Fracasa una moci¨®n de censura laborista presentada contra el Gobierno conservador brit¨¢nico
Sin la menor esperanza de ganarla, y con el fin de poner de manifiesto ante el pa¨ªs el ?abismo? que separa a la oposici¨®n del Gobierno en pol¨ªtica econ¨®mica, el Partido Laborista present¨® ayer en la C¨¢mara de los Comunes una moci¨®n de censura contra el Gabinete que encabeza la se?ora Thatcher. El debate, que dur¨® m¨¢s de cinco horas, constituy¨® un intercambio de ataques entre los dos partidos mayoritarios brit¨¢nicos, personificado en un duelo entre la primera ministra Margaret Thatcher y el l¨ªder de la oposici¨®n James Callaghan.El Gobierno conservador, que tiene una mayor¨ªa de 42 diputados en la C¨¢mara de los Comunes, derrot¨® f¨¢cilmente la moci¨®n de censura laborista.
Aunque el tema principal del Gobierno era la pol¨ªtica econ¨®mica, la artiller¨ªa principal para la oposici¨®n fue suministrada por las crecientes cifras de paro en Gran Breta?a, que el pasado mes arrojaron un r¨¦cord de parados s¨®lo comparable al registrado durante la crisis econ¨®mica mundial de los a?os treinta. En los momentos actuales, el n¨²mero de personas que cobran subsidio de paro en el pa¨ªs asciende a 1.900.000, lo que equivale a un7,8 % de la poblaci¨®n activa brit¨¢nica.
Duras palabras contra la pol¨ªtica econ¨®mica conservadora
Al presentar la moci¨®n de censura, Callaghan tuvo duras palabras para la pol¨ªtica monetarista del actual Gobierno, que est¨¢ produciendo ?un gran da?o al pueblo brit¨¢nico y colocando a la industria brit¨¢nica en una situaci¨®n de la que le ser¨¢ dificil salir?.La se?ora Thatcher, en uno de sus discursos m¨¢s agresivos y devastadores, con voz firme y sostenida que muchas veces alzaba para hacerse o¨ªr en medio de la barah¨²nda organizada por la oposici¨®n, manifest¨® que su Gobierno no ten¨ªa la menor intenci¨®n de cambiar el actual curso de la econom¨ªa. ?Cualquier cambio de rumbo constituir¨ªa un error fundamental?, afirm¨®. Todos en este lado de la C¨¢mara, dijo ref¨ªri¨¦ndose a los conservadores, estamos preocupados y compartimos con la oposici¨®n la angustia por las cifras de parados, pero no estamos dispuestos a aumentar el gasto p¨²blico, que se traducir¨ªa, inevitablemente, en un incremento de la inflaci¨®n. Para aumentar el gasto p¨²blico tendr¨ªamos que aumentar los impuestos o imprimir m¨¢s dinero, lo que provocar¨ªa un alza inflacionista.
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