Terrorismo: n¨²meros rojos
(...) Digan lo que quieran los nost¨¢lgicos irracionales, ahora, hoy, estamos padeciendo la que no quisimos irrenunciable herencia del franquismo. Ning¨²n problema de los que zarandean al pueblo espa?ol es nuevo; hasta la crisis energ¨¦tica se produjo antes del 20 de noviembre de 1975. Los problemas econ¨®micos -expertamente reflejados en el mismo n¨²mero- arrancan de atr¨¢s y no fueron previstos a tiempo; el paro es la secuela de lo anterior. Y el terrorismo, en su terca y brutal versi¨®n vasca, fue concebido, parido y alimentado por una ya remota oligarqu¨ªa, hoy despavorida y saqueada, y una facci¨®n cretina y soberbia de quienes creyeron que ser hijos de san Ignacio era una c¨¦dula de poder¨ªo en este mundo. (...)Pocos hombres p¨²blicos han recibido,en lugar tan com pro metido, tanto cr¨¦dito como el actual ministro del Interior. Sin embargo, pocos est¨¢n jugando tan fuerte y con tanto riesgo. Ros¨®n, gallego del interior, padece algo de lo que parec¨ªa vacunado: una quiz¨¢ inesquivable inclinaci¨®n hacia la publicidad de sus actos de gobernante. Y ahora anda rozando los n¨²meros rojos del amplio cr¨¦dito que casi todos -nosotros incluidos- le dimos a este hombre de hablar lento y quedo, en el que no renunciamos a mantener grandes esperanzas.
Pero cuidado, se?or Ros¨®n: o est¨¢ usted preparando un jaque mate al terrorismo ante el que, antes o despu¨¦s, la historia le ensalzar¨¢ sin referirse al precio, o ir¨¢ usted a jugar una aburrida partida, de cartas con sus predecesores y sus quebrados galleos de acabar con los que le vuelan autocares de guardias civiles, le descolocan 7.000 kilos de explosivos.
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