Schmidt un liberal antiguo
En el transcurso de sus seis a?os al frente del Gobierno federal se le ha ido retirando progresivamente el apodo de schnauze (bocazas), con que sus rivales y alg¨²n que otro camarada resum¨ªan su pretenciosidad y su constante gana de pelea ret¨®rica. Ahora, el canciller suele manifestar sus actitudes desde?osas aspirando ante el invitado inc¨®modo o ?inferior? una pizca de rape, que toma parsimoniosamente de una peque?a cajita, escondida en un bolsillo del chaleco.Strauss le ve as¨ª: ?Schmidt ensarta constantemente una serie de lugares comunes que suelta con ademanes sacros, y a veces adoptando la pose de un h¨¦roe estirado y reservado?. Para el vitalista Strauss, Schmidt es el ?c¨®mico de la naci¨®n?, y viceversa.
Frente al mordaz Strauss, el hamburgu¨¦s Schmidt cree encarnar las peculiaridades de su ciudad: ?cierto aire brit¨¢nico, orgullo ceremonioso por el pasado hist¨®rico, pragmatismo comerciante v un amable provincianismo?. Estos caracteres le otorgan al canciller un aire liberal antiguo m¨¢s que un tinte socialdem¨®crata, partido en el que ingres¨® tard¨ªamente.
De su pasado b¨¦lico -lleg¨® a ser teniente -de antia¨¦reos- apenas se conserva, que se sepa, m¨¢s que una foto de uniforme, el d¨ªa de su boda, tres a?os antes de la rendici¨®n alemana. Posteriormente, ya en el Gobierno, desempe?ar¨ªa las carteras de Defensa, Econom¨ªa y Hacienda entre 1969 y 1974.
Si Federico el Grande se calificaba a s¨ª mismo como el ?primer servidor del Estado?, Schmidt se considera ?el primer empleado?.
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