La CEE puede decretar estado de crisis en la siderurgia
La Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) puede decretar la pr¨®xima semana el ?estado de crisis? en el sector sider¨²rgico y adoptar, por la fuerza, una serie de medidas contra la desorganizaci¨®n del mercado. Los grandes productores de acero europeo, agrupados en Eurofer, han entablado una feroz lucha interna que amenaza con hundir a¨²n m¨¢s el sector, ya fuertemente afectado por la restricci¨®n del mercado norteamericano.El comisario Etienne Davignon, responsable del plan de reestructuraci¨®n sider¨²rgica de la Comunidad, celebr¨® esta semana una entrevista con los integrantes de Eurofen, para intentar ponerles de acuerdo, as¨ª como para que se comprometieran a respetar las directrices de la Comisi¨®n Europea. El problema se ha planteado crudamente al negarse los productores de acero de Italia y de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) a conformarse con las cuotas que les han sido asignadas por la CEE.
Davignon no logr¨® llegar a un acuerdo y concedi¨® un plazo de ocho d¨ªas a los integrantes de Eurofer, para que reflexionen. Si en ese plazo no resulta una soluci¨®n negociada, los ministros de Industria de los nueve, que se re¨²nen el pr¨®ximo d¨ªa 7 de octubre en Bruselas, podr¨ªan imponer autoritanamente sus propias decisiones.
?La guerra del acero? entre los productores europeos se complica con la situaci¨®n del mercado norteamericano. El presidente Carter, cara a las pr¨®ximas elecciones estadounidenses, ha aprobado una serie de medidas en favor de su propia industria sider¨²rgica.
Las medidas de Carter -entre las que figura la readopci¨®n de los tigger prices, por debajo de los cuales no es posible comprar acero en Estados Unidos- han sido acogidas con una cierta frustraci¨®n en la CEE. Te¨®ricamente, la Comunidad Econ¨®mica Europea se felicita por la readopci¨®n de los tigger prices (lo que permite competir en igualdad de condiciones con el acero japon¨¦s y de otros pa¨ªses) y la desaparici¨®n de la demanda antidumping presentada por la Steel Corporation, pero en la pr¨¢ctica los precios fijados por Washington -un 12% m¨¢s altos de los que rigieron anteriormente- dificultan a¨²n m¨¢s las exportaciones europeas.
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