Diferencias entre los partidos mayoritarios retrasan la aprobaci¨®n de un plan de actuaci¨®n urgente

Por vez primera en sus dos a?os largos de existencia legal, la Junta de Andaluc¨ªa est¨¢ a punto de conseguir dar una respuesta institucional seria y de conjunto a la situaci¨®n socioecon¨®mica de la regi¨®n andaluza, tantas veces calificada de explosiva, mediante la aprobaci¨®n de un plan de actuaci¨®n. Y, sin embargo, tambi¨¦n el plan de urgencia que los partidos parlamentarios discuten desde hace varias semanas podr¨ªa engrosar la amplia lista de los inventarios de males o las declaraciones de buena voluntad por las diferencias de criterios, que retrasan su ratificaci¨®n. La historia de la Junta preauton¨®mica registra varios intentos, siempre fallidos, de hacer frente a la agobiante crisis social y econ¨®mica de Andaluc¨ªa, paralelamente a la marcha, actualmente paralizada, del proceso auton¨®mico. En honor a la verdad, hay que decir que estos intentos han terminado en el olvido m¨¢s lamentable a causa de la ineficacia de la propia Junta, la falta de apoyo del Gobierno central y lasvicisitudes de la vida pol¨ªtica espa?ola.

En septiembre de 1978 se acord¨® por el ente preauton¨®mico la formaci¨®n de una comisi¨®n mixta para estudiar el problema del paro en la regi¨®n, que, tras una reuni¨®n con el vicepresidente Abril, qued¨® reducida al estudio del paro puramente agrario, y no pas¨® del an¨¢lisis de un documento remitido por el Gobierno, y cuyas previsiones no se cumplieron. El segundo intento, en diciembre del mismo a?o, consisti¨® en crear otra comisi¨®n, esta vez con un t¨ªtulo m¨¢s pomposo: comisi¨®n sobre pol¨ªtica b¨¢sica para Andaluc¨ªa. La convocatoria de elecciones generales la releg¨® al ba¨²l de los recuerdos.La misma comisi¨®n, resucitada en junio de 1979, se deja en v¨ªa muerta por voluntad o complicidad de los cuatro partidos integrados en la Junta: PSOE, PCA, PSA y UCD. Algo parecido ocurri¨® con una comisi¨®n del Senado creada en septiembre, de la que formaban parte, entre otros, los senadores Manuel Fombuena y Pedro Valdecantos, de UCD, y los socialistas Rafael Estrella y Juan P¨¢ez. Hasta ahora, casi un a?o despu¨¦s, nadie se ha tomado la molestia de explicar si esta comisi¨®n se reuni¨® alguna vez, y a qu¨¦ conclusiones lleg¨®.

M¨¢s significativa ha sido la trayectoria de la ¨²ltima -por ahora- comisi¨®n constituida en el seno de la Junta meses atr¨¢s. Su objetivo es elaborar un plan de urgencia para Andaluc¨ªa, y est¨¢ compuesta por t¨¦cnicos de los cuatro partidos que tienen el mandato del consejo permanente de la Junta de elaborar un programa unitario, cuya sanci¨®n definitiva y negociaci¨®n con el Gobierno corresponder¨¢ al propio consejo.

Ambig¨¹edad

La actitud de los representantes de UCD ante el plan de urgencia ha sido, como m¨ªnimo, ambigua. En primer lugar, pidieron retrasar sus aportaciones hasta la celebraci¨®n del congreso regional centrista de Torremolinos, lo que hac¨ªa imposible, en la pr¨¢ctica, cumplimentar el mandato recibido por la comisi¨®n de tener elaborado el proyecto del plan antes del 15 de junio.Ante esta situaci¨®n, socialistas, comunistas y nacionalistas se dedicaron a refundir sus respectivos proyectos para presentar a UCD un programa com¨²n. Tras pedir y obtener un plazo de quince d¨ªas para estudiarlo, los centristas lograron retrasar la fecha definitiva de entrega hasta septiembre. Hay que hacer constar que en esta serie de dilaciones UCD ha contado con la colaboraci¨®n del PSOE, por estar los dirigentes socialistas convencidos de que la firma del partido gubernamental es imprescindible para asegurar la viabilidad del plan de urgencia.

El PCA, por su parte, es mucho m¨¢s pesimista, y su representante en la comisi¨®n, Fernando Feijoo, ha advertido que la intenci¨®n del Gobierno con estos constantes retrasos es acomodar algunos aspectos del plan de urgencia a los Presupuestos Generales del Estado y conceder a Andaluc¨ªa, con el aparente visto bueno de la Junta, lo que de todas formas ya ten¨ªan previsto en los presupuestos de 1981, pr¨¢cticamente elaborados cuando la Junta intente negociar su plan.

En cualquier caso, conviene precisar que al documento elaborado por PSOE-PCA-PSA, que contiene, en un centenar de folios, un diagn¨®stico bastante certero de la situaci¨®n econ¨®mica de Andaluc¨ªa, un detallado estudio de medidas de pol¨ªtica global y sectorial a aplicar, UCD ha contestado con quince folios llenos de observaciones cr¨ªticas y sugerencias en las que se denuncia el car¨¢cter m¨¢s pol¨ªtico que t¨¦cnico del documento tripartito y las presuntas cortapisas que contiene a la libre iniciativa del empresariado.

Se da la circunstancia de que UCD, que exigi¨® a los partidos de izquierda que el documento que hab¨ªan elaborado no se hiciese p¨²blico hasta que no hubiera sido discutido entre los cuatro, envi¨® a los medios informativos su propio documento-r¨¦plica en cuanto lo hubo terminado, de modo que la opini¨®n p¨²blica ha podido conocer las cr¨ªticas centristas al plan de urgencia de la izquierda antes, que el mismo plan. De la precipitaci¨®n con que ha sido preparada la r¨¦plica de UCD puede dar idea la errata contenida en la p¨¢gina seis, en la que el cambio de la palabra legislaci¨®n por industria hace declarar a los economistas de UCD: ?Parece una aseveraci¨®n de dudosa legalidad la referencia al control por la Junta de Andaluc¨ªa de la entrada de capital extranjero, que viene encomendado por la industria vigente a la Administraci¨®n central?.

Todas estas circunstancias hacen temer que si al final se consigue un plan de urgencia com¨²n (aunque en la primera sesi¨®n se aprobaron 78 de las cien p¨¢ginas del plan de la izquierda, a¨²n quedan por discutir el problema financiero y el tema de las inversiones), sea ya demasiado tarde para que pueda reflejarse en los planes del Gobierno para el a?o pr¨®ximo y quede, una vez m¨¢s, en agua de borrajas.