Fiat inicia negociaciones con los sindicatos para despedir a 24.000 obreros
Las negociaciones en Fiat han entrado en el centro de la cuesti¨®n. Desde el lunes discuten sobre la propuesta de la mayor empresa privada italiana de despedir a 24.000 trabajadores los ejecutivos del gran imperio de Agnelli y los duros sindicatos italianos de los metal¨²rgicos (FLM). Frente a frente, en una mesa con quince representantes por cada una de las partes en conflicto. La delegaci¨®n sindical est¨¢ presidida por el cuadro mayor de los representantes del FLM, el sector metal¨²rgico: Franco Bentivoglio, de la CISL; P¨ªo Galli, de la CGIL, y Mattina, de la UIL. Por parte de Fiat, gu¨ªan la delegaci¨®n Cesare Annibaldi, responsable de las relaciones industriales de Fiat; Carlo Callieri, director de personal del sector auto, y Paolo Panzanti, de la Uni¨®n de Industriales Italianos.Est¨¢n reunidos en la calle de Manfredo, de Tur¨ªn, en un edificio cubierto de ladrillo rojo, donde tiene su sede la sociedad de industriales de la regi¨®n de Piamonte. La clase pol¨ªtica e industrial, y tambi¨¦n la opini¨®n p¨²blica, tienen los ojos puestos en aquel edificio. Toda la Prensa nacional abri¨® ayer en primera p¨¢gina con la noticia de estas negociaciones entre Fiat y los sindicatos, considerada la cuesti¨®n sindical nacional m¨¢s gorda de los ¨²ltimos decenios. Y es que Fiat puede ser una prueba para todas las dem¨¢s empresas, siendo la m¨¢s importante y de mayor prestigio del pa¨ªs.
Como se ha dicho m¨¢s de una vez, si Fiat acusa s¨ªntomas de gripe, las dem¨¢s empresas corren el peligro de pulmon¨ªa. Y esta vez es Fiat misma quien dice que no se trata de un constipado, sino de una enfermedad grave. Lo repiti¨® Annibaldi, abriendo el debate: ?Esta vez?, dijo a los representantes de los sindicatos, ?la situaci¨®n es grave y urgente y por eso hay que concluir la negociaci¨®n r¨¢pidamente, y no con los m¨¦todos lentos de la l¨®gica de las negociaciones cl¨¢sicas?.
Y aqu¨ª empez¨® el choque con los sindicatos. Precisamente Bentivoglio, en nombre de la delegaci¨®n, empez¨® diciendo que, puesto que el asunto es muy grave, hay que tomarse mucho tiempo, analizar bien las cosas y convencerse de cu¨¢les pueden ser los mejores remedios.
Los sindicatos en contra de los despidos
El debate ha empezado con serenidad y tensi¨®n al mismo tiempo, como en las negociaciones hist¨®ricas. Por lo pronto, los sindicatos han dado un no rotundo a los despidos, mientras que Fiat insiste en que para 1981 necesita prescindir, por lo menos, de 8.000 trabajadores, que, unidos a los jubilados forzosos y a la eliminaci¨®n del turnover, podr¨ªan llegar a los 24.000 que han pedido como primer paso.Los sindicatos han empezado acusando a Fiat de haber ?falsificado las cifras? y de ?haber dramatizado la situaci¨®n con demasiado pesimismo?. Los sindicatos afirman que no es posible que la empresa Agnelli tenga tantos coches sin vender cuando Fiat ha suspendido el trabajo ya durante una semana en julio y , en 1976, 6.000 trabajadores pasaron del sector autom¨®vil a otras f¨¢bricas de la empresa Fiat.
Por lo que se refiere a la caja de integraci¨®n, es decir, al fondo de seguridad de paro, los sindicatos est¨¢n dispuestos a discutir, pero proponen que en vez de 24.000 obreros durante dieciocho meses se haga a turno entre todos los obreros y que toda la operaci¨®n dure menos tiempo, aunque sea dejando sin trabajar a un n¨²mero mayor. Pero Fiat se opone duramente.
Nadie quiere descubrir la verdadera, raz¨®n. En realidad, los sindicatos no quieren que exista una lista de miles de obreros fijos que dejen de trabajar durante dieciocho meses, y que pr¨¢cticamente ser¨ªan los candidatos futuros al despido.
Entre los muchos rumores que corr¨ªan ayer en Tur¨ªn, se aseguraba que la familia Agnelli estar¨ªa dispuesta a adquirir m¨¢s acciones del sector autom¨®vil para ganarse de este modo las simpat¨ªas del Gobierno, el cual se est¨¢ ya preparando, ante las l¨¢grimas de Fiat, a darle un buen pu?ado de cientos de millones de pesetas. Y se dice tambi¨¦n que Fiat est¨¢ buscando un nuevo socio franc¨¦s: se tratar¨ªa de la casa Peugeot.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.