La normalizaci¨®n del catal¨¢n, problema de toda Espa?a
Los catalanes repetimos constantemente que la normalizaci¨®n del catal¨¢n es un aspecto fundamental del proceso de recuperaci¨®n de identidad que Catalu?a ha iniciado con la promulgaci¨®n del Estatuto. Pero a menudo nos olvidamos de a?adir que para conseguir esa normalizaci¨®n necesitamos la solidaridad de los no catalanes. Y, al decir los no catalanes, no me refiero, naturalmente, a los ciudadanos de Catalu?a procedentes de otros pueblos de Espa?a -cuya colaboraci¨®n y militancia en el proceso nos son absolutamente indispensables-, puesto que ellos son catalanes, sino a los integrantes de las otras nacionalidades y regiones espa?olas.Es necesario que todos los espa?oles, y no s¨®lo los catalanes, reconozcan y asuman que el catal¨¢n es la lengua propia de Catalu?a, y que esto no es incompatible con el car¨¢cter de lengua com¨²n de todos los espa?oles que la Constituci¨®n reconoce al castellano. Al contrario, el catal¨¢n es una de estas otras lenguas espa?olas que, seg¨²n el mismo art¨ªculo 3 de la Constituci¨®n, ?ser¨¢n tambi¨¦n oficiales en las respectivas c,omunidades aut¨®nomas de acuerdo con sus estatutos?, y que son ?un patr¨ªmonio ling¨¹¨ªstico y cultural que ser¨¢ objeto de especial respeto y protecci¨®n?.
Si los catalanes nos olvidamos de hacer constar esta necesidad de solidaridad, no es de extra?ar que, desde t¨²era de Catalu?a, el problema de la normalizaci¨®n del catal¨¢n se vea como algo que afecta exclusivamente a la comunidad catalana y se enfioque, sobre todo, desde el punto de vista de la necesidad de salvaguardar en ella el mantenimiento del uso del castellano.
Varios distinguidos articulistas (La¨ªn Entralgo, Aranguren, L¨¢zaro Carreter, etc¨¦tera) han tratado el tema ¨²ltimamente, demostrando una acertada visi¨®nde nuestro derecho a recobrar el pleno uso de la lengua propia (del cual tuimos despojados en nombre del derecho de conquista) con manifestaciones tan rotundas como que ?el catal¨¢n es, y debe ser, la lengua de Catalu?a? (La¨ªn Entralgo, en la Gaceta Ilustrada), o que para los catalanes la lengua catalana es ?la verdadera, la irrenunciablemente propia? (L¨¢zaro Carreter, Abc, 1-6-1980). Sin embargo, todos se muestran preocupados por evitar una posible marginaci¨®n del castellano en Catalu?a, hasta el punto de que sus art¨ªculos acaban siendo una apolog¨ªa del castellano y de la necesidad de su conservaci¨®n, con lo que sus afirmaciones en favor del catal¨¢n pasan a un segundo plano.
Tales temores me parecen por completo infundados; no s¨®lo porque tanto la Constituci¨®n como el Estatuto de Catalu?a (aprobado en el Parlamento espa?ol y aceptado en refer¨¦ndum por la gran mayor¨ªa de los catalanes) lo hacen imposible, sino porque la actual situaci¨®n socioling¨¹¨ªstica y sociocultural del pa¨ªs, lo imposibilitar¨ªa igualmente, en el hipot¨¦tico caso de que nos lo propusi¨¦ramos.
En cambio, esa situaci¨®njuega fuertemente en contra de la normalizaci¨®n del catal¨¢n. No es f¨¢cil el acceso de una lengua a la situaci¨®n de lengua oficial -en la pr¨¢ctica, y no s¨®lo en los textos legales- cuando su reconocimiento se produce tras una largu¨ªsima etapa de marginaci¨®n, en una sociedad formada por un elevad¨ªsimo porcentaje de individuos que s¨®lo la poseen a nivel de lengua hablada en registro t¨¢miliar, y para toda manifestaci¨®n cultura? o de lengua escrita usan otra lengua, que es, adem¨¢s, la lengua materna de una parte considerable de la poblaci¨®n, y que ha de seguir siendo oficial en el territorio.
Priticipios b¨¢sicos
Yo invitar¨ªa a todos los espa?oles en general -como a todos los catalanes- a asumir respecto a la cuesti¨®n ling¨¹¨ªstica en Catalu?a los siguientes principios b¨¢sicos:
1. ?El catal¨¢n es la lengua de Catalu?a?. Los catalanes tenemos el deber irrenunciable de conservar el patrimonio ling¨¹¨ªstico recibido de nuestros antepasados y transmitirlo a las generaciones futuras.
2. ?No, es posible ser catal¨¢n y rechazarla lengua de Catalu?a?. T odos los catalanes, independienteniente de su origen ling¨¹¨ªstico, deben aceptar el catal¨¢n como lengua propia del pa¨ªs y com¨²n a todos los habitantes.
3. ?Esta aceptaci¨®n no implica, de ning¨²n modo, la renuncia a la lengua propia del inclividuo?. Toda persona tiene derecho al pleno desarrollo en su propia lengua, a cultivarla y a transmit¨ªrla a sus hijos. Pero este derecho no es incompatible con el deber de conocer la lengua del pa¨ªs y usarla en la relaci¨®n social.
Estoy segura de que estos principlos (que est¨¢n totalmente en la l¨ªnea de la reciente declaraci¨®n del Consejo Ejecutivo de la Generalidad de Catalu?a sobre el tema ling¨¹¨ªstico) son perfectamente aceptables por todos los espa?oles dem¨®cratas y respetuosos de los derechos de toda persona y de toda comunidad. En todo caso, lo son por parte de los articulistas que he citado m¨¢s arriba, que han sido muy expl¨ªcitos en el reconocimiento del derecho de los catalanes a su lengua.
Por esto habr¨ªa deseado que enfiocasen sus art¨ªculos en sentido inverso, es decir, que tras declarar que es obvio que el castellano no ha de ser marginado y ha de seguir ense?¨¢ndose a todos los catalanes en grado suficiente para que puedan usarlo a todos los niveles y en toda circunstancia, hubieran argumentado, con cierta amplitud, por qu¨¦ el catal¨¢n es la lengua propia de Catalu?a, por qu¨¦ debe ser ense?ado en el mismo grado que el espa?ol a todos los catalanes -incluidos, naturalmente, los hijos de los inmigrantes- y por qu¨¦ la ense?anza en catal¨¢n ha de ser posible cuanto antes para todos los catalanes (de origen o inmigrados) que as¨ª lo deseen.
No hay necesidad, en cambio, de defender eso mismo con respecto a la ense?anza en castellano, porque tal cosa est¨¢ plenamente asegurada por mucho tiempo. Ahora, en Catalu?a, no s¨®lo tienen ense?anza en castellano todos los que la desean, sino tambi¨¦n muchos que la querr¨ªan en catal¨¢n y no pueden tenerla porque los actuales medios econ¨®micos y de personal no lo permiten.
Si a largo plazo el castellano llegara a encontrarse en peligro de marginaci¨®n en Catalu?a, ya tendr¨¢n tiempo de det¨¦nderlo, y seguramente encontrar¨¢n entre nosotros mucha gente dispuesta a ayudarles en su defensa. En estos momentos es el catal¨¢n el que necesita ayuda para acceder al mismo nivel del castellano en Catalu?a, tal como lo proclama el Estatuto y lo exige ?ajusticia m¨¢s elemental. Esperamos de la solidaridad de todos los espa?oles el apoyo necesario para nuestra normalizaci¨®n ling¨¹¨ªstica, que es esencial para nosotros, pero tambi¨¦n para la consolidaci¨®n del ?Estado de las autonom¨ªas? que nos hemos propuesto construir entre todos.
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