Carter sugiere a la URSS su no intervenci¨®n
Estados Unidos ?espera que la Uni¨®n Sovi¨¦tica no se mezcle m¨¢s en los asuntos polacos, en respuesta a las huelgas y demandas de mejoras pol¨ªticas y econ¨®micas? en este pa¨ªs, declar¨® el presidente Jimmy Carter en una entrevista publicada ayer en la ¨²ltima edici¨®n del Boston Globe.El presidente Carter a?adi¨® que no pod¨ªa ?afirmar con certeza? que la URSS no intervendr¨¢ en los asuntos polacos. Evocando la posici¨®n de Estados Unidos respecto a las huelgas en Polonia, el jefe del Ejecutivo americano puso de nuevo el acento sobre la necesidad de limitar al m¨ªnimo los comentarios. Una valoraci¨®n de EE UU sobre este asunto ?podr¨ªa tener un efecto desestabilizador e ir en contra de nuestros intereses?, a?adi¨®.
Por otro lado, y despu¨¦s de una semana de casi total silencio, el Gobierno norteamericano realiz¨® el viernes un gesto dirigido a la nutrida comunidad polaca de EE UU que puede ser interpretado como una velada advertencia hacia la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Para evitar, quiz¨¢, posibles reacciones de la nutrida comunidad polaca en EE UU (unos doce millones de personas), Carter pidi¨® a su secretario de Estado, Edmund Muskie (que es, precisamente, de origen polaco), que expresara la profunda preocupaci¨®n de su pa¨ªs frente al agravamiento de la situaci¨®n pol¨ªtica y social en Polonia.
El jefe del Departamento de Estado, que interrumpi¨® sus vacaciones para consultar el problema con Carter, subray¨® que la resoluci¨®n del problema correspond¨ªa exclusivamente a las autoridades y al pueblo polaco.
El Gobierno de Carter parece dispuesto a evitar todo comentario o toma de postura que pueda servir, de alg¨²n modo, como pretexto a una intervenci¨®n sovi¨¦tica en Polonia.
Discreta advertencia
El hecho de que Muskie haya insistido sobre el car¨¢cter puramente interno de los acontecimientos de Polonia y haya subrayado que este pa¨ªs es para Estados Unidos una naci¨®n europea clave es interpretado por numerosos observadores como una discreta advertencia al Kremlin.A pesar de las consignas de prudencia dadas por el presidente Carter, que ha anunciado una pol¨ªtica de ?m¨ªnimos comentarios?, no hay ninguna duda de que los dirigentes, la Prensa y el hombre de la calle estadounidenses ofrecen amplias simpat¨ªas por los huelguistas de los astilleros de Polonia.
Para bastantes norteamericanos, la crisis polaca y la detenci¨®n de disidentes ilustran los defectos fundamentales del ?sistema comunista?.
A lo largo de los ¨²ltimos d¨ªas, los representantes de la comunidad polaca y eslava en Estados Unidos han acentuado sus presiones -que se hacen a¨²n m¨¢s importantes en esta ¨¦poca preelectoral-, en defensa de las reivindicaciones de los huelguistas.
Por su parte, la poderosa central sindical norteamericana AFL-CIO ha reclamado el boicoteo occidental del comercio exterior de Polonia. Este llamamiento fue lanzado poco despu¨¦s de que los sindicatos de los ramos portuarios, del autom¨®vil tomaran partido a favor de los trabajadores polacos.
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