Juego de interpretaci¨®n para buenos actores

Intercambio de papeles y personajes, exhibici¨®n de swinging teatral a base de un brillante juego de interpretaci¨®n a cargo de experimentados actores y un espect¨¢culo entretenido, que refresca la sequ¨ªa estival de las carteleras como resultado final. Esto viene a ser Los domingos, bacanal, la comedia de Fernando Fern¨¢n G¨®mez, que presenta en el teatro Maravillas, de Madrid, la nueva compa?¨ªa estable Teatro 80, bajo la direcci¨®n de Alberto Alonso. Hoy se producir¨¢, despu¨¦s de las sesiones de preestreno, el estreno oficial.?Nada m¨¢s que un divertimiento?, confiesa Fern¨¢n-G¨®mez, ha tratado de hacer con esta pieza, la tercera que estrena como autor, y en gran parte consigue su ambicioso prop¨®sito. Las situaciones, a veces pr¨®ximas al absurdo, que se crean entre los matrimonios burgueses que se re¨²nen los fines de semana para ?desinhibirse?, ?ser ellos mismos? y ?alcanzar cotas m¨¢s altas de felicidad?; los di¨¢logos y reacciones de los protagonistas tienen una dosis aceptable de ingenio y humor, como se desprende de la intencionada frivolidad del t¨ªtulo; suficiente para que el espectador pase un rato agradable y distra¨ªdo.

Pero m¨¢s que divertir al p¨²blico de teatro, burgu¨¦s por naturaleza, que, complacido, c¨®mplice u ofendido en su mala conciencia, ve en Los domingos, bacanal una caricatura cr¨ªtica de s¨ª mismo, Fern¨¢n G¨®mez ha escrito esta pieza pensando en sus compa?eros de profesi¨®n. M¨¢s que ?un hombre que escribe?, como alguna vez ¨¦l mismo se ha definido, ha sido en esta ocasi¨®n ?un actor que escribe?, y, m¨¢s que escribir, ha sugerido un arriesgado ejercicio de interpretaci¨®n, una especie de prueba er¨®tico-gimn¨¢stica para actores atl¨¦ticos.

Los miembros de Teatro 80 han aceptado la propuesta y la han llevado a su realizaci¨®n en un trabajo que prueba su profesionalidad. Daniel Dicenta, Emma Cohen, Cristina Victoria y Enrique Arredondo desarrollan sin interrupci¨®n, a lo largo de casi dos horas, un estimulante juego de interpretaci¨®n, siendo sucesiva y alternativamente los dos v¨¦rtices antag¨®nicos de la doble pareja protagonista y a la vez lo que cada uno de ellos imagina ser.

La ¨²nica bacanal es la funci¨®n; el ¨²nico placer, el de actuar; el goce de la ambigua indentidad entre el yo, el otro yo y los dem¨¢s yos que se puedan expresar. Con n¨ªtida desnudez se destaca esa cualidad er¨®tica de la representaci¨®n sobre el montaje sobrio y libre de los recursos esc¨¦nicos que acostumbran algunos experimentalistas. Todo el tiempo de la obra transcurre en el mismo espacio -interior de un chal¨¦ burgu¨¦s convencional- que enmarca limpiamente el movimiento de los actores. Tras algunos baches y declives de ritmo, la acci¨®n llega as¨ª a la apoteosis final, a la que se incorporan el resto de la compa?¨ªa: Soraya Freire, Mariano Venancio y Sebasti¨¢n Ceada.