El gamberrismo de los hinchas brit¨¢nicos desborda a las autoridades
El gamberrismo de los hinchas brit¨¢nicos es un problema que, lejos de ser controlado, va continuamente a m¨¢s. En los dos ¨²ltimos a?os, nueve supporters han muerto como consecuencia de algaradas en torno a los campos, y las autoridades brit¨¢nicas han visto c¨®mo fracasaban, una tras otratodas las medidas adoptadas para controlar la situaci¨®n.
El gamberrismo de los hinchas de f¨²tbol brit¨¢nicos desconcierta a los especialistas porque est¨¢ revestido con unas caracter¨ªsticas propias que lo hacen distinto al de otras latitudes. El hincha brit¨¢nico no necesita de las incidencias del luego, del mal arbitraje o de la injusticia del resultado para exaltarse. La propia celebraci¨®n del encuentro es la excusa para provocar des¨®rdenes, ocurra lo que ocurra durante el partido. Los protagonistas de los esc¨¢ndalos son casi siempre hinchas j¨®venes, teenagers, que suelen cargarse de cerveza y arrasar con cuanto encuentran antes y despu¨¦s del encuentro. Los trenes, autobuses y establecimientos comerciales pr¨®ximos al campo suelen sufrir las consecuencias.Al gamberro futbol¨ªstico se le conoce en Inglaterra como hoolliganer, en memoria de una familia irlandesa de siglos atr¨¢s apellidada Hoolligan, todos cuyos hijos murieron en la horca por diversos motivos. Desde entonces, un holliganer es todo aquel que delinque sin necesidad.
Medidas como suprimir los trenes que unen dos ciudades los d¨ªas de partido entre equipos representativos de los mismos, anular los servicios de transporte urbano pr¨®ximos al campo de f¨²tbol o cerrar dr¨¢sticamente los comercios de bebidas desde horas antes del partido hasta despu¨¦s del mismo no siempre han dado resultado. Los hoolliganers encuentran medios de desplazarse, cargan con su propia cerveza y acuden a los campos en busca de ese cl¨ªmax de violencia, que para ellos es el centro de la Fiesta, Los detenidos suelen ser obligados a presentarse en la comisar¨ªa los d¨ªas de partido, a fin de que no puedan acudir al campo, pero las detenciones son en tal n¨²mero que la medida ya no puede llevarse a ralatabla. Los peri¨®dicos brit¨¢nicos y hasta el Parlamento se han ocupado del problema, y ya se barajan las m¨¢s peregrinas soluciones. Mientras, los hoolliganers extienden su campo de acci¨®n fuera de las islas. Hace dos a?os, los hinchas del Liverpool destrozaron el ferry que les devolv¨ªa a la isla tras un encuentro en Alemania. Recientemente, en la Eurocopa, la hinchada inglesa provoc¨® enormes esc¨¢ndalos, y el deb¨² europeo del Castilla estuvo marcado por el gamberrismo de los hinchas brit¨¢nicos, uno de los cuales falleci¨® tras ser atropellado por un autob¨²s.
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