Revoluci¨®n, dictadura y reforma en Latinoam¨¦rica

LA CRISIS militar de El Salvador puede afectar profundamente a la Junta de Gobierno -militares y democristianos civiles-, en la que est¨¢n enfrentados abiertamente el coronel Majano y el coronel Abdul Guti¨¦rrez. Majano se alza contra las destituciones y traslados de oficiales que comparten sus tesis ?reformistas? (democracia fuertemente controlada), que tratan de dejarle aislado a ¨¦l y a los ?reformistas?, maniobra de la que acusa a Guti¨¦rrez y a los militares partidarios de la dictadura sin l¨ªmites. La reacci¨®n de Majano es, probablemente, una ¨²ltima oportunidad, aunque, desde el punto de vista del Frente Democr¨¢tico Revolucionario, los dos extremos resulten pr¨¢cticamente iguales: una forma de impedir la verdadera democratizaci¨®n del pa¨ªs y la ruptura con formas de gobierno y de reparto social. La radicalizaci¨®n de la lucha -que puede haber ocasionado ya m¨¢s de 6.000 muertos- hace muy dificil pensar en una soluci¨®n medianamente satisfactoria.Situaciones parecidas se est¨¢n produciendo en Bolivia, donde no se detiene la represi¨®n despu¨¦s del golpe militar, o en Guatemala, donde el n¨²mero de muertes violentas crece de d¨ªa en d¨ªa; mientras, Nicaragua se afianza en un complicado r¨¦gimen izquierdista moderado. Podr¨ªa decirse que Nicaragua es el espejo en el que se miran ahora los sectores encontrados en los otros pa¨ªses de Latinoam¨¦rica. Para la derecha es la demostraci¨®n de sus denuncias, de que no hay t¨¦rmino medio posible entre el revolucionarismo y la dictadura (y Washington observa el desarrollo de la situaci¨®n con sumo inter¨¦s), mientras que para las fuerzas populares es, en cambio, la imagen de lo posible, como antes lo fuera la propia Cuba; la prueba de que todav¨ªa, y a pesar de todo, una revoluci¨®n puede triunfar. Es de temer que todo ello se resuelva en guerras civiles y -que, a largo plazo, este tipo de guerras, hasta ahora m¨¢s o menos aisladas, puedan llegar a convertirse en una gran guerra civil interamericana, a escala continental.

Por el momento, la atenci¨®n se fija en Chile, donde se hace cada vez m¨¢s fuerte la oposici¨®n al r¨¦gimen y la figura discutida, pero emergente, de Eduardo Frei. Frente a esa oposici¨®n civil, los militares en el poder aprietan a¨²n m¨¢s el control del refer¨¦ndum del d¨ªa 11, con objeto de obtener el resultado m¨¢s favorable posible. Es un arma que se les puede quedar entre las manos por in¨²til: ya no va a convencer a nadie. Una posibilidad de que Chile pasase a un r¨¦gimen de transici¨®n r¨¢pida, siguiendo la l¨ªnea de Per¨² (aunque la estancia de los militares peruanos en el poder no haya tenido las caracter¨ªsticas sangrientas del pinochetismo), podr¨ªa influir en Argentina y en otros pa¨ªses del continente, y tender¨ªa a la demostraci¨®n de que todav¨ªa hay un espacio para la moderaci¨®n y la reforma, aun con el inevitable retraso de algunas libertades.

Pero a condici¨®n de que esa reforma, preferible a la guerra civil o al terror mutuo, sea tan profunda que suponga una ruptura con m¨¦todos y repartos de ¨¦pocas anteriores. Todo lo que suponga perpetuar la viej¨ªsima divisi¨®n entre el hambre profunda y la riqueza ostentosa es mantener el germen de la violencia y aplazar solamente un problema de fondo, que se ha convertido ya, para sus v¨ªctimas, en intolerable.