dos orquestas c¨¦lebres, las de Benny Carter y la de Dizzy Gillespie. El contrabajo, Bill Pemberton, oculto tras Panama, apenas destaca, a pesar de que fue uno de los mejores acompa?antes de Ella Fitzgeralt. En fin, Panama, con golpes precisos de bater¨ªa, ensambla el viento con la percusi¨®n. Marca la pauta pasando del ritmo de la ametralladora al del arco del viol¨ªn. Hay momentos en los que el p¨²blico silba de entusiasmo.
Dulce y suave The Basie Alumni
Esta permeabilidad del jazz tradicional volvi¨® a repetirse en el festival de Vitoria con la big band de The Basie Alumni. El trompeta Harry Sweets-Edison, con ese apodo que en ingl¨¦s viene a significar dulce y suave, particip¨® en la ¨¦poca dorada de una de las dos mejores orquestas de la historia del jazz, la de Count Basie. Los ocho hombres que componen ahora el grupo estuvieron influidos, m¨¢s o menos directamente, por aquella orquesta. El segundo trompeta, Joe Newman, tuvo tambi¨¦n estrecha relaci¨®n con Lionel Hampton. Marshall Royal, saxo alto y clarinete, coordinador de la secci¨®n de viento, toc¨® en los a?os treinta con Louis Amstrong.Panam¨¢ Francis no duda en asegurar que el fondo domina sobre la forma: ?El jazz es sentimiento?, asegura. ?Nosotros lo llevamos dentro casi desde que est¨¢bamos en el vientre materno ?. Preguntado sobre el que se practica en Europa, estima que est¨¢ demasiado adornado. ?Por eso no me parece que sea lo que ellos sienten?, comenta. Ya cuando le preguntamos que si el jazz ha sido el resultado del entorno social y el clima del sur estadounidense, vuelve su mirada hacia Africa una y otra vez: ?Tenemos que hablar de la ¨¦poca de la esclavitud, cuando en Africa se utilizaban, se utilizan, los tambores, como medio de comunicaci¨®n?. Partiendo de ello, s¨ª reconoce. que el entorno condiciona, y as¨ª, en Brasil, surge la samba. Pero para Panama esta m¨²sica, como en Country Weist y un largo etc¨¦tera, est¨¢ sacada de una ¨²nica clase de m¨²sica: el jazz.
Tanto los Panama como los alumnos de Basie han acabado su gira europea de este a?o en esta cuarta edici¨®n del festival de Vitoria. El patrocinio del Ayuntamiento de Vitoria, la diputaci¨®n foral y la Caja de Ahorros Municipal han permitido este a?o dar un notable incremento de calidad al festival, que, por primera vez, se independiza del de San Sebasti¨¢n. Incluso las fechas han tenido que adelantarse, coloc¨¢ndose por delante del donostiarra, que comenz¨® anteayer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.