Fuego
Me pregunto si los medios de comunicaci¨®n est¨¢n dando la debida importancia a los incendios forestales para que la gente se conciencie de lo peligroso que puede ser comerse unas sardinitas asadas, tirar las colillas por la ventanilla del coche o, lo que es peor, pagar a alg¨²n deficiente mental para que le prenda fuego al monte y, as¨ª, convertirlo en terreno edificable y venderlo por parcelas para que unos cuantos mueran un poco m¨¢s ricos.Yo quisiera que esta gente presenciara un monte ardiendo, como el otro d¨ªa en la zona de Piedralaves-La Adrada, un incendio con doce kil¨®metros de frente y avanzando inexorablemente; que vieran la angustia de la gente de esos pueblos, donde alguna mujer llora porque su marido est¨¢ en el fuego, como todos los hombres ¨²tiles, ayudando; otra, que su hilo de diez a?os estaba con las ovejas y le rode¨® el fuego (se salv¨® gracias a que se meti¨® debajo de una cascada hasta que pudieron rescatarle); otros hab¨ªan perdido todo su ganado, m¨¢s un camping y un campamento de chiquillos, que hubieron de ser evacuados a toda prisa porque corr¨ªan peligro, con el consiguiente susto de los; cr¨ªos y de sus padres. El que quiera hacerse
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idea, que se imagine a sus hijos en esta situaci¨®n.
Al mismo tiempo, hab¨ªa otro fuego parecido en San Mart¨ªn de Valdeiglesias y otros por el Norte.
Icona no dispone de medios suficientes para atajar estos fuegos y nos quedamos tan anchos. El d¨ªa que un grupo de chiquillos muera abrasado nos rasgaremos las vestiduras y el ministerio correspondiente, en un gesto magn¨¢nimo, le conceder¨¢ otros cinco hidroaviones.
Hoy mismo est¨¢ ardiendo una parte de los Pirineos; ayer, unos soldados que iban a colaborar en la extinci¨®n murieron en accidente, y antes de que esta carta llegue a publicarse surgir¨¢ alguna otra hoguera.
Espa?a se convierte en un p¨¢ramo, y nosotros, a dormir tranquilos, como si eso ocurriera en otro planeta, y compramos aviones de guerra mientras el fuego nos gana la batalla, todos los d¨ªas, por falta de medios./
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