Una "sauna " en el teatro

Con mi carta quiero hacer p¨²blica la protesta con la que un grupo de espectadores nos dirigimos al jefe de butacas, la tarde del domingo, en el teatro nacional Mar¨ªa Guerrero.Sacamos entradas para una ?lata de sardinas? por el precio de doscientas pesetas cada una pues de otra manera no se puede calificar al balconcito que en dicho teatro dan en llamar ?palco?. Pues bien, dicha ?lata? consta en teor¨ªa de cinco butacas, pero en la pr¨¢ctica aplicando las teor¨ªas que sobre combinatoria num¨¦rica nos ofrecen las ciencias matem¨¢ticas, resulta imposible disponer los cinco sillones de forma que todos puedan ver el escenario, y las cinco personas se tienen que hacinar y encajar en tan s¨®lo tres butacas, o bien hacer turnos de cuarto de hora de permanencia de pie en relevos de dos personas.

La soluci¨®n debe pasar por la colocaci¨®n de butacas altas o la disminuci¨®n del n¨²mero de ellas en cada palco, pues es vergonzoso que en un teatro nacional, mantenido con los impuestos que pagamos todos los espa?oles, se especule de esa forma con las localidades.

Si ante esta carta, como supongo, hacen o¨ªdos sordos los responsables, quiz¨¢ lo pr¨®ximo que env¨ªe al peri¨®dico para su publicaci¨®n sea el anuncio de un m¨¦todo revolucionario para perder varios kilos en dos horas, y quiz¨¢ se formen colas de se?oras gordas dispuestas a sacar sus butacas de palco en la sauna Mar¨ªa Guerrero. / .