Viva el Partido Liberal

En esta sociedad corporativa y estatista, que acaba de salir de un diluvio burocr¨¢tico s¨®lo escasamente menos copioso que el que empapa los destinos de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, los liberales son la sal de la tierra. Como muy bien dec¨ªa el general Franco, la sociedad espa?ola quedaba atada y bien atada. Atada por carn¨¦s, mandarines, monopolios, aduanas, monipodios y dem¨¢s gentes de mal vivir. Aqu¨ª lo que menos importa es ser ciudadano espa?ol, lo que importa es pertenecer a una tribu de insolidarios saltacaminos que, gracias a un carn¨¦ o un monopolio, sangren al ciudadano en los puertos, en la sanidad, en la televisi¨®n, en los registros de la propiedad, o en cualquier otro vericueto donde pueda establecerse aduana Y fonda. Todo ese mundo sigue igual. Y hay que desmontarlo.Ser liberal aqu¨ª y ahora significa, por encima de todo, oponerse a la burocratizaci¨®n rampante de la vida social. Significa promover el desmantelamiento del Estado centrista, pero impedir como sea que una burocracia asfixiante sea sustituida por seis y ocho burocracias aut¨®nomas tan asfixiantes como la anterior. La Administraci¨®n vampiresca que heredamos de Franco, de Napole¨®n, y hasta de Felipe II, debe ser dome?ada y puesta al servicio de los ciudadanos. Pero, para ello, hay que cambiar la mentalidad de los espa?oles que siguen creyendo en pap¨¢ el Estado como protector y salvador de todos estos ciudadanos-ni?os-gordos que sin un pap¨¢ siempre encima se angustian y apenas saben malvivir. La izquierda, la derecha y el centro tienen algo fundamental de com¨²n: burocracia, s¨ª; ciudadanos, no.

Esta lucha constante contra el esp¨ªritu burocr¨¢tico que nos asola es la raz¨®n de ser de los liberales. No florecen demasiado abundantes en esta tierra, pero con unas cuantas voces basta y sobra para impedir que esta sociedad se esclerotice totalmente y para ir rompiendo poco a poco las ataduras del antiguo r¨¦gimen. Si no existieran liberales por aqu¨ª, habr¨ªa que importarlos.

25 de agosto.