Su¨¢rez pide un esfuerzo de austeridad para superar la crisis econ¨®mica
El discurso del presidente Su¨¢rez traz¨® un cuadro general de la situaci¨®n actual y explic¨® el marco en que se adoptar¨¢n las medidas anunciadas. La descripci¨®n fue amplia y pesimista en cuanto a la crisis econ¨®mica, de la que dijo que no tiene soluciones r¨¢pidas, gratuitas y brillantes, aunque cabe encauzarla, mediante un esfuerzo adicional, con austeridad, laboriosidad y eficacia. En el terreno auton¨®mico, manifest¨® que el Gobierno se ratifica en los principios b¨¢sicos de su pol¨ªtica, expresados el pasado mes de mayo, y que impulsar¨¢ el proceso auton¨®mico hasta su culminaci¨®n.
El presidente comenz¨® explicando que en las actuales circunstancias es beneficioso y necesario que el pueblo conozca el respaldo del Congreso a las medidas que el Gobierno piensa adoptar. Se?al¨® como grandes objetivos del momento y los pr¨®ximos a?os la superaci¨®n de una crisis econ¨®mica generadora simult¨¢neamente de paro e inflaci¨®n; desarrollar la Constituci¨®n, sobre todo en cuanto a autonom¨ªas y Administraci¨®n p¨²blica; combatir el terrorismo por medio de la ley, el apoyo a los cuerpos de seguridad y la colaboraci¨®n ciudadana, y proseguir una pol¨ªtica exterior al servicio de la seguridad, independencia e integridad de Espa?a y el bienestar de los espa?oles.Excluy¨® de este debate las dos ¨²ltimas cuestiones, ya que en el tema del terrorismo no hay discrepancias sustanciales, por lo que el Gobierno prosigue su programa de actuaciones, y en el ¨¢mbito internacional no han variado los objetivos expuestos en el programa de investidura, y ?tampoco existe ninguna decisi¨®n grave e importante que requiera un planteamiento inmediato?, aparte de que un debate sobre esta materia podr¨ªa perjudicar la acci¨®n del Estado en estos momentos, al poner de relieve las discrepancias sobre las coincidencias.
En cambio, son particularmente actuales la agudizaci¨®n de la crisis econ¨®mica, especialmente el paro, y la inmediata necesidad de continuar eficazmente la construcci¨®n del Estado democr¨¢tico, y sobre estos temas se plantea la confianza.
Al describir la situaci¨®n econ¨®mica, Su¨¢rez dijo que la crisis de la energ¨ªa es la causa principal, aunque no ¨²nica, de las dificultades, ya que el encarecimiento del petr¨®leo ha producido la crisis econ¨®mica m¨¢s grave desde la depresi¨®n de 1929. Afirm¨® que la crisis ha producido empobrecimiento, va a exigir cambios profundos en nuestro sistema productivo, est¨¢ cambiando las relaciones de poder en la comunidad internacional, y est¨¢ poniendo en cuesti¨®n el sistema de vida de las sociedades desarrolladas.
Agreg¨® que las medidas tomadas en 1977 dieron resultados muy importantes en 1978 y crearon esperanzas, pero ¨¦stas se vieron frustradas por un nuevo y fort¨ªsimo encarecimiento de la energ¨ªa en 1979, que hizo perder cuatro puntos de renta nacional, subir cinco puntos el coste de la vida y aumentar en unos 6.000 millones de d¨®lares la factura del petr¨®leo.
Para corregir esta situaci¨®n es preciso estimular la demanda de bienes para aumentar la actividad, de forma que se cree empleo. El objetivo es crecer un 4% ¨® 5% en tres a?os. Pero esto plantea importantes problemas: hay que aumentar la acumulaci¨®n de capital sin desequilibrar la balanza de pagos, ni relanzar la inflaci¨®n, ni generar despilfarro en el gasto.
El Gobierno pretende aumentar la inversi¨®n p¨²blica e impulsar la construcci¨®n de viviendas para tirar coyunturalmente de la inversi¨®n privada. Para ello hay que obtener recursos de un mayor ahorro nacional, que empezar¨¢ por los gastos p¨²blicos. Para fomentar el ahorro en el sector privado es preciso estimular la demanda y moderar los costes de personal, contando con el apoyo de las partes interesadas. Todo ello dentro de una orientaci¨®n de flexibilizaci¨®n y liberalizaci¨®n de la econom¨ªa, especialmente en cuanto a sistema financiero, precios e intervencionismos in¨²tiles.
El Estado democr¨¢tico y auton¨®mico
El presidente explic¨® despu¨¦s la filosof¨ªa de la transformaci¨®n del ?viejo Estado centralista y autoritario? en democr¨¢tico y de autonom¨ªas como ?el reto pol¨ªtico m¨¢s dif¨ªcil que hemos de afrontar en el inmediato futuro?. Esta transformaci¨®n tiene, por mandato de la Constituci¨®n, cuatro dimensiones: regular y proteger las libertades, poner en funcionamiento todos los ¨®rganos constitucionales de nueva configuraci¨®n, impulsar la autonom¨ªa regional y municipal y reformar la Administraci¨®n.Para ?despejar cualquier duda? sobre un supuesto retroceso de las libertades, proclam¨® ?la voluntad del Gobierno de poner todos los medios a su alcance para que el ejercicio de las libertades sea una realidad dotada de todas las garant¨ªas?. Tambi¨¦n dijo que la Constituci¨®n tiene fuerza inmediata de obligar; esto es, eficacia normativa inmediata.
En cuanto a las autonom¨ªas, dijo que el Gobierno se ratifica en su pol¨ªtica, y en el marco de los principios de igualdad y solidaridad, se propone realizar la transformaci¨®n de Espa?a en un Estado de autonom¨ªas en los pr¨®ximos dos a?os. Al mismo tiempo, se regular¨¢ y apoyar¨¢ la autonom¨ªa de los ayuntamientos y diputaciones, reforzando sus atribuciones y atendiendo la financiaci¨®n de sus haciendas. En general, se trata de acelerar el proceso de desconcentraci¨®n del Estado a favor de sus ¨®rganos perif¨¦ricos.
El nuevo Gobierno
Una vez expuesto este marco de la futura actuaci¨®n del Gobierno, el presidente ley¨® los prop¨®sitos del Ejecutivo, que se someten a la confianza de la C¨¢mara (que publicamos ¨ªntegramente en estas mismas paginas), y comenz¨® la conclusi¨®n de su discurso explicando, en primer lugar, que para ejecutar lo anunciado consider¨® conveniente modificar el Gobierno, cambio, en todo caso, necesario por ?la dimisi¨®n presentada por el que fue vicepresidente econ¨®mico, Fernando Abril, que tanta y tan gran ayuda nos prest¨®?.A?adi¨® que la creaci¨®n de ministros de Estado no trata de crear jerarqu¨ªas, sino superar r¨ªgidas estructuras departamentales mediante mecanismos de coordinaci¨®n.
Calific¨® despu¨¦s sus propios planteamientos de rigurosos y sinceros al solicitar la confianza del Congreso y recalc¨® que la crisis por la que atravesamos tiene un alto coste social que es necesario repartir, garantizando ?que el empobrecimiento de todos no conduzca a la miseria o al hambre de grupo alguno?, por lo que se tomar¨¢n las medidas necesarias para garantizar la asistencia a quien tenga necesidad.
Y continu¨® con las siguientes palabras: ?Hablo desde la profunda convicci¨®n de que los espa?oles no renunciar¨¢n a ser miembros de una comunidad de hombres libres. Ninguna involuci¨®n ser¨¢ posible, porque ante aquella voluntad se estrellar¨¢n los terroristas y cualesquiera corrientes que se propongan desestabilizar la democracia o menoscabar sus valores. La libertad de cada uno ha de abrirse, para ser verdadera libertad, a la responsabilidad y a la solidaridad. Para ello es indispensable que todos y cada uno de los espa?oles acepten, con talante resuelto y con esp¨ªritu de superaci¨®n, sus cuotas de responsabilidad?.
Termin¨® pidiendo que, en el debate que se abre, la C¨¢mara y el Gobierno impulsen al pueblo para recobrar la confianza en s¨ª mismo y en su futuro. ?Frente a la crisis no cabe ni encogerse de hombros ni hacer juegos malabares con las palabras, ni predicar soluciones Milagrosas?, ya que ?no hay ninguna soluci¨®n f¨¢cil, inmediata o c¨®moda, aunque hay soluciones posibles?. Pidi¨® un sacrificio adicional para imponerse a las dificultades, mientras el Gobierno se dispone con decisi¨®n a aplicar medidas ?ingratas, sevetas, que implican ahorro y reducci¨®n del consumo y de las expectativas inmediatas?.
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