Han pasado dos semanas

( ... ) Nadie pide precipitaci¨®n a la hora de las decisiones, pero s¨ª diligencia despu¨¦s de los acuerdos. Podr¨¢ decirse que en el terreno auton¨®mico -el 50% del contenido del discurso- ha habido en las dos ¨²ltimas semanas avances esperanzadores. Pero no es menos evidente que el silencio m¨¢s absoluto ha sepultado hasta ahora la puesta en marcha de los compromisos adquiridos en el terreno econ¨®mico. Parece como si hubiera que repensar, a la hora de las decisiones, lo que con tanta claridad, firmeza se plante¨® a la hora de las propuestas. Se dir¨ªa que las prisas por salir de una encrucijada en la que el Gobierno, y concretamente su presidente, tienen la plena responsabilidad derivada de sus errores, sus titubeos o sus precipitaciones, est¨¢n robando al Ejecutivo el tiempo necesario para resolver otros problemas. Pero, lamentablemente, estos problemas -los econ¨®micos, claro est¨¢- son tan profundos o m¨¢s que los que est¨¢n mereciendo la atenci¨®n exclusiva de los gobernantes, afectan mucho m¨¢s directaniente al pa¨ªs entero y a cada uno de sus habitantes y son, sin duda, m¨¢s urgentes que aqu¨¦llos a corto plazo para la estabilidad del Gobierno, para la credibilidad del Parlamento y para la consolidaci¨®n de la democracia. ( ... ), 30 de septiembre