Insultos de verano
Por favor, eviten que EL PA?S caiga en la trampa que le tendieron el a?o pasado, por esta ¨¦poca, y conviertan sus p¨¢ginas en tribuna abierta, al denuesto y al insulto personal. Mi temor est¨¢ fundado en que uno de los protagonistas de aquellas diatribas ya ha lanzado la primera piedra, en este caso contra Jos¨¦ Luis Aranguren, del que tiene derecho a discrepar, por supuesto, pero, evidentemente, con el respeto que el ex profesor de Etica, y por fortuna a¨²n vigente maestro, se merece. Estoy seguro que ¨¦l no se dar¨¢ por aludido, pero temo que tambi¨¦n, por alusi¨®n indirecta, salte de nuevo a la palestra alguno de los nacionalismos, y suscribir¨ªa la mayor¨ªa de las formulaciones con el pretendido preciosismo del lenguaje salvaba del peor gusto ?corralero?.Pasa p¨¢gina 8
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A m¨ª tampoco me parece bien los juicios que Aza?a merece a Aranguren y as¨ª he tenido ocasi¨®n de manifest¨¢rselo personalmente, probablemente porque yo sea un fervoroso aza?ista y admirador de la obra literaria y pol¨ªtica del presidente de la Segunda Rep¨²blica, pero pienso que tiene derecho a enjuiciarlo desde su particular punto de vista, aunque, por supuesto, sin ninguna pretensi¨®n de objetividad, como es evidente. Pienso, incluso, que la actitud de Aranguren va por un pasotismo a contracorriente con el que viene a afirmar algo as¨ª como ?ahora que todos cantan las virtudes de Aza?a, yo voy a descubrir algunos de sus defectos?. Por el contrario, estoy muy de acuerdo con las tesis que Jim¨¦nez Losantos sostiene sobre los nacionalismos, y suscribir¨ªa la mayor¨ªa de las formulaciones contenidas en su libro Lo que queda de Espa?a. Pero, eso s¨ª, discrepo radicalmente de su estilo altanero de gallo de pelea, del que viene haciendo gala desde sus primeras apariciones como publicista.
Espero que el se?or Jim¨¦nez Losantos no tome en cuenta el contenido de esta carta como algo afrentoso, pero, en cualquier caso, puede estar seguro de que no entrar¨¦ en ning¨²n juego de ataques y contraataques dial¨¦cticos. /
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