Otro caso de Renfe

Dada mi avanzada edad, 73 a?os, aprovech¨¦ que un hijo m¨ªo, que trabaja en Granollers y vino a Madrid a pasar unos d¨ªas de vacaciones, me llevase a donde actualmente reside, o sea, a Granollers.Al volver, concretamente el d¨ªa 18 de los corrientes, acord¨¢ndome ole que Renfe daba por veinticinco pesetas unas tarjetas que autorizan a su titular para obtener billetes con reducci¨®n del 50% para personas mayores de 65 a?os o pensio

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nistas, indiqu¨¦ al empleado de la taquilla en Granollers que quer¨ªa una tarjeta y, un billete para Madrid, y, a su vez, otro billete para una nieta de nueve a?os, que viajaba conmigo. El empleado de Renfe primero me dijo que ?la tarjeta que ped¨ªa ten¨ªa que solicitarla en Madrid?, y, mientras me despachaba los billetes o¨ª que otro empleado le dec¨ªa al primero: ??Por qu¨¦ le has dicho eso? Dile que se te han agotado, no vaya a ser que lo diga en Madrid y sea peor?. Efectivamente, cuando termin¨® de despacharme, me dijo lo que el segundo empleado le apunt¨®.

Bien. Llego a Madrid-Chamart¨ªn y, gracias a las escaleras mec¨¢nicas, subo a las taquillas de informaci¨®n. En el centro hab¨ªa dos empleados, y, dirigi¨¦ndome a uno de ellos, le pregunt¨¦ que d¨®nde daban las tarjetas de reducci¨®n; que era mayor de 65 a?os y pensionista; que ven¨ªa de Granollers, donde me dijeron que se les hab¨ªan agotado, y que la pidiera en Madrid, y me contest¨® que si iba para Granollers, ?de qu¨¦ son esas tarjetas?

Bueno, yo pens¨¦ que no me estaba explicando bien, y se lo volv¨ª a repetir diciendo que ven¨ªa de Granollers, donde me dijeron... El otro empleado que estaba al lado dijo: ?Tal vez quiera una tarjetita de esas para colgarla en un cuadrito?. Me le qued¨¦ mirando asombrada, dici¨¦ndole a este empleado que tuviese m¨¢s educaci¨®n, porque no estaba bien se guasease de una anciana.

Resultado: que me qued¨¦ sin la reducci¨®n, aproximadamente de ochocientas pesetas, con unos insultos y pensando que debe de estar muy mal Renfe cuando hace una propaganda en beneficio de las personas de la tercera edad para que puedan viajar en d¨ªas azules con la reducci¨®n del 50%, y, a la hora de la verdad, poner pegas y pretextos para no dar la ?tarjeta?. Pero no es as¨ª, porque fui a la estaci¨®n de Madrid-Atocha y con mi carn¨¦ de identidad y haciendo la misma pregunta al empleado de la taquilla, y sin mediar m¨¢s palabras, me entreg¨® la tarjeta dorada previo pago de su importe de veinticinco pesetas, valor de la misma./