La crisis de Orbegozo, fruto de la revaluaci¨®n monetaria y de los conflictos laborales
La suspensi¨®n de pagos presentada el lunes por Aceros y Fundiciones del Norte-Pedro Orbegozo, SA, de Hernani, pone de relieve la profunda crisis que afecta a todo el sector de aceros especiales -ubicado, casi sin excepci¨®n, en el Pa¨ªs Vasco- y la inutilidad de soluciones individuales para cada empresa, del tipo de la adoptada en Nervacero, seg¨²n fuentes competentes consultadas por EL PAIS.
Los responsables de las principales empresas van a promover una reestructuraci¨®n sectorial, coordinando la totalidad de las acer¨ªas, para conseguir de la Administraci¨®n las ayudas financieras que permitan el mantenimiento de la actividad y el reflotamiento a medio plazo del sector, en condiciones competitivas con los pa¨ªses de la Comunidad Econ¨®mica del Carb¨®n y el Acero (CECA).En la suspensi¨®n de pagos de Pedro Orbegozo, presentada ante la amenaza de un cobro ejecutivo al que no se pod¨ªa hacer frente, se indica que el pasivo exigible de la empresa alcanza los 5.392 millones de pesetas. Las p¨¦rdidas del pasado ejercicio se elevaron a unos 600 millones de pesetas, y para este a?o se prev¨¦ una cantidad menor, en torno a los 400 millones.
Orbegozo, con una plantilla de 1.455 operarios y una producci¨®n durante todo el a?o pasado de 255.000 toneladas de acero equivalente, se vio abocada a la exportaci¨®n, a medida que se iba agudizando la recesi¨®n del mercado interior. En 1979, 4.600 millones de pesetas, de los 7.600 de facturaci¨®n total, procedieron de ventas realizadas en el mercado exterior. Precisamente de ah¨ª arranca uno de los factores determinantes de la crisis, seg¨²n los directivos. Las exportaciones, que hab¨ªan dado buen resultado durante los a?os 1977 y 1978, derivaron en p¨¦rdidas a causa de las fluctuaciones monetarias del a?o 1979. La revaluaci¨®n de la peseta provoc¨® considerables disminuciones de ingresos en contratos establecidos a medio plazo.
Fuentes patronales se?alaron, asimismo, que la huelga de cuarenta d¨ªas, durante los meses de abril y marzo, por diferencias de tipo salarial en la negociaci¨®n del convenio de este a?o, provoc¨® un deterioro de imagen ante proveedores, bancos y compradores.
La empresa no ha podido soportar estas circunstancias. Las inversiones de gran volumen realizadas, y una inadecuada estructura del pasivo -cuya amortizaci¨®n se calculaba en gran parte a corto plazo obligaron a acudir al cr¨¦dito especial de la Administraci¨®n, que no ha llegado a tiempo. El Ministerio de Industria inform¨® favorablemente ante el Banco de Cr¨¦dito Industrial, antes del verano, una partida de m¨¢s de quinientos millones, pero el banco no ha dicho la ¨²ltima palabra y estaba estudiando las garant¨ªas cuando se produjo la suspensi¨®n de pagos.
Seg¨²n fuentes de la empresa, gran parte del pasivo acumulado procede de las inversiones derivadas de los planes de acci¨®n concertada con la Administraci¨®n en torno a 1974. Las previsiones de aquel plan se revelaron fallidas, al producirse la crisis energ¨¦tica. En vez de crecer un 6% anual, como se hab¨ªa calculado, la demanda de aceros especiales en el mercado interior se redujo en torno a un 10% acumulativo durante los ¨²ltimos a?os.
Con car¨¢cter inmediato, Orbegozo ha presentado a la representaci¨®n laboral un plan de regulaci¨®n de empleo que situar¨ªa la producci¨®n en un 50% de la capacidad efectiva, para alcanzar el 80% en breve plazo. Los trabajadores de administraci¨®n ver¨ªan reducida su jornada a la mitad y los de producci¨®n alternar¨ªan tres semanas de trabajo con otras tres de inactividad.
Pero, de acuerdo con la intenci¨®n de abordar una reestructuraci¨®n sectorial, Orbegozo participa en la preparaci¨®n de un plan que desembocar¨¢ en la formaci¨®n previsible de una sociedad de desarrollo industrial, que podr¨ªa abarcar todas las empresas del sector, para actuar de forma coordinada y conjunta. Esta sociedad se formar¨ªa inmediatamente despu¨¦s de que quedara regulada su constituci¨®n legalmente, lo que parece que suceder¨¢ en breve.
Inicialmente, Orbegozo, Aceros de Llodio (Alava) y Echevarr¨ªa (Vizcaya) redactaron un documento en el que se planteaba la posibilidad de una actuaci¨®n coordinada, especializando la producci¨®n y unificando criterios de administraci¨®n, ventas y relaciones laborales. Este proceso desembocar¨ªa en la integraci¨®n o la fusi¨®n de las tres empresas, que cuentan con una plantilla total de 7.777 trabajadores y produjeron en 1979 alrededor de 615.000 toneladas de acero equivalente.
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