Ana Torrent: "No me gusta que la gente me pare por la calle"
Estaba tan tranquila Ana Torrent, disfrutando de su veraneo familiar en Denia (Alicante), cuando le comunicaron telef¨®nicamente: ?Has ganado un premio en el Festival de Cine de Montreal?. Y nada menos que el premio a la mejor actriz, por su participaci¨®n en la ¨²ltima pel¨ªcula de Jaime de Armi?¨¢n, El nido.Fue precisamente el director del ¨²ltimo trabajo de la ni?a-actriz, Armi?¨¢n, quien recogi¨® en su nombre el galard¨®n. Y en olor de multitudes, pues la gente que llenaba el teatro Maisonneuve de Montreal prorrumpi¨® en la ovaci¨®n m¨¢s fuerte o¨ªda en todo el festival. L¨¢stima que Ana no estuviera all¨ª. Aunque quiz¨¢ se hubiera sentido desbordada por tama?a muestra de calor humano, porque, seg¨²n propia confesi¨®n a EL PA?S, le da corte que la paren por la calle, se siente molesta con el acoso que provoca su cada vez menos incipiente fama.
No es el ¨²nico este premio de Ana por su papel de Goyita, una joven que asume el complejo papel shakespeariano de lady Macbeth y despierta un amor marginal -y puro, que conste: ?No creo que la gente comente nada, es algo muy limpio?, dice Ana/Goyita- en un se?or sesent¨®n. La Unicef le otorg¨® una placa conmemorativa por su trabajo en Cr¨ªa cuervos, pel¨ªcula tambi¨¦n multipremiada de Carlos Saura. Y luego recibi¨® el Premio de la Cr¨ªtica de Nueva York, el Fotogramas... Todo un mont¨®n de distinciones que provocan una envidia sana entre los amiguetes de la actriz. Porque ya lo es.
Hace cuatro a?os -o sea, cuando lady Macbeth-Torrent ten¨ªa nueve- le dijo en una entrevista a Francisco Umbral: ?De mayor quiero ser artista?. Y Umbral lo crey¨®, march¨¢ndose impresionado: ?Esos ojos, Dios. Esos atroces ojos. Mira como desde el fondo grave, puro y tenso de la infancia?. Esa fue la mirada que V¨ªctor Erice descubri¨® en 1973, entre un mont¨®n de ni?as que jugaban en un patio escolar y que presidi¨® El esp¨ªritu de la colmena; como tambi¨¦n llen¨® la pantalla en Cr¨ªa cuervos y en su fugaz -pero nuevamente impactante- paso por Elisa, vida m¨ªa y Operaci¨®n Ogro. Y es que la mirada de Ana -no cesan de decir los expertos y cin¨¦filos- es algo serio, capaz de chupar imagen incluso a las caras femeninas m¨¢s cotizadas en el mundillo del celuloide. Mundillo que Ana ya ha hecho suyo: ?Pensaba estudiar una carrera cuando terminara BUP?, este a?o lo empieza, ?pero creo que seguir¨¦ con el cine?.
De momento, ya tiene un proyecto interesante para la primavera que viene. El mismo equipo de la televisi¨®n alemana con el que intervino hace muy poco en la grabaci¨®n de la Misa en si menor, de Bach, le ha propuesto la grabaci¨®n de un serial sobre unos relatos, casi desconocidos, de Thomas Marin. El nombre de Ana Torrent ya tiene un peso internacional. Aunque a ella le pesen los imperativos de la fama.
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