Trece mil personas aclamaron el "rock" agresivo de Los Ramones
Los Ramones actuaron el -pasado viernes en la plaza de toros de Vista Alegre, de Madrid. El rock m¨¢s agresivo del mundo, en un ambiente donde la agresividad se lleva como estandarte. Gay and Co., habituales organizadores de conciertos internacionales, hab¨ªan renunciado a esta presentaci¨®n simplemente porque ten¨ªan miedo. Su casa discogr¨¢fica (Hispavox) decidi¨®, medio temblando, asumir tan problem¨¢tica carga al precio de 350 pesetas. ?Qui¨¦n pod¨ªa prever c¨®mo acabar¨ªa aquello? Los habitantes cercanos a la plaza de Carabanchel no sab¨ªan explicarse tan extra?o deambuleo joven. ?Es que canta Ramonc¨ªn, el artista ese?, comentaban
Y mientras la gente, unas 13.000 personas, iba ocupando las calles, la histeria cund¨ªa dentro de la plaza vac¨ªa: ??D¨®nde est¨¢n las vallas??. ??Por qu¨¦ no hay walky talkies??. El escenario no est¨¢ preparado a tiempo, apenas se puede probar el sonido, el servicio de orden corre nerviosamente por todos lados a la b¨²squeda de nadie, las puertas no se abren y las masas siguen llegando, mientras los Ramones esperan pac¨ªficamente pero asegurando que estas cosas no les suelen pasar.En un momento dado (las 19.15 horas) se abren los portones con la misma emoci¨®n con que lo hace la Puerta Santa de Santiago en los a?os debidos, y por all¨ª comienzan a flamear las entradas (f¨¢cilmente falsificables), los apretones y los achuches. Botellas y latas por el suelo, arriesgados vendedores de provisiones en pleno foll¨®n, gentes que esperan a sus compadres atrapados como conejos por el tap¨®n circulatorio. Se caminaba sobre el filo del caos; un helic¨®ptero sobrevuela la plaza, llegan refuerzos policiales y no pasa apenas nada. Pura casualidad.
Casi a su hora comenzar . on a tocar Nacha Pop, grupo madrile?o, que no hab¨ªa podido probar sonido y que se encontraban frente a una audiencia que, en su mayor¨ªa, no estaba por la labor, de escucharles con cari?o. ?Nada, t¨ªo; es un grupo madrile?o de esos, y de los malos. Yo no les he o¨ªdo, pero son todos un plasta?. Injusticia, porque Nacha Pop no son un mal grupo, sino uno de los pocos no saltarines de la capital.
Y tras una breve espera se despliega el ¨¢guila de los Ramones y sobre una bater¨ªa obsesiva comienzan con Blitzkrieg Bop, y aquello de ? ? Hey! i Ho! ?Let's go!?, y toda la plaza coreando. Joey Ramone grita lo contento que est¨¢ de vernos a todos y de lo bien que funciona su casa discogr¨¢fica espa?ola. Y siguen dando ca?a directa y sin florituras, tocando grandes ¨¦xitos repetidos por grupos madrile?os, como Here today, Gone tomorrow e Idon't wanna walk around with you, por los Pegamoides, I just want lo have something to do, por los Escaparate.
Los Ramones son un grupo influyente que adem¨¢s sabe hacer bien, lo que se propone. Y as¨ª mientras desde la mesa de mezclas consiguen un sonido sucio y po lent¨ªsimo, los Ramones saltan y se mueven como azogados, menos Joey, dos metros de cantante bo xeando con el aire. Y por el aire se elevaba tambi¨¦n alguna persona que sub¨ªa un par de metros y rebotaba, aparentemente, en las cabe zas de la masa. O las avalanchas que chocaban contra la primera fila y la polic¨ªa que detiene a alguien, y Alaska y Ana, de los Pegamoides, que son arrojadas al suelo y arrastradas por el servicio de orden.
Y mientras tanto, los Ramones siguen mosqueando de cuando en cuando a una gente que lo corea todo pu?o en alto, que salta sobre el ruedo elevando una columna de aquello fuera el
Yo, como si baile de los condenados. En verdad, en verdad, los Ramones son algo m¨¢s que un grupo de rock and roll : son una experiencia. Resumen en s¨ª mismos gran parte de lo que es la neurosis ciudadana.
Al final, y tras dos repeticiones ramoneras, el jefe de producto internacional de Hispavox discut¨ªa con un miembro del equipo de los Ramones sobre el asunto de la seguridad. ? Pues, a pesar de todo, ha sido un gran concierto de rock?, dec¨ªa el se?or Calvo. ?S¨ª?, le contestaba el ingl¨¦s, ?porque tienen ustedes mucha suerte?.
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