La izquierda desconf¨ªa de una alternativa radical para salir de la crisis
Intervinieron Fernando Claud¨ªn, Julio Rodr¨ªguez Aramberri, Jorge Mart¨ªnez Reverte y Ludolfo Paramio, cuatro de lo ocho coautores del libro ?Crisis de los partidos pol¨ªticos?, y Pablo Castellano e Ignacio Sotelo, del Partido Socialista Obrero Espa?ol. Manuel Azc¨¢rate, del Partido Comunista de Espa?a, y Eugenio del R¨ªo, del Movimiento Comunista.Crisis de los partidos pol¨ªticos? es un volumen centrado en la etapa de la transici¨®n pol¨ªtica espa?ola, que recoge, entre otros aspectos, el protagonismo de los partidos en los ¨²ltimos a?os, el fen¨®meno creciente de la abstenci¨®n, el desencanto, el auge de los nacionalismos, la crisis de la juventud y el papel de las organizaciones extraparlamentarias.
? Crisis de los partidos pol¨ªticos
? (Edici¨®n a cargo de Fernando Claud¨ªn). Fernando Claud¨ªn, J. R. Aramberri, Juan Mu?oz, J. M. Reverte, Ludolfo Paramio, Eladio Garc¨ªa, Pina L¨®pez Gay y Angel Serrano. D¨¦dalo Ediciones. Madrid 1980.
FERNANDO CLAUD?N
"La forma de partido no ha caducado
?Yo creo que nuestro prop¨®sito es analizar los problemas de la crisis en los partidos pol¨ªticos, particularmente en los de la izquierda. A trav¨¦s de todo el libro se ve que el problema es muy complejo. Es decir, que no se pueden reducir los factores de la causa de la crisis de los partidos pol¨ªticos porque no es un tema que se le exija mucha discusi¨®n y porque se manifiesta en toda una serie de datos que est¨¢n sobre la mesa y que no es necesario enumerar?. ?El libro trata de analizar concretamente la crisis de los partidos tradicionales de izquierda y la inconexi¨®n con el proceso de la transici¨®n, porque, evidentemente' aunque exista toda una serie de factores en la crisis de estas organizaciones, que pueden ser comunes a Espa?a, Francia e Italia, la manera como se ha realizado esta transici¨®n incide de una forma espec¨ªfica en el modo de manifestarse la crisis de los partidos tradicionales de la izquierda espa?ola?.
?En este sentido hay enfoques diversos. Uno, el de Julio Rodr¨ªguez Aramberri, que atribuye sobre todo esta crisis a la incapacidad de abordar los problemas evidentemente complejos que planteaba la transici¨®n a un temor, digamos de los poderes econ¨®micos o f¨¢cticos que ha hecho que los partidos de la izquierda retrocedan ante una serie de imperativos que les ha llevado a una pol¨ªtica exclusivamente de Parlamento y a un consenso. Todo ello a espaldas del conocimiento de los grandes sectores populares?.
?Un partido bisagra, o intermedio entre UCD y PSOE, que recoger¨ªa toda una serie de elementos y de personalidades y figuras pol¨ªticas que han quedado sueltas por ah¨ª, cuya radicalidad empieza a ser dudosa, ser¨ªa un partido que colmar¨ªa todas las medidas en lo que se refiere a ese estilo parlamentarista y correr¨ªa el riesgo de venderse al mejor postor, de la izquierda o de la derecha, para poder juzgar un papel con arreglo a los intereses muy espec¨ªficos de partido y no con arreglo a los intereses generales?.
?Yo tengo serias dudas sobre ello, porque pienso que el problema que se trata de resolver es el de toda una serie de cuestiones que han planteado los movimientos sociales a partir de 1968 en diferentes pa¨ªses europeos?.
?A m¨ª me parece que, por la naturaleza misma de esos problemas, los agentes sociales que pueden plantearlos y abordarlos con eficacia son precisamente los componentes de ese movimiento social. Por toda una serie e razones derivadas de las condiciones en que se ha efectuado la transici¨®n y otras que est¨¢n hoy tambi¨¦n en crisis. La cuesti¨®n vital ser¨ªa desarrollar esos movimientos sociales, que pueden ejercer una influencia muy positiva en los partidos tradicionales de izquierda?.
?Los partidos pol¨ªticos est¨¢n en crisis, pero no una crisis que considere que la forma de partido haya caducado hist¨®ricamente o sea necesario crear otros partidos?.
JORGE MARTINEZ REVERTE
"Crisis de la idea de partido revolucionario"
?En esta especie de contraposici¨®n que se hace a veces entre la existencia de un partido radical y la de los partidos cl¨¢sicos de izquierda es interesante se?alar el car¨¢cter de no alternativa global a la sociedad que ofrece el primero. El Partido Radical aparece, en este sentido, como una especie de parche que viene a llenar un hueco que la izquierda no es capaz de llenar, caso de las reivindicaciones feministas o ecologistas que, en el mejor de los casos, suele adaptar, pero, normalmente, con gran oportunismo?.
?En la crisis de los partido s pol¨ªticos de izquierda influye no s¨®lo la coyuntura espa?ola, que cuenta con hombres reci¨¦n salidos de la clandestinidad y que a¨²n no est¨¢n preparados para una serie de misiones en la sociedad, sino tambi¨¦n lo que se denomina la crisis de la idea del partido revolucionario?.
?Es decir, la izquierda a¨²n mantiene una serie de condicionamientos de una historia que indica que cada partido es el partido revolucionario, un partido que piensa en cambiar la sociedad y que se propone cambiarla con su propio modelo, y que se encuentra, de pronto, con una realidad que no se parece en nada a lo que esperaba.
Todo esto, entonces, produce un choque entre esta teor¨ªa, que todav¨ªa permanece en las cabezas de aquellos hombres de partido que piensan que la alternativa de su organizaci¨®n es la ¨²nica y la mejor, y la realidad existente que los propios partidos no han sabido asumir, caso de las nuevas reivindicaciones sociales?.
IGNACIO SOTELO
"Crisis del marxismo".
?Los partidos de izquierda tradicionales eran, en la primera fase de esta crisis, organizaciones que cre¨ªan tener un conocimiento global de la evoluci¨®n de la sociedad y una alternativa global para ella. Es decir, la cr¨ªtica al capitalismo y el camino por el que se llegaba a la construcci¨®n del socialismo?.
?Estos planteamientos globales han quedado cargados de problemas y cada vez tienen menos virtualidad. Entonces, la crisis de los partidos de izquierda est¨¢ muy vinculada a la ideolog¨ªa global que lo sustentaban. O sea a la crisis del marxismo.
?El problema est¨¢ en si la crisis es de los partidos pol¨ªticos o del grupo concreto de ideolog¨ªa unitaria y global como movimiento de masas. Yo pienso que lo que ocurre es que los partidos se est¨¢n transformando, de grupos que tienen una receta de an¨¢lisis global de la sociedad, a verdaderos movimientos con pol¨ªticas sectoriales y parciales?.
?Por ello, este fen¨®meno nuevo que es la aparici¨®n de grupos sociales con reivindicaciones espec¨ªficas, feministas, ecol¨®gicas, etc¨¦tera, es algo que tambi¨¦n est¨¢ sucediendo dentro de los partidos.
?Lo que yo creo que est¨¢ en crisis es el tipo tradicional del partido de izquierda, que era el partido burocr¨¢tico de masas con car¨¢cter leninista revolucionario o con car¨¢cter socialdem¨®crata, pero ambos burocratizados y centralizados?.
?Es necesario, pues, un nuevo tipo de partido de izquierda que lleve consigo un grado mayor de descentralizaci¨®n y de participaci¨®n de los distintos sectores interesados en una cuesti¨®n determinada. Hay que ir a una especie de sectorizaci¨®n que, si es recogida democr¨¢ticamente por los partidos de izquierda de nuevo tipo, por llamarlos as¨ª, efectivamente lo que habr¨¢ es una nueva reestructuraci¨®n de los partidos, pero no una crisis?.
?Respecto al Partido Radical, creo que hay que distinguir los dos tipos. El que se ha planteado aqu¨ª como probable es el llamado partido bisagra. Este partido se plantea desde la imposibilidad de que exista un Gobierno de izquierda que sea capaz de hacer ? esa transformaci¨®n democr¨¢tica del Estado. El partido radical bisagra. se presenta como posibilidad de ruptura de la derecha, no como ruptura de la izquierda, pero permiti¨¦ndose ser interlocutor entre la derecha y la izquierda?.
?El otro partido radical, digamos de tipo italiano, es una contradicci¨®n en s¨ª, porque recoge como objetivos elementos que son t¨ªpicos de los llamados movimientos sociales y que, sin embargo, cae en todos los defectos de partido?.
?Lo bueno que tiene un movimiento social es que se plantee como grupo de presi¨®n frente a los partidos para conseguir reivindicaciones sectoriales que pueden ser decisivas en un contexto determinado?.
JULIO RODRIGUEZ ARAMBERRI
"Falta un modelo de sociedad"
?El an¨¢lisis que ha hecho. Ignacio Sotelo me parece sumamente sugestivo. Sin embargo, creo que deja en la oscuridad algo que me parece importante de destacar, y que es que, si existe una crisis de los partidos, sin embargo no se analiza el hecho de que la crisis en Espa?a es una crisis profunda y espec¨ªfica?.
?Mi idea, por tanto, es que hay algo de espec¨ªfico en la crisis de los partidos pol¨ªticos de izquierda en Espa?a. Concretamente, en los dos grandes, PSOE y PCE, porque la derecha, efectivamente, est¨¢ en crisis, pero yo creo que nos lleva una ventaja, y es que tiene claro cu¨¢l es el modelo de sociedad que quiere. Aunque no nos guste, lo tiene relativamente claro?.
?La crisis nos coge, y esto s¨ª que es uno de los grandes y terribles problemas de la izquierda, sin ese modelo de sociedad hacia el cual queremos caminar. Hoy hablamos todos de socialismo, y, sin embargo, cada d¨ªa estamos m¨¢s lejos de saber exactamente qu¨¦ es lo que entendemos por eso?.
?Los partidos de izquierda, al salir de la clandestinidad, se encuentran con que es necesario establecer un pacto con la derecha, a fin de construir ese Estado democr¨¢tico moderno que se ped¨ªa. En este proceso de negociaci¨®n, la izquierda ha ido cediendo, uno detr¨¢s de otro, elementos que eran extraordinariamente importantes?.
?Durante la transici¨®n, el modelo de combinaci¨®n entre democracia parlamentaria y democracia de base no se ha intentado nunca. Y para m¨ª, este es el problema m¨¢s serio que existe?.
?Uno de los elementos del desencanto del que tanto se ha hablado durante los ¨²ltimos tiempos ha sido el ir abandonando la izquierda espa?ola sus posturas sin dar una explicaci¨®n clara del porqu¨¦ lo hac¨ªa, y, desde luego, sin intentar dar una batalla, reduciendo todo s¨®lo al Parlamento, que, para m¨ª, es otro de los problemas graves de la transici¨®n?.
?El Parlamento no ha sido tal, y se ha limitado a ser simplemente una caja de resonancia de cosas que ya estaban pactadas de antemano. Por tanto, no se puede acusar a estos partidos de parlamentaristas, sino al contrario: se puede decir que han sido los antiparlamentarios, puesto que, al no tomarse en serio el Parlamento, todo se ha convertido en eso que suele llamarse la pol¨ªtica invisible. Las grandes decisiones realmente importantes se tomaban al margen de la tribuna p¨²blica?.
? Personalmente no tengo ilusi¨®n ni esperanza en ese partido radical entre el PSOE y UCD. La operaci¨®n en torno al partido bisagra la veo realmente dif¨ªcil y complicada, y la actitud en el Parlamento de los que ¨²ltimamente podr¨ªan constituirlo ha sido la de apoyar, sin duda alguna, los proyectos de UCD. Hasta cu¨¢ndo, no lo sabemos, pero si alg¨²n d¨ªa rompen, desconozco cu¨¢l ser¨¢ su fuerza electoral?.
PABLO CASTELLANO
?Sindicato de funcionarios?
?Yo dir¨ªa, en primer lugar, que no quiero hacer una generalizaci¨®n sobre la crisis de los partidos pol¨ªticos, sino sobre la crisis de algunos partidos pol¨ªticos. Hay una cosa que puede ser de perogrullo, que generalmente la gente no desprecia: habr¨¢ que preguntarse si existe alguna raz¨®n sobre el
La izquierda desconf¨ªa de una alternativa radical para salir de la crisis
abstencionismo de la opini¨®n p¨²blica y el desencanto?.?Yo creo que las hay muy serias, aparte de que exista una a?oranza de lo que representaba en esos partidos de la izquierda la ruptura. El partido como formador de conciencia, el partido como formador de opini¨®n y de denuncia, no existe?.
?Estos partidos, que ten¨ªan que ser los partidos de la denuncia, los partidos de la autenticidad, han sido los partidos del encubrimiento, los partidos de la mixtificaci¨®n, etc¨¦tera. Sobre todo hay un hecho fundamental, que la gente percibe, y que es que los partidos se han convertido en instituciones para s¨ª, en que lo que importa es el partido como fin a s¨ª mismo, y, dentro del partido, el proceso de burocratizaci¨®n, para que ¨¦ste se convierta, en la mayor¨ªa de los casos, en un sindicato de funcionarios, perfectamente determinado y absolutamente desconexionado de la vida de la sociedad y que no interpreta ninguna de esas motivaciones de las que otros movimientos sociales tienen?.
?El hecho de que una constituci¨®n se haya hecho en una confidencialidad absoluta, y que cada vez que hay una ley importante en este pa¨ªs se haya utilizado a los grupos parlamentarios y al propio Parlamento precisamente para lo contrario, es para ocultar que no participe la opini¨®n p¨²blica de ninguna manera?.
Yo no aceptar¨ªa como tesis que hay una crisis de los partidos pol¨ªticos de izquierda, sino que dir¨ªa que los dos grandes partidos de izquierda atraviesan una situaci¨®n de crisis porque no han cumplido ninguno de los requisitos b¨¢sicos de lo que una determinada opini¨®n ciudadana estaba pidiendo?.
EUGENIO DEL RIO
? Partido radical, operaci¨®n oportunista?
?Hay un elemento del que no se ha hablado hasta ahora, que me parece bastante determinante de la situaci¨®n actual. Me refiero a la disociaci¨®n que es habitual en toda democracia parlamentaria entre el sistema pol¨ªtico institucional y la sociedad, los movimientos sociales, la cultura, el mundo de las ideas... Creo que esto, en el Estado espa?ol, fue particularmente acusado y est¨¢ actualmente muy agudizado por el modo mismo en que se realiz¨® la transici¨®n?.
?Los partidos tradicionales de la izquierda est¨¢n en crisis y nadie lo discute. Destacar¨ªa como una causa importante el hecho de que han estado muy volcados a este sistema institucional, hasta el extremo de que han relegado a un segundo plano su actividad en los movimientos sociales, principalmente el movimiento obrero?.
?Yo tengo serias dudas sobre la viabilidad de un partido radical centrista. Creo que el centrismo es el material pol¨ªtico m¨¢s abundante en el espectro actual, y me parece dif¨ªcil inflarlo todav¨ªa m¨¢s. El partido radical que trate de constituir un parche a la izquierda de los partidos de la izquierda tradicional me parece que es s¨®lo la voluntad de algunos sectores de crear este partido?.
?Distinguir¨ªa aqu¨ª, en todo caso, entre aquellos que tranquilamente esperan un partido que presente un cierto grado de eficacia a la izquierda de otros partidos entre los que, a mi juicio, est¨¢n tratando de emprender una nueva operaci¨®n oportunista, haciendo un muro de contenci¨®n que tape las v¨ªas de agua de los partidos de izquierda tradicionales. Operaci¨®n oportunista, por tanto, que me parece dif¨ªcilmente defendible en el momento actual?.MANUEL AZCARATE
? El partido radical no es respuesta?
?Yo quer¨ªa decir, en primer lugar, que la expresi¨®n crisis de los partidos pol¨ªticos puede resultar muy ambigua y muy confusa. Detr¨¢s de una misma palabra se est¨¢ hablando de temas muy diferentes. Algunos son temas puntualmente hist¨®ricos, otros son de crisis de civilizaci¨®n, y el resto, temas de pa¨ªses avanzados?.
?Creo que hay, por un lado, un tema concreto, que es e an¨¢lisis hist¨®rico del per¨ªodo de la transici¨®n en Espa?a, que est¨¢, sobre todo, reflejado en el trabajo de Aramberri. Yo creo que ese an¨¢lisis, en mi opini¨®n, aborda temas interesantes, pero desde la unilateralidad m¨¢s bien de un panfleto pol¨ªtico que de un estudio hist¨®rico?.
?Yo no estoy de acuerdo con las cr¨ªticas que se hacen al Partido Comunista de Espa?a, y al decir que no estoy de acuerdo no intento manifestar que el PCE lo haya hecho todo bien y que no haya cometido errores?.
?Creo que la peor manera de ayudar a que se vean los errores de una fuerza. es exagerarlos, de tal forma que sea casi imposible apreciarlos. Pero, en fin, asumo que ha habido errores y seremos nosotros los que teridremos que analizarlos?.
?La base del desencanto, en mi opini¨®n, est¨¢ en el abismo existente entre unas expectativas que el ciudadano ten¨ªa como dem¨®crata, y una realidad tanto econ¨®mico y social como a nivel de libertades pol¨ªticas?.
?Los partidos pol¨ªticos no es que est¨¦n en crisis. Lo que hoy est¨¢n en discusi¨®n es si ha terminado la etapa hist¨®rica de estos partidos. Esto ha tra¨ªdo consigo la aparici¨®n de movimientos sociales, para los que el partido en general no est¨¢ preparado. Sin embargo, no creo que sea respuesta un partido radical come, grupo que asuma el feminismo, el ecologismo, etc¨¦tera, contrariamente a los dem¨¢s. Ser¨ªa m¨¢s bien una operaci¨®n pol¨ªtica.?
LUDOLFO PARAMIO
"Crisis de los movimientos sociales"
?Yo estoy de acuerdo, aunque le extra?e, con Manuel Azc¨¢rate en algunas cuestiones. Sobre todo cuando afirma que la cr¨ªtica a los partidos en el momento actual es fruto de un espejismo hist¨®rico?.
?Hay ahora una especie de tendencia a sobrevalorar los nuevos movimientos sociales, en un momento en el que los movimientos sociales est¨¢n tambi¨¦n en crisis. Por ejemplo, el movimiento ecologista empieza a retroceder electoralmente, el movimiento feminista se encuentra pulverizado y los movimientos ciudadanos est¨¢n en retroceso?.
?El problema es, pues, que los partidos pol¨ªticos no han asumido las reivindicaciones de los movimientos sociales emergentes con la rapidez que hubiera sido deseable. A consecuencia de ello, los movimientos sociales han entrado en crisis. y los partidos pol¨ªticos han perdido credibilidad?.
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