Los ecologistas se federaron para evitar que sus acciones fueran capitalizadas por los partidos pol¨ªticos
A finales de 1975 se fund¨® en Madrid la Asociaci¨®n de Estudio y Defensa de la Naturaleza (AEPDEN). Este grupo, en el que hab¨ªa una gran abundancia de ornit¨®logos y de desencantados de ADENA y de AEORMA, estaba llamado a jugar un papel trascendental en el balbuceante movimiento ecologista espa?ol. Su primera directiva, integrara, entre otros, por Joaqu¨ªn Araujo, Jos¨¦ Manuel de Pablos, Rafael L¨®pez Ord¨®?ez y Javier S¨¢ez, desarroll¨® una pol¨ªtica de movilizaci¨®n constante de sus militantes. Aunque apenas llegaban a trescientas personas en 1976, sus campa?as, coordinadas muchas de ellas con la Comisi¨®n de Defensa de la Monta?a de la Federaci¨®n Castellana de Monta?ismo, que agrupaba a unos doscientos monta?eros, dirigidos por Paco Cant¨®, adquirieron dimensiones de pol¨¦micas nacionales, especialmente las famosas campa?as contra el embalse que pretend¨ªa destruir el bosque de pinos de Valsa¨ªn, en Segovia, y la de Gredos, contra un proyecto de urbanizaci¨®n de esta sierra de Avila.Aquel mismo a?o se constituy¨® en Sevilla la Asociaci¨®n para la Supervivencia de la Naturaleza de Andaluc¨ªa Occidental (ANDALUS), que se coloc¨® a la cabeza del gran frente para la salvaci¨®n del Parque Nacional de Do?ana, amenazado por proyectos de desecaci¨®n, urbanizaciones y la pol¨¦mica carretera de la costa C¨¢diz-Huelva. Otra asociaci¨®n, GATO (Grupo Abierto de Ordenaci¨®n del Territorio), fundada en Madrid por un grupo de t¨¦cnicos y profesionales, se sumar¨ªa a la incansable labor de denuncia de los ecologistas.
El fracaso del "Partido Ecol¨®gico"
Esta actividad de los ecologistas espa?oles y el sorprendente ¨¦xito de las candidaturas ecologistas en las elecciones municipales francesas de marzo de 1977 produjo un auge del ecologismo que llev¨® a un grupo de personas, encabezadas por el abogado Dami¨¢n T¨¦llez y el bi¨®logo Enebral Casares, a fundar, en abril de 1977, el Partido Ecol¨®gico Espa?ol. Este partido fue denunciado inmediatamente por todas las asociaciones ecologistas, que calificaron de oportunistas y de elementos totalmente ajenos al ecologismo a sus fundadores. A pesar de la campa?a en contra, el partido ecol¨®gico atrajo a m¨¢s de 40.000 madrile?os, que votaron, sin saber posiblemente muy bien a qui¨¦n votaban, a Enebral Casares, candidato a senador por Madrid. Posteriormente, Enebral fund¨® su propio partido ecol¨®gico y se present¨® a las elecciones de 1978 en las filas de la Coalici¨®n Democr¨¢tica de Fraga Iribarne. Tras su fracaso electoral ha desaparecido de la escena p¨²blica.
El ins¨®lito intento de crear un partido ecologista (aunque sus fundadores, no muy familiarizados con los t¨¦rminos, lo denominaron ecol¨®gico, algo as¨ª como si en lugar de socialista se dijera sociol¨®gico) sirvi¨® para que los grupos ecologistas se dieran cuenta de que deb¨ªan coordinarse para evitar nuevos intentos de capitalizar sus esfuerzos. En junio de 1977 se reun¨ªan en Valsa¨ªn (Segovia) cerca de treinta grupos ecologistas. De all¨ª surgi¨® una convocatoria de congreso constituyente de la Federaci¨®n del Movimiento Ecologista, que se celebr¨® en septiembre de aquel mismo a?o en Cercedilla (Madrid).
Durante tres d¨ªas, quinientos ecologistas de m¨¢s de cincuenta asociaciones discutieron los estatutos y el manifiesto ideol¨®gico de la Federaci¨®n del Movimiento Ecologista. Adem¨¢s de los grupos ya mencionados a lo largo de este art¨ªculo, acudieron a Cercedilla otros reci¨¦n fundados, como el CANC (Comit¨¦ Antinuclear de Catalu?a), la SGHN (Sociedad Gallega de Historia Natural), DALMA (Defensa Alcarre?a del Medio Ambiente), Ekologisten Taldea, de Bilbao, DEMA (Defensa del Medio Ambiente de M¨¢laga), Comisi¨®n de Afectados por la Central Nuclear de Valdecaballeros, DEIBA (Defensa de los Intereses del Bajo Arag¨®n), Colectivo de Periodistas Ecologistas de Catalu?a, ADMAR (Asamblea de Defensa del Medio Ambiente de la Ribera Navarra), MARGARIDA (Colectivo Ecologista de Valencia), AGADEN (Asociaci¨®n Gaditana de Defensa de la Naturaleza) y otros grupos de menor entidad o secciones del medio ambiente de otras asociaciones.
La federaci¨®n que surgi¨® de Cercedilla no tuvo mayor operatividad que la de haber servido para poner en contacto a todos los grupos espa?oles y dar fe de su existencia a la opini¨®n p¨²blica. Durante el a?o escaso que funcion¨® su secretar¨ªa no realiz¨® ning¨²n tipo de actividad. En julio de 1978 se celebr¨® el segundo congreso de la Federaci¨®n del Movimiento Ecologista, en la localidad de Daimiel, en Ciudad Real. Los grupos asistentes decidieron que no ten¨ªa sentido mantener una estructura de federaci¨®n que no funcionaba, y decidieron disolverla.
Pero esto no fue el fin de la coordinaci¨®n entre los ecologistas, sino m¨¢s bien todo lo contrario. Con la facilidad con la que nacen y mueren las organizaciones en el ecologismo, las diversas tendencias que hasta entonces hab¨ªan intentado in¨²tilmente meterse en el mismo saco comenzaron a coordinarse por separado, sin que ello provocara ning¨²n trauma. Es m¨¢s, hay asociaciones que pertenecen al mismo tiempo a las tres coordinadoras.
En el mismo congreso de Daimiel se fund¨® la CODA (Coordinadora para la Defensa de las Aves y su H¨¢bitat), que integra a veintinueve grupos. Esta coordinadora, cuyos principales animadores son los naturalistas Joaqu¨ªn Araujo, Imre de Borowicseny y Fernando Hiraldo, tiene como tareas la de servir de veh¨ªculo de informaci¨®n, coordinar proyectos conservacionistas espa?oles e internacionales, organizar campa?as y presionar para lograr mejoras legislativas en el campo de la naturaleza. La financiaci¨®n de la CODA se realiza con las cuotas de sus miembros, las suscripciones de su bolet¨ªn y donativos desinteresados. De todos modos, las grandes campa?as, como la realizada recientemente para salvar las grullas que invernan en Espa?a, fue financiada con una cuestaci¨®n realizada entre todos los ornit¨®logos europeos, gracias a los contactos internacionales de la CODA, representante de los naturalistas espa?oles en el Consejo Internacional para la Protecci¨®n de las Aves (ICBP) y en el Grupo de Trabajo de Sociedades Europeas de Protecci¨®n de Aves (WEBS).
De la reuni¨®n de Daimiel tambi¨¦n surgi¨® la idea de crear en Espa?a un grupo de asociaciones adheridas a la Federaci¨®n Internacional de Amigos de la Tierra, fundada hace diez a?os en Norteam¨¦rica por disidentes del conocido Club Sierra, de California, que eran contrarios a la energ¨ªa nuclear y de planteamientos m¨¢s radicales que sus antiguos compa?eros. En estos momentos est¨¢n adheridos a esta red internacional de grupos ecologistas federaciones nacionales de Australia, Austria, B¨¦lgica, Canad¨¢, El Salvador, Escocia, Espa?a, Estados Unidos, Francia, Grecia, Holanda, Inglaterra, Irlanda, Italia, Jap¨®n, Malaisia, M¨¦xico, Nueva Zelanda, Portugal, Rep¨²blica Federal de Alemania, Suecia, Suiza y Tailandia.
En la reuni¨®n anual de la Federaci¨®n Internacional de Amigos de la Tierra, celebrada en Francfort en octubre de 1978, la asociaci¨®n AEPDEN fue aceptada como miembro de pleno derecho. Posteriormente, ante la decisi¨®n de otros grupos espa?oles de integrarse tambi¨¦n en dicha federaci¨®n internacional, se fund¨®, en marzo de 1979, la Federaci¨®n Espa?ola de Amigos de la Tierra (FAT), que en estos momentos agrupa a veinticuatro asociaciones, entre las que destacan AEPDEN, ADEGA, ANDALUS, AGADEN, ADENEX, DALMA y otras fundadas desde hace menos de un a?o, como el MEVO (Movimiento Ecologista Canario), SEESMEG (Movimiento Ecologista Gaditano), ASECA (Asociaci¨®n Ecologista Castellana), ADES (Asociaci¨®n para la Defensa Ecol¨®gica de Salamanca) y otros grupos.
Desde su fundaci¨®n, la FAT ha coordinado a nivel nacional campa?as contra los envases de usa y tira, en defensa de las ballenas; la oposici¨®n a la ley general del Medio Ambiente, que proyectaba presentar UCD a las Cortes; la lucha contra las bajas radiaciones, las minas de uranio, y la energ¨ªa nuclear en general.
Sin embargo, para la lucha antinuclear los ecologistas tienen una organizaci¨®n dedicada exclusivamente a este tema, la Coordinadora Antinuclear del Estado Espa?ol, que agrupa a la mayor¨ªa de los comit¨¦s de lucha contra las centrales nucleares que se han ido creando en las zonas afectadas por proyectos concretos y las asociaciones ecologistas con fuerte actividad en este campo.
La Coordinadora Antinuclear est¨¢, a su vez, en permanente contacto con el resto de los grupos antinucleares del mundo a trav¨¦s de la Conferencia Mundial del Movimiento Antinuclear, con sede en Basilea (Suiza), que, hasta el momento, ha celebrado cuatro reuniones en los ¨²ltimos dos a?os, y el WISE, centro mundial de informaci¨®n de la lucha antinuclear, con sede en Amsterdam.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.