La estabilidad en el este europeo, fundamental para la RFA
En muy contadas ocasiones desde que se inici¨® la ostpolitik, hace ahora una d¨¦cada, han coincidido tanto las expresiones favorables a la continuidad de la distensi¨®n, por parte de los dos Estados alemanes, como en los ¨²ltimos cuatro d¨ªas. Justamente, desde que el pasado viernes el canciller Helmut Schmidt se levant¨® de la mesa durante una comida en el edificio del senado de Hamburgo, y notific¨® por tel¨¦fono al jefe del Partido Socialista Unificado de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, Erich Honecker, que consideraba inviable, por ahora, la visita del canciller a la RDA, programada para los pr¨®ximos 28 y 29 de agosto. Tras este tercer aplazamiento, parece que el primer encuentro oficial entre Schmidt y Honecker en ning¨²n caso se producir¨¢ antes de las elecciones generales de octubre en la RFA.
A pesar del aplazamiento del viaje, ambas partes han enjuiciado positivamente las relaciones interalemanas, y el grado de distensi¨®n alcanzado entre el Este y el Oeste tras los acuerdos entre la RDA y la RFA, germano-polacos y germano-sovi¨¦ticos, fundamentalmente. S¨®lo la oposici¨®n democristiana ha tratado de presentar, desde el pasado fin de semana con mayor ah¨ªnco, una imagen tenebrosa de la ostpolitik.El candidato conservador a la canciller¨ªa, Franz Josef Strauss, repite ahora sin cesar que la apertura al Este tan s¨®lo ha valido para reforzar la imagen del comunismo internacional. Pero los medios de Prensa m¨¢s solventes en la RFA responden que la ¨²nica realpolitik viable, tambi¨¦n en la actual situaci¨®n, incluidas las tensiones en Polonia, no es otra que la distensi¨®n entre los dos bloques. Strauss insiste en que, si ganase las elecciones, imprimir¨ªa un giro copernicano a esta ?pol¨ªtica de concesiones?, pero, hasta ahora no ha concretado, a un mes de las elecciones, cu¨¢les ser¨ªan las l¨ªneas maestras de su pol¨ªtica respecto de los pa¨ªses socialistas. Rudolf Augstein, editor del semanario Der Spiegel, resume as¨ª sus temores:
?Puedo imagin¨¢rmelo: Ronald Reagan y Franz Josef Strauss convertidos en los dos jefes militares m¨¢s importantes del mundo occidental. Puedo imaginarme m¨¢s: una segunda Hungr¨ªa en un pa¨ªs europeo oriental, sea Polonia o Rumania, o incluso Yugoslavia. Bonita perspectiva, una etapa hermosa?.
Evitar roces
Ninguno de los dos Estados alemanes desea, pues, un deterioro en la situaci¨®n, y quiz¨¢ por ello el canciller Schmidt ha decidido aplazar su viaje. Al parecer ha intervenido el recelo de que la visita del canciller a la RDA, siguiendo un itinerario de tapadillo, puesto que Honecker se neg¨® a aceptar la inclusi¨®n en el programa de contactos con la poblaci¨®n germano-oriental, pudiese ser ocasi¨®n de que alguien prendiese la chispa del descontento. El ?bienestar Otorgado? que caracteriza a la RDA cuenta con impacientes dentro del propio sistema y en los sindicatos (FDGB), como los que hace algunos meses iniciaron una corriente de protesta en demanda d¨¦ mejor dotaci¨®n de bienes de consumo con etiqueta occidental.Tanto Schmidt como Honecker parecen dispuestos a impedir que la oposici¨®n democristiana pueda emplear a fondo en la campa?a electoral el tema de la ostpolitik, y para ello tratan de evitar nuevos roces. Con diferencia de un d¨ªa, y el caso era in¨¦dito hasta ahora, el semanario occidental Der Spiegel, y el diario oriental Neues Deutschland, han publicado esta semana una misma entrevista con Erich Honecker, en la que ¨¦ste considera que ?el acuerdo cuatripartito para Berl¨ªn occidental funciona extraordinariamente bien ? y valora como ?buenas, aunque mejorables? las relaciones entre los dos Estados alemanes. Ayer mismo se presentaba a la Prensa, simult¨¢neamente en Bonn y Berl¨ªn, una autobiograf¨ªa de Honecker editada por el brit¨¢nico Robert Maxwell. En Bonn, se tiene la firme impresi¨®n de que los sucesos del norte de Polonia han dejado de ser exclusivamente polacos y afectan al conjunto de los pa¨ªses socialistas.
Para los pol¨ªticos socialdem¨®cratas, la conmoci¨®n actual en las relaciones interalemanas, dentro del conjunto de la ostpolitik, no significan en absoluto ni un fracaso ni la necesidad de revisar la l¨ªnea anterior.
Informar a Washington
Los factores de muy diversa especie han de tenerse en cuenta. Por una parte, el ministro federal de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, que no ocult¨® en los ¨²ltimos d¨ªas su exceptic¨ªsmo sobre el viaje del canciller a la RDA, al igual que fue exc¨¦ptico antes de la visita de Schmidt y de ¨¦l mismo a Mosc¨² a principios del verano, se traslad¨® ayer a Washington para informar a su colega Edmund Muskie sobre la posici¨®n del Gobierno de Bonn ante la agitaci¨®n social en Polonia y sus consecuencias para la distensi¨®n. Por otra parte, en la RFA se otorga una especial atenci¨®n a las mayores maniobras realizadas por el Pacto de Varsovia en territorio de Alemania Oriental, desde hace diez a?os. Mientras en el norte de Polonia contin¨²a la inquietud social, a unos ochenta kil¨®metros de la frontera polaca, en el sur de la RDA y no lejos de la ciudad de Dresde, unos 40.000 soldados de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, RDA, Polonia, Bulgaria, Hungr¨ªa y Checoslovaquia preparan en estos momentos el ejercicio t¨¢ctico ?Hermandad Armada 80?.Que la RFA busca una estabilizaci¨®n de la situaci¨®n en el este europeo, por temor a una regresi¨®n a todos los niveles, parece fuera de toda duda. Los grandes banqueros alemanes se apresuraron ayer a reiterar su disposici¨®n a otorgar a Polonia cr¨¦ditos por valor de 1.200 millones de marcos, en buenas condiciones, con el fin de que este pa¨ªs pueda relanzar su econom¨ªa, afectada ya por una deuda exterior de 20.000 millones de d¨®lares. Los banqueros subrayaron tambi¨¦n que Polonia cuenta con buenas perspectivas exportadoras, sobre todo de carb¨®n y de materias primas.
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