Con los l¨®gicos defectos
Los tres novilleros que actuaron ayer en Las Ventas apuntaban el toreo bueno, con los l¨®gicos defectos. Por definici¨®n, los novilleros, aprendices en tauromaquia, tienen defectos. Lo importante es que apunten el toreo -dec¨ªamos el bueno, pero debi¨¦ramos decir el ¨²nico- y no les falten aspiraciones. Los tres parecen estar en este caso. Otra cosa es que cuanto intentaron les saliera bien.La realidad es que, salvo detalles, alg¨²n que otro momento de inspiraci¨®n, les sali¨® mal. Tiene especial gravedad el caso en Fernando Vera, que ya est¨¢ relativamente placeado, principalmente en Las Ventas. Su primer novillo exhib¨ªa la embestida clara, sostenida y dulzona que exigir¨ªa cualquier espada para interpretar el arte, y, sin embargo, Vera se atropell¨® en una faena nerviosa, violenta y destemplada. Una voz rompi¨® el indiferente silencio con que el p¨²blico segu¨ªa el trasteo: ? ?Ese novillo se va sin torear! ?. Fue lamentable que este experimentado aprendiz en tauromaquia se dejara ir otra oportunidad de oro.
Plaza de Las Ventas
Novillos de Ignacio P¨¦rez Tabernero, manejables. Fernando Vera: dos pinchazos y metisaca pescuecero (algunos pitos). Dos pinchazos y media (algunas palmas). Pelucho: estocada (oreja). Pinchazo hondo (aviso), otro pinchazo y dos descabellos (palmas y protestas). Luis Cancela: estocada delantera (ovaci¨®n). Tres pinchazos, media atravesada y descabello (palmas y pitos). Tuvo una excelente actuaci¨®n el banderillero Villita.
De nuevos ven¨ªan Pelucho y Luis Cancela, los cuales acusaron m¨¢s los l¨®gicos defectos. Eran defectos t¨¦cnicos, como debe ser. Pelucho hizo el mejor toreo de la tarde en las dobladas, una serie al natural y otra en redondo a su primero. La faena tuvo altibajos, al comp¨¢s de los errores y los cambios de ritmo que imprimi¨® al muleteo. Normalmente remataba mal, y ten¨ªa que rectificar. En la ligaz¨®n de los pases era donde m¨¢s incurr¨ªa en fallos y muchas veces se echaba al estupendo novillo encima. En una de ¨¦stas sufri¨® una voltereta. En el quinto instrument¨® una faena de las mismas caracter¨ªsticas, a la que nunca acertaba a poner fin. Reincid¨ªa en los derechazos y en los naturales de nunca acabar. Pero este no es defecto de principiante, sino de la escuela que han impuesto los famosos pegapases que padecemos.
Por su parte, Luis Cancela sorprendi¨® en unos finos derechazos, al tercero, que se jalearon. La verdad es que los dio fuera ele cacho, a ?pasa-torito?, y ese torito, que era tan noble como manso, se aburri¨® del juego y busc¨® el refugio de los chiqueros. Volverlo a encelar era un problema excesivo para quien empieza. Al sexto, m¨¢s noble y atento a la cuesti¨®n, Cancela le mulete¨® desligado.
Entre los novillos. abundaron los flojos, pobres de cabeza y mansos, si bien todos resultaron manejables, excepto el cuarto, que opt¨® por acularse en tablas y all¨ª lo machete¨® y liquid¨® con habilidad Fernando Vera. El segundo hiri¨® a un caballo, y ese mismo) caballo fue utilizado para picar durante el resto de la tarde. En Las Ventas funcionan as¨ª las cosas. De nuevo hubo voces descalificadoras para Berrocal. Ayer, con novillada completa -sin caballos, mixturas, ni farfollas-, la afici¨®n tuvo un t¨ªmido retorno a los tendidos y se dej¨® o¨ªr. Sobre todo Felipe El Lupas, siempre en la brecha, que denunciaba, d¨¢ndose palmadas en los carrillos: ? ?Mucha cara, raucha cara! ?. A ver si esto se endereza. Madrid prefiere una novillada modesta, que el invento de las sopas de ajo taur¨®rnacas. Aun con todos los defectos.
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