La tradici¨®n belga del "comic" pierde a uno de sus maestros
Con la reciente desaparici¨®n de Jij¨¦ -seud¨®nimo del polif¨¢cetico dibujante Joseph Gillain-, el comic belga se ha quedado sin uno de sus padres. Junto al creador de Tint¨ªn, Georges Remi Herg¨¦, Jij¨¦, ha contribuido a la proyecci¨®n internacional de una aut¨¦ntica especialidad art¨ªstica de B¨¦lgica, pa¨ªs que cuenta, desde 1978, con una Subdirecci¨®n de la Historieta dentro de su Ministerio de Cultura. Jij¨¦, nacido en 1914 y afincado ¨²ltimamente en Waterloo, cerca de Bruselas, era tambi¨¦n pintor y decorador de espacios, y cre¨® las bases de una aut¨¦ntica escuela belga de la tira c¨®mica. Escuela del dominio franc¨®fono, en la que fue pionero Georges Remi, cuya influencia marcar¨ªa al propio Jij¨¦ y a otros dibujantes del per¨ªodo de entreguerras.
De afici¨®n temprana por el mundo literario -su padre, escritor de Valonia, le animaba-, Joseph Gillain se uni¨® en los a?os treinta al equipo del reci¨¦n nacido peri¨®dico ilustrado Spirou. El h¨¦roe que entonces dibujaba Gillain era Jean Valhardi, una especie de Romeo ideal, encanto de las se?oritas, prototipo de la generosidad y la valent¨ªa, que sacaba de apuros a su co rnpanero Spirou, detective infalible con quien viv¨ªa mil y una aventuras peligrosas. M¨¢s tarde, Jij¨¦ dibujar¨ªa h¨¦roes y personajes tan dispares como Blondin y Cirage (Rubito y Bet¨²n), el vaquero Jerry Spring, Crist¨®bal Col¨®n o San Juan Bosco. La obra de Jij¨¦ ha sido expuesta en numerosos pa¨ªses y en Espa?a una galer¨ªa madrile?a ofreci¨® sus dibujos en el oto?o de 1974.Superando las influencias del material norteamericano, los dibujantes belgas fueron imponiendo estilo paulatinamente, hasta que, despu¨¦s dp 1945, alcanzaron una expansi¨®n fulminante. Esto ha hecho que cien dibujantes, tres casas editoriales y dos peri¨®dicos dominen hoy el mercado belga del comic y, por extensi¨®n, el europeo.
En la citada fecha, despu¨¦s de la segunda guerra mundial, Jij¨¦ combin¨® su estrecha colaboraci¨®n con las ediciones Dupuis (Spirou) y las francesas Dargaud y Pilote -editoriales para las que han trabajado artistas espa?oles- Y, posteriormente, Joseph Gillain utilizar¨ªa otro seud¨®nimo, Moebius, bajo el cual ide¨® aventuras fant¨¢sticas, como, por ejemplo, los dibujos de la pel¨ªcula Allien. A su lado trabajaron otros dibujantes famosos: Franquin, creador de Gaston y Marsupil¨¢mi; Morris, padre de Lucky Luke; Sirius, Will y los tambi¨¦n desagarecidos recientemente Hubinon y Tillieux.
Hace un par de a?os, la ciudad de Lieja rindi¨® homenaje al comic belga en la figura del ahora fallecido Jij¨¦, por sus originales aportaciones a lo que se ha dado en llamar el noveno arte. Este modo de narraci¨®n gr¨¢fica, la historieta, es ?tal vez el ¨²nico arte verdaderamente popular en B¨¦lgica?, considera Danny de Laet, autor, con Yves Varende, de una Historia de los comics belgas, editada por Noticias de B¨¦lgica.
Desde hace cincuenta a?os, los mismos que cumple el personaje de Tint¨ªn, B¨¦lgica tiene en el comic uno de los filones art¨ªsticos -y econ¨®micos- m¨¢s destacados. Prueba de ello es la decisi¨®n del ministro belga de Cultura, Jean-Maurice Dehousse, de fundar, en 1978, una subcomisi¨®n de la historieta animada dentro de su departamento, la cual lleg¨® a organizar exposiciones antol¨®gicas y la edici¨®n de un compendi¨® bibliogr¨¢fico.
Los dibujantes, flamencos y franc¨®fonos, crearon unos h¨¦roes de papel que han sido traducidos a m¨²ltiples idiomas, alcanzando enormes ¨¦xitos de ventas y siendo objeto de estudio en muchas universidades. Las editoriales de Lombard y Tint¨ªn y las Dupuis y Spirou propiciaron el auge de la escuela valona o franc¨®fona. Por su parte, la escuela flamenca se centr¨® en las historietas de la vida cotidiana y, actualmente, las nuevas tendencias han adquirido un tono menos ¨¦pico y m¨¢s humor¨ªstico que los comics tradicionales.
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