"Nada al margen del Parlamento"

Cualesquiera que sean los prop¨®sitos -y son f¨¢ciles de presumir- con que se vienen atribuyendo a unos y a otros intenciones que, las m¨¢s de las veces, s¨®lo existen en las mentes de quienes propalan el rumor, no puede dudarse de que su objetivo primordial es desorientar a la opini¨®n p¨²blica y favorecer la culminaci¨®n de maniobras tendentes a soslayar el debate abierto de la crisis pol¨ªtica y reducir a simples remiendos la soluci¨®n que la situaci¨®n exige. Pues ni la crisis pol¨ªtica lo es s¨®lo del estamento gobernante, ni la situaci¨®n que vive el pueblo espa?ol consiente el tratamiento fr¨ªvolo de que est¨¢ siendo objeto. Y no se detiene en esa labor desorientadora el intento de suplantar la realidad socioecon¨®mica, sino que, al tiempo que aspira a sustraer al Parlamento el an¨¢lisis de la crisis, pretende escamotear sus causas verdaderas.( ... ) Desde una tal posici¨®n, que engendra actitudes forzosamente vacilantes y contradictorias, es materialmente imposible abordar en serio la resoluci¨®n de los problemas que acucian al pa¨ªs: a) el paro, manifestaci¨®n la m¨¢s penosa de la crisis econ¨®mica, que exige la rectificaci¨®n radical de la actual pol¨ªtica econ¨®mica, basada en las solas medidas monetarias, y el lanzamiento inmediato de una seleccionada y planificada inversi¨®n p¨²blica; b) la seguridad ciudadana, que incluye la lucha contra el terrorismo y que, por consiguiente, no se puede enfocar de un modo parcial, como hasta ahora se ha venido efectuando, sino como parte de un proyecto pol¨ªtico de conjunto estrech¨ªsimamente ligado al apartado anterior y al siguiente; c) la organizaci¨®n del Estado, que aunque centrada en la del Estado de las autonom¨ªas, abarca la totalidad de las funciones que debe jercer el Estado en la sociedad moderna y que no se hacen efectivas con la mera sustituci¨®n de las personas que rellenan las instituciones.

Para ello se requiere la elaboraci¨®n de las normas correspondientes y, sobre todo, una pr¨¢ctica democr¨¢tica.

Ahora bien, la realizaci¨®n de esta enorme e inaplazable tarea no puede emprenderse desde los supuestos en que actualmente se debate el Ejecutivo. ( ... )

Y es evidente que la obra ingente de gobierno que es preciso emprender de inmediato no puede concebirse si no se enfoca desde el inter¨¦s general de la naci¨®n, por encima de cualesquiera particularismos, es decir, desde la instituci¨®n que representa a toda la ciudadan¨ªa. Puesto que s¨®lo el Parlamento, por su condici¨®n representativa, tiene capacidad para interpretar el inter¨¦s general de la naci¨®n, as¨ª como es la ¨²nica instituci¨®n a quien la Constituci¨®n confiere el poder de aprobar o rechazar, descalificar u otorgar la confianza.

( ... ) Como tampoco puede admitirse que ninguna de las instituciones, no s¨®lo las fundamentales: el Parlamento, el Gobierno y la Corona, sino cualquiera otra, sobrepasen en el ejercicio de sus funciones los l¨ªmites determinados por la Constituci¨®n. Ninguna situaci¨®n excepcional, salvo las ya previstas y reguladas por la misma Constituci¨®n, puede justificar la injerencia de unas instituciones en las funciones de las otras. Ni menos a¨²n puede consentir que sector alguno de la sociedad, por muy grande y efectiva que sea su influencia econ¨®mica o social, pretenda suplantar la soberan¨ªa popular representada por el cuerpo legislativo. ( ... )

26 de agosto.